En Tus Manos

CAPÍTULO 20

 

 

Ni siquiera puedo imaginar cuan afortunada fui de que mi pseudo relación con Watch haya terminado como termino, es tanto así que, si se diera la casualidad de ver a Watch, sin dudar le daría las gracias.

¿Qué hubiera sido de mí sin haber experimentado todo esto?

Estar con Neil es bastante aterrador porque era como estar soñando despierta, es como si todo hubiese empezado a tener sentido a partir de él y es aterrador, bastante aterrador.

Miré la hora en mi celular y estaba a punto de ser las nueve de la mañana, Neil aún seguía profundamente dormido, así que queriendo hacer algo que nunca había hecho antes, me levanté de la cama y fui a la cocina. 

Me crucé de brazos y pensé detenidamente en lo que estaba planeando hacer.

¿Cocinar? ¿Yo? 

Pésima idea.

La realidad es que pocas veces estoy de acuerdo con mi padre, pero en lo poco que puedo estar de acuerdo con él es que, yo no tengo ni idea de cómo freír un huevo.

Después de la noche fantástica de ayer se supone que lo normal es que desayunemos juntos, ¿No? Hay que reponer todas las energías que se pierden luego de un extraordinario sexo con la persona que amas.

Pare en seco

¿Lo amo?

¡Oh, dios mío!

Entre mi estado de shock, mi celular sonó y lo llevé a mi oreja sin detenerme a ver quién podría ser, pero luego de escuchar aquella voz me recordaré que tengo que estar pendiente a quien le respondo las llamadas.

—¡Paris! ¡¿Dónde estás?! —Aparte un poco el celular, no quería quedar sorda a plena mañana—. No viniste a dormir anoche, ¿Dónde estás? ¿Con Elías? ¿Él está por ahí? Quiero hablar con el porqué…

―Cálmate y cállate ―De no haberlo interrumpido no me hubiera dejado decir una palabra―. Y mejor responde, ¿Por qué no estás en el colegio?

―Hoy es sábado, Paris ―Respondió con obviedad.

―Oh, ¿De verdad?

―¡Claro que sí! —Divago un poco—. Ayer fue viernes ¿Tampoco te acordaste de eso?

Ahora entendía su pequeño grado de molestia y es que, habíamos tenido la costumbre de siempre salir los viernes con Hudson a dar una vuelta por la playa, pero mis planes terminaron siendo un poco diferente.

Por supuesto, eso es algo que mi hermano menor no necesitaba saber.

―¿Cam, que haces? ―Escuche la voz de nuestra madre―. ¿Hablas con Paris? ¡Ya me va a escuchar!

Estaba bastante segura de qué mamá tuvo que forcejar un poco con Cam para lograr quitarle el celular.

―¿Acaso pretendes matar a tu padre de un infarto? —Fue lo primero que dijo―. De no haber sido por Elías, tu padre se hubiera pasado toda la noche recorriendo Los Ángeles buscándote.

―Lo siento mamá, se me olvido avisarles que pasaría la noche con Elías.

―¿Lo sientes? ―Se escuchaba bastante molesta―. ¿Es lo único que vas a decir? En serio, solo dejarás de dar problemas cuando me dejes viuda.

Recordaré esta conversación si en algún momento alguien llega a decirme que soy dramática, porque esa persona tendrá razón porque soy igual de dramática que mi madre.

―¿Podemos tener esta conversación en otro momento? Ahora solo tengo cabeza para pensar que puedo hacer para desayuno.

―¿Desayuno? ¿Tu Paris Kellman haciendo desayuno? 

Cerré mis ojos con fuerza al darme cuenta del gran error que había cometido.

Estaba muerta.

―¿Dónde demonios estás, Paris? Más te vale decirme la verdad.

―Con Elías. 

―¡No mientas! ―Ambas duramos un segundo en silencio, hasta que ella jadeó―. ¿Estás con Neil?

―No estoy con él.

―¡Si estás con él! 

―Claro que no.

―Buenos días, amor.

Neil había llegado en el mejor momento para así confirmarle a mi madre que había pasado la noche con él, aunque mi madre con su gran sentido de la intuición no necesitaba una confirmación.

Los brazos de Neil se envolvieron en mi cintura y su rostro fue a dar mi cuello para dejar un beso allí. 

Doliéndome en el alma, tuve que alejarme.

―Tu padre va a morir cuando se entere.

―Nadie va a morir, ¿Está bien? 

―Sabes que cuando llegues a casa te espera una larga conversación en el sillón, ¿Verdad?

―Mamá, Hablamos luego, ¿Sí? 

Corte la llamada sin darle tiempo a decirme algo más.

―¿Nadie va a morir? 

Me giré a ver a Neil ante su pregunta y yo solo pude sonreír con incomodidad.

―¿No es eso una buena noticia?

―Lo es, pero no para alguien como yo que esperaba despertar con su novia a su lado.



#840 en Novela romántica
#25 en Joven Adulto

En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 11.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.