Dani
Recuerdo claramente aquella famosa sensación que sentí cuando conocí a Nick.
Mariposas en el estómago.
Era simplemente una sensación extraña en el estómago y un deseo enorme de que esa persona te notara, pero al mismo tiempo, quisieras que la tierra te tragara debido a los nervios.
En mi caso, lo experimentaba así.
Una sensación que podría volverte loca, pero que a la vez te haría sentir como si estuvieras sobre las nubes.
Recuerdo también que la noche anterior a conocerlo, me encerré en el baño de mi habitación. Mi espalda rozó la madera de la puerta mientras me sentaba y lloré tanto hasta que me sentí agotada, todo por la impotencia de sentirme fuera de lugar.
Tenía un miedo ridículo de decir algo y que la gente me mirara de manera extraña. Me sentía incómoda al no entender algunas conversaciones y tenía una absurda sensación de sentirme intimidada cuando me miraban, lo cual solo me llevaba a no querer salir de casa.
El caso era que Danielle Kellman no era más que una mentira.
Era una voz fuerte con miles de miedos por dentro de los cuales me atemorizaba hablar; no obstante, la cálida mano de Nick fue llevándome por un camino que me hacía feliz. Suspiraba cuando sus labios me besaban, me sentía hermosa cuando susurraba lo bien que me sentaban los vestidos veraniegos de mi hermana mayor y de cómo mis ojos se veían hermosos con el delineador negro que tanto me gustaba usar.
No era la verdadera Dani a quien admiraba, pero me encantaba cómo me hacía sentir la Dani de mentira.
Después de tantas emociones extrañas y hermosas, de momentos mágicos y un sinfín de cosas más, me cuestionaba después de estar sin él, ¿acaso todo eso fue real de alguna manera?
Me hacía sentir de una manera tan especial, pero al final, ¿eso era realmente amor? ¿Valía la pena sentirme así cuando solo admiraba una parte de mí?
No sé por qué después de tanto tiempo y luego de perder a Roger pensaba en eso.
Fui feliz con Nick, pero ahora que él había regresado, todo lo que alguna vez sentí por él parecía estar muy lejos.
Estaba aterrada y desconcertada por el drástico cambio que tuve en mis pensamientos con respecto a mi relación con Nick. La pérdida de Roger me hizo reflexionar sobre lo que tenía con él y que nunca había tenido con Nick, esa forma de mostrarme tal como era y que, a pesar de todo, él amaba cada detalle.
Era y siempre será mi mejor amigo. Silenciosamente, aceptaba que lo amaba, aunque resultaba complicado comprender de qué manera. ¿Cómo amigo o como pareja?
No estaba segura si amaba y extrañaba a mi mejor amigo o al hombre que se aferraba a mí como un salvavidas, pero lo que sí sabía con certeza era que lo amaba y lo necesitaba más que cualquier otra cosa.
Sin poder concentrarme en otra cosa que no fuera imaginar dónde podría estar Roger, cerré mi ordenador y dirigí mi mirada hacia la ventana. Me percaté de cómo las hojas verdes de los árboles brillaban intensamente bajo el sol. Eso me hizo recordar que días como estos eran los preferidos de Roger. Él solía sacarme de la cama, darme un par de nalgadas y luego me llevaba con sus amigos para pasar un buen rato en la playa.
No tuve idea de cuándo sucedió, pero al escuchar la melodía de una canción me di cuenta de que mi hermana estaba acostada en mi cama.
Presté mayor atención y me percaté de que la canción formaba parte de la banda sonora de Luna Nueva.
Arrugué el ceño con desagrado.
—Quiero estar sola. Creí haber sido clara en eso —ella continuó absorta en su celular—. Y apaga esa maldita música. Me molesta.
—“Possibility” parecía ser una buena canción de fondo para acompañar esa escena tan patética que me estabas mostrando.
¿Dónde se han metido mis malditos auriculares cuando más los necesito? No tenía intención de escuchar ni una palabra de lo que Paris tuviera que decirme.
—Olvida lo que dije, porque ese tailandés espantoso no se le acerca ni por asomo a Edward Cullen.
—¡No tengo absolutamente nada! —exclamé con frustración, interrumpiendo mi búsqueda de los audífonos—. Y si tuviera algo, definitivamente no sería por culpa de Roger.
Y ahora, ¿dónde se encontraba mi merecido premio a la mentira más monumental de todos los tiempos?
—¿En serio? Entonces, ¿me podrías explicar por qué diablos estás actuando de la misma manera que antes?
—¿De la misma manera que antes?
—¡Como una jodida gótica enojada con el mundo! —me gritó de vuelta—. Incluso, Nick ha vuelto, ¿no deberías alegrarte por eso?
Fue en ese momento que comprendí que el regreso de Nick solo había despertado en mí el sentimiento más doloroso que jamás había experimentado, incluso más que cuando él me dejó. En lugar de alegrarme por tenerlo de regreso, me invadió una sensación de malestar porque sabía cómo su presencia afectaría a Roger.
¿Cuándo fue que dejé de preocuparme si Nick volvería algún día?
—Dani… ¿Ha pasado algo que yo no sé?