En Tus Manos

CAPÍTULO 7

 

 

En el instante en que la clase terminó, me apresuré a guardar todo porque había recibido un mensaje de Neil diciéndome que estaría fuera de mi universidad esperándome. No era mi intención actuar como una colegiala y, aunque no quisiera admitirlo, me alegraba saber que estaba allí afuera esperándome, pero por supuesto, todo para beneficio del plan.

Sin ninguna otra forma de decirlo sin avergonzarme, salí apresuradamente del salón mientras escribía un mensaje rápido a Neil para hacerle saber que ya estaba por salir. Sin embargo, mi camino se vio interrumpido por cuatro chicos guapos que reconocí del equipo de Watch.

Les saludé con coqueteo, lo cual ellos no dudaron en devolver, y aprovecharon el momento para invitarme a salir. Pero apuesto a que nadie en esta universidad creería que vería el momento en que rechazaría salir con un grupo atractivo de deportistas, ni siquiera yo puedo creérmelo.

―Lo lamento, chicos. Ya tengo planes.

―¡¿Qué?! ¡Vamos, Paris! ―empezaron a quejarse entre ellos―. Sabes que la última vez la pasamos genial.

Solo con recordar mi gran borrachera me da dolor de cabeza, pero independientemente de eso, no podía negar que la habíamos pasado genial. Y si no fuera porque Neil estuviera esperándome, hubiera ido con ellos sin siquiera dudarlo.

―Están esperándome, pero… ―mi voz se apagó cuando vi a Watch acercarse.

―¿Quién se supone que está esperándote?

Los chicos se vieron bastante incómodos cuando Watch pasó el brazo por mi cintura y me acercó a su cuerpo. Era bastante contradictorio de su parte, considerando que hace meses me sacó de su vida como si no fuera nada. Pero como su lado animal territorial es más grande que su razonamiento, en cuanto vio que sus compañeros se acercaban, no dudó en venir hacia mí. En el momento en que los chicos se fueron, llevé mi codo a su costado, pero nada pareció afectarlo, ya que de inmediato y sin esperarlo, estampó su boca contra la mía.

¿En serio?

¿Es tan imbécil como para creer que respondería a su beso después de todo?

Como pude, llevé las manos a su pecho en un intento de alejarlo, pero este hombre era puro músculo y tampoco parecía entender cuando una mujer no quiere besarlo. Sin embargo, fue lo suficientemente rápido para evitar que mi rodilla llegara a su entrepierna.

Con el dorso de mi mano, limpié con fuerza mi boca.

―¿Qué pasa? ―Creí haber escuchado mal, pero su cara de idiota me confirmó que no fue así―. ¿A dónde vas? Te llevo.

Tenía tantas ganas de gritarle un par de cosas en su cara, pero Neil estaba esperándome y ya le habíamos dado suficiente de qué hablar a media universidad como para armar una escena en medio del pasillo.

―Muérete y déjame en paz.

El romance durante estos meses conociendo a Watch no fue algo esencial. Yo no me consideraba alguien romántica ni daba demostraciones de amor en público, ni recibía eso a cambio de Watch. En nuestro momento, no fue algo que me molestó, por lo que fue una gran sorpresa que en mitad del pasillo, delante de las pocas personas que había, él rodeara mi cintura con sus brazos ocultando su cara en la curva de mi cuello.

Intenté quitar su agarre de mi cintura, pero solo logré que se fortaleciera, pegando más mi espalda a su pecho.

―Te extraño ―Él no me conocía en absoluto si pensaba que palabras vacías como esas podrían hacer que aflojaran mis piernas―. Vamos a mi apartamento y hablemos.

―¿El mismo del que me echaste?

Y esa simple frase fue suficiente para que me soltara.

―¿Podemos hablar de eso? Creo que las cosas se salieron un poco de las manos.

Claro, después de tres meses, es cuando llega a la conclusión de que la situación se le fue de las manos. ¿Cree que puede engañarme?

―¿Sabe tu colegiala que estás aquí rogándome? ―carcajeé sin gracia alguna―. Acéptalo, Watch. Mueres por tenerme otra vez… ―lentamente me acerqué, rozando mi dedo sobre su labio inferior bajo su atenta atención―, Pero no será posible. Alguien me espera y cabe destacar que es mejor compañía que tú.

Sus dedos se apretaron con fuerza alrededor de mi brazo cuando intenté pasar por su lado, pero siendo quien soy, fueron más fuertes mis ganas de sonreír que de quejarme al verlo con los dientes apretados de la rabia.

Así quería verlo.

―¿De eso se trata? ¿Ya tienes a otro?

¿Acaso eso fue lo único que escuchó de todo lo que dije?

―Tengo a quien quiero y tú a la colegiala.

―No tienes comparación con Beth. Ella es muchísimo mejor en cualquier sentido.

Si antes de esta conversación me hubiera dicho esas palabras, quizás me hubiera molestado, pero ahora sé que son palabras sin sentido cuando sé que se muere por tenerme de nuevo, sin importar cuán buena sea la puta Beth.

―Si es así, ¿qué haces aquí rogando como un perro?

No me tomé el tiempo de esperar alguna estúpida respuesta de su parte, simplemente lo dejé con la palabra en la boca y me apresuré a irme a encontrar con Neil, pero antes me detuve abruptamente en la puerta de la facultad, ya que un grupo de tres chicas se encontraban murmurando entre ellas mientras compartían miradas entre Watch y yo.



#936 en Novela romántica
#25 en Joven Adulto

En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 11.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.