En una escuela de princesas “accidentalmente”

XV - ¿Enemistad?

Las piedras del anillo brillaban con tan solo mover un poco la palma de mi mano, pesaba un poco y desgraciadamente me quedaba grande en mis dedos, todo en mi podía engordar menos mis dedos.

-Puedes guardarlo y así evitar extraviarlo- me dice en voz baja Tamira, sentada en el pupitre al lado mío, buscamos los asientos más alejados al profesor, y yo no puedo parar de observar el anillo. ¿Por qué me lo dio?

-Lo guardare aquí- lo meto en el bolsillo izquierdo mi chaqueta- Quedas de testigo.

-Debes de regresarlo de inmediato, antes de que asistamos a la fiesta.

- ¿Qué diablos con esa fiesta? ¿No nos meterán en problemas? - Si hago una lista de todas las cosas que he hecho desde que he llegado posiblemente y ya tenga para crear mi propio libro.

-Es una tradición, la realeza tiene sus secretos- me guiña un ojo, volviendo su atención al profesor, es matemáticas, y lo que más odio después de correr son las matemáticas. No soy tan buena que se diga, pero tampoco puedo entender todo a la primera, ni a la tercera.

Y así pasó como tres horas más después de clase, esperando volver a encontrarme con Tamira y evitando a Ekaterina, por alguna extraña razón me la encontraba a cada segundo y me miraba muy curiosa a cada movimiento que daba. No me sentí segura hasta que me choqué con Belmont otra vez.

-Oh, mi futura empresaria - me sonríe moviendo su cabello- ¿Lista para esta noche?

- Agradecería mucho que no menciones ni una palabra del regalito ¿me entiendes?

- ¿No lo disfrutas acaso? - él se acerca un poco tomando un mechón de mi cabello- Creo que tengo algo perfecto para ese regalito.

- ¿De qué regaló hablan? - susurra Ekaterina, apareciendo mágicamente al lado nuestro, su sonrisa se agranda más cuando me sonrojo y Belmont pasa su brazo en mis hombros.

-De algo que nunca tendrás, duquesa, ahora si nos permites- con su otra mano libre cierra su casillero- Rocket y yo debemos de ir a clase, con tu permiso.

-Adiós, Blake- el tono de vos de Ekaterina suena muy sospechoso... Belmont me gira haciendo que nos alejemos de ella. ¿Qué está pasando? Estoy a punto de hablar, mientras el seguramente me esté secuestrando, cuando del bolsillo de su americana saca una cadena plateada- Dame el anillo.

- ¿Y eso porque o qué?

-Dámelo o te beso justo en el corredor enfrente de todos- sin pensarlo dos veces ya estaba sosteniendo el anillo en mis dedos dándoselo muy feliz a Weber, no me mal entiendan, él es súper atractivo, pero algo me dice que no, lo mismo que me dice que haga alguna estupidez me dice que es mejor ser consciente y darle el anillo- Auch, eso dolió. Creo que a la próxima será- Me quedo como boba viendo cómo en un santiamén convierte el anillo en un collar- Date la vuelta.

Hago lo que me dice, agarro toda mi melena para facilitarle el trabajo. El anillo se esconde entre las costuras de mi chaqueta, la cadena es algo larga, llegando hasta mi clavícula.

-Eres un genio- digo abrazándolo, el anillo de Chris es hermoso y no negaré que fue una idea maravillosa tenerlo de collar, ahora podré verlo y tocarlo sin perderlo.

- ¿Tendré recompensa? - una sonrisa maliciosa se dibuja en su rostro mientras las alarmas de mi cabeza gritan peligro, sal corriendo o haz algo vergonzoso.

Desvió mi mirada tomando distancia, buscando una opción para huir de ahí. Me doy cuenta de que varias personas se han parado solo para vernos y murmurar, algo que no me pinta nada bien.

-Te-tengo que irme, Weber- balbuceo al sentir como todos están acribillándome con sus palabras, algo está pasando y no es bueno que me quede inerte en medio del pasillo y mas con Weber tan cerca mío.

- ¿Te veo en la noche? - asiento con una leve sonrisa y caminando rápidamente a los baños. No sé qué está pasando ¡Ayuda!

Algunos se me quedan mirando durante mi recorrido, pienso que es la ostentosa joya que cargo en el cuello, pero si fuera así ¿no estuvieran observando mi cuello? No todo mi cuerpo y murmullando entre ellos. Capaz que tengo algo y no me he dado cuenta, justo como en sexto grado.

Respiro cuando cierro la puerta detrás de mí, ahora solo somos tú y yo baño lujoso, más blanco que mis dientes ¡Joder! Tengo miedo de ir por papel y sea de oro con el logo del colegio.

-Hola- me sorprende una chica entrando y yendo al lavabo.

- ¿Qué tal? - ¿No es la de la biblioteca? Me quedo pensando, mirándola disimuladamente a través del espejo...si me pilla creerá que un conjuro le quiero echar con mis ojos.

- ¿Tu eres la nueva chica de Weber? - ¿Que diab...?

-No- gritó tirando bolitas de papel al basurero- Ni pensarlo ¿eso es lo que todos están diciendo? – en parte me alivio que no es por lo que traía en mi uniforme, pero creo que es peor.

-Bueno eso se murmura en los pasillos, pensé que estabas con él en biblioteca- es una chica baja muy adorable, y su mirada perversa la hace ver muy amistosa, si es ella.

-Claro que no- es lo único que consigo decirle por quedar pensando en ese momento con el príncipe, seguramente no lo habrá visto.

-Bueno, desde que Weber terminó con Tamara ha ido en busca de nuevos amores, pensé que tus eras la nueva conquista- Ya valió. – Soy Carla y Weber aun está disponible ¿no?

- ¿Tamara y Belmont eran novios?

-Lo fueron por tres años, rompieron hace una semana.

 




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