Ashley
El quedarme leyendo hasta última hora el día domingo en la noche, es la peor idea que he tenido, en especial cuando tengo que ir a clases al día siguiente, cuando se supone que hoy es el comienzo del año escolar, cuando tengo que estar al cien por ciento para el inicio de mi primer año en enseñanza media, se supone que he pasado a una nueva etapa, hoy se marca oficialmente el inicio de mi adolescencia, hoy tengo que aceptarla quiera o no, pues debo tomarme las cosas más enserio, debo ser más madura, pero resulta que en vez de sentirme responsable hoy, me siento con ganas de seguir durmiendo, de dormir hasta que ya no sienta sueño. No tengo ningún animo de salir de mi cama y arreglarme para ir a clases. Culpo de esto a mi cerebro, que durante toda la noche me decía “solo un capítulo más” dios, como odio el haberlo escuchado y haberme dormido a las tres de la mañana, por culpa de él ahora lo único que quiero es el seguir durmiendo hasta el medio día.
Por lo visto la responsabilidad no será lo mío este año otra vez, se suponía que iba a cambiar, se suponía que pondría todo de mí, por dejar de ser caprichosa, se suponía que sería responsable, que volvería a ser esa chica que era hasta antes de cumplir los diez años, se suponía que volvería a ser la niña que era antes de que mi padre me consintiera en todo, se suponía que volvería a ser aquella niña que aceptaba “No” como respuestas y no hacia berrinches, le había prometido, jurado a mi madre que volvería a ser la de antes si se quedaba a mi lado, si no se iba y no me dejaba, le había prometido que sería responsable si se recuperaba, pero en estos momentos, estoy siendo todo lo contrario al no querer levantarme.
Mi reloj vuelve a sonar, avisándome que ya son las siete con treinta, en menos de una hora se supone que tengo que estar en el instituto, pero no muevo ni un solo musculo para levantarme, apago la alarma y me mantengo de espaldas mirando al techo, debatiéndome en si levantarme de una vez por todas o si solo me acobijo aun más y sigo durmiendo, deseando más la segunda, esperando a que mi madre entre por esa puerta y me diga que en el instituto se rompieron las tuberías o algo, por lo que suspendieron las clases, dado que el lugar está completamente inundado. Si, como si esas cosas pasar.
Ojalá pasara algo así en el “George Granger School” pero el problema es que es un instituto privado, de alto prestigio, un instituto, donde las mantenciones y los cuidados del lugar son primordial, son lo más importante, jamás se permitirían que algo así pasara, eso es algo que se ve más en los colegios de bajos recursos, en los colegios municipales, porque jamás veras un colegio particular en mal estado, dado que son lugares importantes, lugares en donde los padres pagan para que sus hijos estén bien cuidados y nada falle, enserio, jamás en la vida veras ninguna imperfección en sus instalaciones, siempre veras que se cuida todo lo que hay, siempre habrá lo mejor de lo mejor, desde las sillas hasta los aparatos tecnológicos y la edificación en sí, no por nada se pagan millones y están los hijos de grandes empresarios, aun así no son los únicos que estudian ahí, también lo hacen algunos becados, pero no están en ese lugar solo porque sí, están porque o porque tienen algún talento o porque sus padres pagan la mayor parte de la colegiatura, algunos acceden con beca completa, pero lo hacen por su intelecto, porque en el instituto saben que se perderían en otro lado, porque son un beneficio siendo estudiantes en el “George Granger” de lo contrario jamás los aceptarían, aun así tienen restricciones y no pueden obtener el esquema escolar completo, pues no se les permite entrar en algunos talleres o deportes, son rechazados solo por el hecho de ser becados.
Un ejemplo de ello es mi mejor amiga Antonella, es becada y por más que se muere por aprender francés y portugués la rechazan, solo por el hecho de que no pagan la colegiatura, resulta que solo le dieron una beca por ser una chica con demasiadas habilidades para aprender rápido y porque destacaba en muchas cosas, pues no por nada tiene uno de los mejores promedio de nuestra generación, es demasiado inteligente, aprende rápido, es un poco desordenada y loca, pero de no ser porque es becada, estaría en el mejor curso del instituto, estaría en el “A” con los elite, pero no se lo permiten porque no es hija de algún empresario o político, en esos grupos solo están los alumnos con más dinero y puede que uno o dos becados, pero ellos solo consiguen el puesto, porque niegan quienes son realmente, humillándose ante los hijitos de papá, algo que Antonella ni por más inteligente que sea hará, prefiere estar en cualquier otro grupo a perder su dignidad, a perder todos los principio que su abuela le ha enseñado.
—Pasa—digo al oír que llaman a mi puerta, sacándome de mis pensamientos.
—¿Ha de estar bromeando? —me dice mi madre al verme aun acostada—Ash, son las siete con treinta y cinco, no puedo creer que aun estes acostada.
—No se me apetece ir a clases—le respondo.
—Ya veo porque—dice mirando el libro sobre mi mesita de noche—¿Es enserio? ¿Hasta que hora te quedaste despierta?
—Las tres—respondo esperando su regaño.
—Levantate—me ordena.
—Mamá no quiero ir a clases— ruego, porque me diga que esta bien, pero no es mi padre—tengo mucho sueño.
—Iras— dictamina— tengas sueño o no tengas iras a clases, así como te encanto leer hasta tarde, ahora se responsable y levantate.