En Tus Manos

CAPÍTULO 34

 

N e i l

 

Con todo lo que respecta a Paris, no solo tuve problemas conmigo mismo, sino también con mi familia, en el trabajo e incluso con mis amigos. Mi relación con Liam había cambiado de una manera inexplicable, ni siquiera podíamos dirigirnos la palabra a no ser que fuera respecto al hospital.

Después de la inesperada visita de Paris en mi apartamento, Liam conmigo se volvió distante sin dejar cabida a que pudiéramos hablar de lo que realmente estaba pasando, porque a pesar de no haber tenido alguna discusión o desacuerdo, obviamente había pasado algo que como todo en mi vida últimamente, era a causa de Paris Kellman.

Como se había vuelto habitual en mí, estaba pasando demasiado tiempo en el hospital y de no ser por mi padre, hubiera seguido trabajando, pero ya me había advertido que tener más de 24 allí había sido suficiente.

Resignado a que no tenía otra opción más que irme, entre en la habitación de pasantes, en donde casualmente estaba Liam recogiendo sus cosas. Ninguno de los dos hicimos el intento de saludarnos, solo nos limitamos a estar en silencio y no fue hasta que estaba listo para irme que él me detuvo.

—Neil… ¿Podemos hablar un momento?

Miré mi reloj y eran pasadas las 7 de la noche y había prometido ir a cenar con mi familia, mi madre no estaría muy contenta con mi llegada tarde.

—No te quitaré mucho tiempo —Estuve de acuerdo, de igual forma quería escuchar lo que tuviera que decirme—. Creo que nos hemos distanciado y todo es por mi culpa.

—No sé qué te hace pensar eso.

Traté de hacerme el desentendido, pero solo terminé quedando como un estúpido.

—Sé que sabes lo que sucede. Me gusta Paris.

De verdad no quería escuchar eso.

Cuando lo vi irse tras ella luciendo como un tonto tuve la leve sospecha de que algo sentía por ella. Además, junior me lo confirmó y no lo culpaba, era imposible no caer por ella.

—Supongo que es algo que se sale de tus manos.

—Pero no tienes de qué preocuparte.

—No estoy preocupado.

Traté de sonar lo más convincente posible, pero era un terrible mentiroso.

—¿No?

—No. Y en todo caso no sé por qué me dices esto.

—Porque eres mi amigo y porque no estamos hablando de cualquier chica, estamos hablando de tu exnovia.

—Ya lo has dicho, mi exnovia.

—Alguien pasa a ser tu ex cuando ya no sientes nada por ella —Me encogí de hombros, no hablaría de mis sentimientos con él—. ¿Entonces si empiezo a salir con Paris no habría problemas?

Nunca en mi vida había experimentado tal sensación de desesperación con tan solo una pregunta.

¿Empezarán a salir?

¿A Paris le gusta Liam?

¡Imposible!

Ella… Ella dijo que me amaba, ¿O acaso eso también era parte de sus mentiras?

—Quita esa cara porque me dejó claro que aún sigue enamorada de su ex.

Ni siquiera me había dado cuenta de que tenía retenida mi respiración hasta que solté el aliento al escucharlo.

—No quiero perder a un amigo por una chica, pero es difícil no caer por Paris, lo siento.

¿Me lo dice a mí? A mí, quien cayó rendido por ella en el primer instante que la vio, tanto así que aún por las noches observo detenidamente el bolígrafo que me regreso.

—Todo está bien, Liam.

—No sé qué haya pasado entre ustedes, pero si de algo estoy seguro es que esa chica está loca por ti y es obvio que tú lo estás por ella.

—Los problemas a veces simplemente no se pueden arreglar solo porque estemos locos el uno por el otro.

—Ustedes tienen mucha mierda que arreglar, solo te diré que otro chico no será tan comprensible y la dejará ir tan fácilmente. Está en tus manos si la dejas ir.

Sin decir nada más, apretó mi hombro y se marchó.

Me sentía extraño y confundido con todo lo relacionado con ella. Olvidarla no parecía una opción porque todo lo que veía y tocaba me hacía extrañarla, pero una vez más, sus mentiras no me dejaban ir tras ella.

—¿Y Nat? Pensé que vendría conmigo.

Al llegar a casa de mis padres, mi madre empezó a bombardearme a preguntas acerca de Nathalie. Estaba cansado de esta situación que simplemente evitaba a toda costa venir aquí, pero no podía simplemente evadir a mi familia de por vida. Amaba a mi madre, pero su odio hacia Paris y su repentino amor por Nathalie era agotador hasta el extremo de sofocarme y que el tiempo en aquella casa fuese un sufrimiento.

—Mamá… —la sujeté de los hombros, miré a sus ojos y traté por vigésima vez de hacerle entender que entre Nathalie y yo no pasaría nada—. Ella no vendrá, no tengo nada con ella y tampoco habrá la posibilidad de que suceda algo entre nosotros.

Era una chica preciosa, inteligente y según mi madre tenía miles de virtudes más y no lo pondría en duda, pero mientras otra mujer ocupara todos mis pensamientos, ella en mi vida solo sería una amiga y compañera de trabajo.



#937 en Novela romántica
#25 en Joven Adulto

En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 11.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.