En una escuela de princesas “accidentalmente”

XII - ¡Corre!

-Está bien, solo un vistazo rápido y nos vamos como si nuestra vida dependiera de eso ¿entendido? - me abraza con entusiasmo antes de tomar mi mano y arrastrarme hasta la oficina de Collette. Yo siempre dejándome arrastrar por la desgracia.


 

Me admiro bastante que no había nadie cerca, la puerta estaba entreabierta y se podía sentir que hemos llegado en el momento justo donde quien sea que estuviera aquí, ya no esté. Tamira se veía muy experta en todo eso.


 

Haciendo el menor ruido posible y sin la necesidad de hablar, Tamira se quedó por el sofá vigilando hacia la puerta, mientras yo buscaba el botón detrás de la estatua. Ni los ladrones de banco tienen esta coordinación.


 

- ¿Que pasara con las clases? - le digo, metiendo más mi mano tratando de palpar algo.


 

-No las tenemos hasta las ocho y media, además acuérdate que soy tu tutora.


 

- ¿Podemos decir que me estabas enseñando algo? - me rio al momento de decirlo, pero me callo al instante que mi dedo presiona algo. Me alejo rápidamente, escuchando un arrastre. En segundos la estatua se estaba moviendo- ¿Cuál es el punto de esto?


 

-Ya no se si estoy segura de esto, Raquel


 

-Ay, por favor- ahora soy yo quien la toma de la mano, que por cierto son muy suaves, y entro con ella hacia el corredor, a oscuras- olvidé decirte que aquí aparentemente no existe la luz.


 

A cada paso que damos es más la cercanía entre nosotras, primero nos tomamos del brazo para luego estar casi abrazadas caminando sincronizadas.


 

Llegamos hasta los escalones, varias velas seguían encendidas dándole un toque tenebroso a todo, pero ahora era diferente, unas ventanas minúsculas estaban abiertas iluminando casi toda la habitación. Las paredes estaban tapizadas con tela acolchonada roja, cuadros y objetos que te gritaban "No me toques que soy valioso"


 

- ¿Aquí estuviste anoche? - esta asombrada admirando toda la habitación igual que yo, tenia un olor peculiar que anoche no pude notar.


 

-Si- le contestó en un hilo de voz. Las dos buscamos alguna fotografía del rostro del príncipe, pero solo habían de sus padres y otras personas- ¿Adónde vamos? Podemos elegir una puerta e ir, pero ¿Y si alguien está detrás?


 

-Yo digo que es demasiado tour para...


 

-Shhh- la corto de inmediato


 

- ¿Qué ocurre?


 

-Escucha, nos vas a matar- corro hasta ella para tapar sus labios. Unas voces de acercan haciéndose más claras a cada segundo-Corre


 

En puntillas nos dirigimos hacia los escalones hasta que el sonido del arrastre que hace la estatua junto con el eco de unos tacones nos hizo retroceder. Mis lagrimas se asoman cuando el rostro de Tamira se queda perplejo ante lo que está sucediendo, ah.


 

¿Qué hacemos? ¿Una excusa válida para esta situación? ¿Nos perdimos? ¿Venimos a pedir disculpas a Collette? Mostrar que tu plan es misericordioso y de buena fe, puede cambiar la actitud de la gente.


 

Tamira se desconecta de su trance, empujándome hacia un sillón


 

-Ni se te ocurra levantarte- susurra yéndose, me pongo en cuclillas tratando de ver a la castaña y su escondite. Con que se les ocurra revisar detrás de este sofá ya estoy muerta.


 

Estoy a punto de salir y decirle que se oculte conmigo cuando veo a Collette bajando los escalones. Ya nos vieron. Segundo día y aún sigo haciendo estas cosas.


 

Si existe la posibilidad de que yo sea merecedora de un ángel de la guardia quisiera que se apareciera en estos momentos o que me haga el favor de mi vida, así como me lo debe de muchos años. Cualquier cosa, les deberé toda vida, si los extraterrestres existen que me ayuden y seré su esclava, ni modo.


 

-Buenos días, su alteza- ¿Cómo que alteza? Mejor vayan a hablar a otra parte por unos momentos.


 

-Collette Moreau, permítame presentarle al conde Razvan Gubletski de la casa de Basarab en Rumania. Conde Razvan, ella es Collette Moreau, maneja las finanzas de la escuela y es una de sus fundadoras, de parte de muchos logros- reconozco la voz de inmediato- Me encantaría envidiar alguno de ellos, pero temo que a ella le disgusta que lo haga


 

-Expresa mucha admiración en mi presentación, un gesto de cariño que aprecio de su usted, majestad. Un placer conde Razvan, ¿Cum a fost călătoria?


 

No sé qué carajos le respondió el conde Guble, perdí la atención al momento de darme cuenta de que no solo pasé humillación con la Reina, si no, ahora con el hijo, y por segunda, ah no, tercera vez.


 

- ¿Qué fue eso? - no me había dado cuenta de que algo se había caído en la habitación, generando un silencio incómodo. No quiero asomar mi cabeza y ser la dichosa aquí. ¡Dios mío, Tamira!


 

-De seguro fue el viento, en este preciso mes se fortalecen. Lady Moreau, por favor continua con el conde, en un momento me uniré con ustedes.


 

Inconscientemente comienzo a buscar la ventana abierta dándome un mini infarto cuando me doy cuenta de que estoy enfrente de una.  Debo de prepararme, creo que si corro lo demasiado rápido el quizás no vea mi rostro y pues con el mismo uniforme seria como buscar una aguja en un pajar ¿no? Ojalá y al menos Tamira si tenga visibilidad en su escondite y haya podido ver el rostro del príncipe.


 

-Por supuesto, su majestad. Urmează-mă aici


 

Escucho como la puerta se cierra. Asomo un poco la cabeza sujetándome el cabello, el príncipe está de espaldas al sillón observando algo en el comedor. Muy bien, solo tengo que pararme, correo y nada pasara. ¡Yo puedo hacerlo! Si yo fui quien rompió el vidrio cuando Jackson estaba encerrado a punto de incendiarse en mi antigua escuela, puedo salir con el aquí. Ocultando mi rostro...




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