En Tus Manos

CAPÍTULO 12

 

 

De todas las posibilidades en que mi padre pudo haber conocido a Neil, ¿Por qué tuvo que haber sido en esta? Y es que, el brillo de malicia en la mirada de mi padre me indicaba que está seria la cena más larga que alguna vez hayamos tenido y estaba más que claro que, lo que mi madre servía en nuestros platos no era precisamente la cena.

Neil era la cena y mi padre en cualquier segundo se lo comería vivo.

Un par de veces mamá se disculpó con él porque era bastante obvio la incomodidad que había entre nosotros, pero Neil como siempre con amabilidad le hizo saber que no había nada de que preocuparse, aunque yo le escuchaba tragar grueso cada vez que mi papá se le quedaba viendo.

-Pudiste haberte negado -murmuré, inclinándome ligeramente hacia su puesto junto al mío-. Luces como si fueras a desmayarte en cualquier momento.

-Hubiese dicho que no, si hubiese sabido que te molestaría tanto el unirme a cenar con tu familia.

-Créeme, no me molesta -Era la completa verdad-, pero tampoco quería incomodarte con las preguntas fuera de lugar de mi padre. A fin de cuentas, tú y yo no somos nada.

-El que ahora no seamos nada se puede arreglar -Evite sonreír como idiota y me acomode en mi asiento, notando que mi padre estaba bastante al pendiente de nosotros-. Solo necesitamos hablar, pero por ahora solo complazcamos a tu padre.

-No es como si tuviéramos otra opción.

El sonido de mi padre aclarándose la garganta, con algo de fuerza, nos hizo caer en cuenta de donde y en que situación estábamos y por supuesto, esto era lo que desde un principio yo quería evitar a toda costa. 

Mi padre haciendo preguntas incómodas y Neil queriendo responder de la mejor manera, como si de alguna forma estuviera buscando su aprobación.

-¿Te ha gustado la comida? -preguntó mamá, Neil sonrió ligeramente-. Me alegra el que hayas decidió aceptar quedarte a cenar con nosotros.

-Papá lo obligo -Intervine.

-Pero él pudo negarse, ¿Cierto Neil? 

Con una diversión que lograba sacarme bastante de mis casillas, mi padre nos observa mientras tanto disfrutaba de cena.

-Es un gusto cenar con ustedes.

-¡Mira, ya esta! -De nuevo, mi padre se burló de mí-. Él esta feliz por estar aquí, así que calla y come tu cena que se enfriara.

¿Qué porcentajes hay en que Neil quiera volver a saber de mí después de todo esto? Sinceramente, yo creo que un 0,1%.

-Entonces, Neil, ¿Qué estudias? 

Y aquí vamos de nuevo, sin duda hoy era un día bastante difícil para mi padre para solo limitarse en callar y terminar su cena. 

-Estudio medicina, de hecho, este verano empiezo mis prácticas.

Al terminar de decir aquello me miró de reojo con la clara idea de recordarme que había insinuado lo bien que sería el celebrar juntos su inicio de prácticas y me enoja, porque me hace sentir la culpable de toda esta situación entre nosotros.

Neil siguió hablando un poco más e incluso, se notó bastante avergonzado cuando hizo mención de su gran puntaje SAT y también GAP. Que por cierto, había logrado impresionarme, incluso también mi padre, porque sabía lo genial que él era, pero tampoco hasta que punto.

-los profesores en la UCLA deben de estar maravillados contigo.

-¿UCLA? No, estudio en la USC. Incluso, fue allá donde conocí a Paris.

Con el ceño ligeramente fruncido mi padre me vio, pero no fue solo mi padre quien me vio con sorpresa, todos en la mesa lo hicieron. Excepto Elías, porque sabía la razón del que hacía en la USC.

Podía leer perfectamente la pregunta en el rostro de mis padres.

¿Qué demonios estaba haciendo en aquella universidad?

-Bueno, Conocí a Neil en la USC… -Tomé un poco de mi jugo, sintiéndome irritada por las miradas curiosas de mi familia, pero tan pronto vi a Elías tuve una idea-. Estaba con Elías, ¿Cierto?  -Lo empujé bajo la mesa para que tragara rápido y me ayudara.

Me relajé automáticamente cuando todas las miradas fueron hacia mi mejor amigo.

-fuimos por una de mis amigas. Y por supuesto, Paris amablemente me acompaño, pero como es tan curiosa salió por si sola  conocer la universidad.

Para alguien que me aconseja a cada segundo lo mal que he hecho por mentir y lo bueno que sería decir la verdad,  él miente bastante bien. 

-Creo que debes conocerla, Neil -continuó Elías-. Estudia medicina igual que tú. Se llama Samantha Johnson.

-¡Claro, por supuesto! Hemos compartido algunas clases juntos. Es una buena chica.

Elías mencionó que se llamaba Samantha, no Sam, ¿Por qué la llama Sam?

Enloqueceré si sigo teniendo esta clase de pensamientos.

Menos mal que el tema de como conocí a Neil y también sobre quien es Samantha o Sam, quedo olvidado por completo para ser reemplazo por el largo cuestionario de mi padre. Lo único que le falto por preguntar fue el tipo de Sangre de Neil, pero este último se mostró bastante alejado de estar molesto y solo respondió sonriente y bastante amable, como siempre.



#841 en Novela romántica
#25 en Joven Adulto

En el texto hay: romance, drama, amor

Editado: 11.04.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.