Para serte totalmente honesto no tengo idea de cuánto tiempo llevo aquí sentado, en esta incómoda silla de plástico y lo único que me mantiene despierto, alerta por si algo sucede es la máquina que está conectada a ti,esa que rastrea cada uno de tus signos. En estos días al menos diez médicos distintos han entrado a verte, a revisar cómo te encontrabas. Todos me daban una sonrisa llena de lastima y esperanza. Mientras que yo en lo único en lo que podía pensar era en escapar de mí cuerpo para poder abrazarte el alma.