Mi historia bien podría comenzar aquí o se puede remontar hace mucho tiempo atrás desde que nací.
No hay nada interesante, de verdad, solo bochornos monumentales y metidas de patas las cuales me generan crisis existenciales a media noche provocándome miedo por la duda “¿Estaré haciéndolo bien?”
Bueno, en resumen, no sé qué diablos hago con mi vida a cada rato, pero me siento cómoda, hasta que me envían a la oficina del director con la idea que cualquier adolescente que trata de dedicarse a los estudios pueda tener.
- ¿Está al tanto de los problemas que ha generado señorita? - la secretaria al ver el reporte del porque estaba esperando a su jefe, esta vez, me mira con desaprobación y a la vez con resignación.
- ¡No fue mi culpa! - me defiendo
Antes que la secretaria pudiera soltar palabra, la puerta se abre con los padres del alumno implicado. Me ven con una cara que, de seguro por ellos, me ahorcan en ese instante.
Se lo que se viene, antes de que el director pronuncia el "Blake, adelante" mis piernas ya estaban temblando, dudando si las uso para entrar a la oficina o salir corriendo.
-Buenas- digo casi susurrando, tan agudo que me pregunto a mí misma ¿No puedo ni ser seria en estos asuntos?
-Cierra la puerta y toma asiento.
Hago lo que dice y lo miró fijamente, después de cinco segundos ya quiero reírme de lo nerviosa que estoy, carajo.
- ¿Puedes explicarme el hecho de que estabas a punto de incendiar mi escuela y matar a un compañero tuyo? - la furia estaba contenida en una caja de cristal, tan transparente y frágil que estaba esperando el momento el cual estalla- ¡Y todo para robar un examen!
-En primer lugar, los hechos no fueron del todo así.
La puerta se abre nuevamente dando la bienvenida a mis padres, los cuales están más perdidos y con cara de "¿Otra vez?"
A poco usted no ha hecho travesuras, director.
-Maravilloso, los padres. Señor y señora Blake por favor, tomen asiento.
-director Martínez, buenas tardes ¿Qué ha pasado? - mi padre le saluda con un apretón mientras se sienta al lado mío. Y mi madre pues bueno, puedo sentir su mirada punzante al otro lado.
-Su hija se infiltró a la bodega del área de administración donde guardamos una copia con las respuestas de cada examen general de curso. Le prendió fuego a varios papeles que se encontraban en los estantes y dejó a un alumno encerrado en la bodega, que por suerte lo logramos sacar antes de que se ahogara por el humo.
- ¿Y la bodega? ¿Sigue en llamas? - Sara, mi madre, voltea a ver con admiración a mi padre ante tal pregunta que acaba de hacer.
-Afortunadamente logramos apagar el incendio antes que pasara a mayores, pero hubo daños estructurales.
-Pero fue un accidente- No continué hablando porque las tres personas voltearon a verme como si acabara de presionar el botón el cual destruía toda la humanidad
Y al parecer lo hice causando el fin de mi vida.
-Espéranos afuera, Raquel.
Mi madre me señaló la puerta y entendí lo que me quiso decir. Corre antes que firmes otra sentencia de muerte.
Y aquí estoy, sentada desde hace una hora con la inquietud de saber que carajos están hablando. ¡Fue un accidente! E incluso uno estúpido la verdad...
Mis padres salen de la oficina al tiempo que yo pateaba una bolita de papel en el piso. Sus miradas frías y la de satisfacción del director no me hizo sentir nada bueno. Ni mucho menos cuando fui a recoger mi mochila, ni cuando estoy caminando hacia el estacionamiento.
Los tres estábamos en el auto, en un silencio tan gélido que te ponía la piel de gallina.
- ¿Entonces...? - quería preguntar cuantos días o semanas tenia de suspensión, pero incluso el opinar del clima siento yo que estaría demasiado mal.
-Te vas a un internado especial y no gastes saliva en reprochar, tu madre necesita un respiro...digo yo y tu madre necesitamos un respiro.
- ¡Alex! - le reprende mi madre
Conecto mirada con mi padre desde el retrovisor... ¿Cambio de colegio? Además, que quieren decir con "especial". Divago un rato tratando de descifrar lo que dijo mi padre, por simple instinto veo los seguros de la puerta del auto y me asombro al ver que ni siquiera me di cuenta cuando le puso seguro, las ventanas bloqueadas.
- ¿Si saben que fue un accidente? Nunca quise incendiar la escuela, yo...
-Raquel- El tono de sentencia de mi madre me hace entender que no vale la pena soltar una palabra...en este momento.
Como supuse llegamos a casa y no pude bajar primero, tuve que esperar a que mi padre abriera la puerta. Ya en casa, mi madre me dio una taza de chocolate caliente, me sentaron en el comedor y me dieron una rebanaba de pastel.
Esto es sospechoso...da hasta miedo. ¿Seré adoptada? ¿Me darán en adopción? Quizás son asesinos seriales en secreto y dicen que fingirán mi muerte como pretexto para desaparecerme, ocultar mis huesos y...
-No somos tus padres- ¡Si!
¿Esperen qué?
-Alex, no- mi mama le da un codazo a mi padre mientras trata de no reír- Hija, no le hagas caso. ¿Te acuerdas de la escuela donde Mónica fue durante el verano?
- ¿Mi vecina Mónica?
-Exacto, con la que le fracturaron una pierna a la hija de la directora en secundaria ¿Recuerdas?
-En conclusión, iras al mismo lugar. Trágate todo y ve por tus maletas, de prisa- mi padre se levanta satisfecho y saca unos folletos de su billetera- Listo.
Recuerdo muy bien cuando Mónica se fue, los primeros meses me escribió cartas las cuales me relataba lo espantoso del lugar. ¡ERA COMO EL EJERCITO! Acepto que últimamente quizá no me he portado tan bien que digamos, o que durante la marcha he tenido varios desaciertos ¿Pero por qué?