En una escuela de princesas “accidentalmente”

II - Adios

 

- ¡Me raptan! Gritaré bomba en el avión ¿No me cree? Soy una psicópata en potencia, señor.

 

Estiro de nuevo mis brazos tratando de no soltar el cinturón, mientras los guardias forcejean para sacarme del auto.

 

-Llévense a esa loca de mi auto.

 

- ¡ALEX BLAKE ES TU HIJA! - grita mi madre reprendiendo a su esposo- Moriré joven, lo presiento.

 

Uno de los tipos agarra mi mano para aflojar mi agarre. Tiran de mí y de inmediato estoy siendo llevada por cuatro tipos con el triple de mi altura.

 

-Por favor, no. Se los ruego, no estoy hecha para esto. ¿Quieren que "accidentalmente" intoxique al próximo rey de Francia? - hago comillas con mis dedos enfatizando la palabra accidentalmente. Eso no quiere decir que lo demás no fuera accidental, eso sí.

 

-Bueno, me traes un recuerdo. Te amo hija- se despide mi papá con su mano. Agh, me dices que soy tu princesa, pero te pasas, con esto te pasas.

 

Mis padres bajaron mis maletas y me acompañaron junto con los guardias hacia la sala de espera. Eran peor que los buitres hurgando lo que van a comer.

Mi plan era este, cuando llegue allá lo primero que debo de hacer es comprarme un boleto de regreso y listo. Mis padres no tendrán opción que aceptarme ¿no? Dudo mucho que vayan a mandarme de regreso, o si no, mi plan b sería causar lo más rápido que pueda los accidentes que casualmente me ocurren...aunque esta vez no sería casualidad.

 

La llamada a nuestro vuelo suena en los altavoces y con un respingo me levanto del asiento con la intención de correr hacia la salida.

 

-Se caerá el avión ¿Saben cuántos accidentes-iba a decir automovilísticos, pero me di cuenta de mi realidad- de aviones suceden al año? Yo no, pero seguros son demasiados.

 

-Raquel, escuchadme. Quizás creas que hemos llegado a los extremos o no lo hemos pensado, pero justamente porque queremos lo mejor para ti es que tomamos esta decisión. Trata, yo sé que puedes, ya verás que no es tan malo.

 

Mi madre me abraza con cada fibra de ella temblando, por no romperse en llanto. Se que debe de mostrarse fuerte, y no creo que deba de utilizar la chispa de debilidad en ella en estos momentos. Papá deja de abrazarla para abrazarme a mí. No puedo evitar soltar una lagrima al pensar que no estaré con él por un buen tiempo.

 

-Nos veremos pronto, mi cielo. Diviértete, pero no mucho ¿entendido? - me da un beso en la frente y regresa junto a mamá.

 

Se que no quiere que lo vea soltar una lagrima. Los guardias me toman de los brazos y me escoltan hasta llegar a mi asiento. Si, los cuatro hombres no se fueron hasta que mi cinturón estuvo abrochado y la azafata estuviera viéndome durante el despegue. Solo falta que al que tengo a la par sea el policía infiltrado de todos los aviones. ¿Y si grito bomba y quizá así me saquen del avión o me impidan viajar?

 

La idea cruza por mi mente unos segundos hasta que veo a lo lejos a mis padres en el gran ventanal del aeropuerto. De seguro y hacen que me vaya en barco o a pie con tal de llegar.

Además ¿Qué sería mejor?

Evitar ahora o no impedir que pase un accidente, con el cual, tenga que regresar a casa lejos de ese reformatorio real.

 

Recordé que tenía los folletos en la bolsa de mi jean. Los saco para darle una ojeada a lo que será mi casa de hoy en adelante ¿Por qué no me mandaron al ejército y ya? O enseñarme en casa, eso hubiera sido perfecto.

Aunque estuvo en mi bolsillo, el papel no se había arrugado tanto, era algo duro y con una textura muy rara.

 

El color era de un azul oscuro con detalles dorados y un símbolo raro. Todo era muy elegante y ostentoso ¿Ese era el uniforme?

No, me rehusó a seguir viendo.

Si lo pienso bien, mi plan de comprar un boleto de regreso podría funcionar bien. Quizás podría irme de vacaciones con mi abuelo Rubén. ¿Un internado real? Ja, no deberían de aceptarme si ni descendientes con sangre noble he de tener.

 

Me acomodo en mi asiento expectante a lo que ocurra cuando aterrice. Con planes dispersos en mi mente y dos cosas muy claras. O no es un interno "real" legítimo, o simplemente mis padres me están tomando el pelo y mi tío William me regresará a casa con un "Ojalá hayas aprendido la lección, jovencita" y todo normal.

 

Puff, internado de princesas. Ya quisieras, madre.




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