Esteban
—Instituto George Granger School—leo con recelo en voz alta al bajarme del auto—¿Es enserio, papá? ¿No encontraste un internado mejor? —le pregunto.
—No empieces— me advierte.
—Es increíble papá—dice mi hermana con demasiada emoción, una que yo necesito, porque no me hace ningún brillo este lugar, es demasiado poco para lo que estaba acostumbrado—me encanta—lo abraza—adiós a las clases privadas, hola lugar en donde se puede interactuar con más compañeros— sale corriendo hacia la entrada del instituto muy feliz.
—Yo prefiero las clases privadas—comento pensando en volver a subir al auto para regresarme a casa—Este internado es un asco.
—No es un internado—me corrige molesto—es un instituto. El instituto donde estudiaras desde ahora te guste o no.
—Mejor me regreso a Estados Unidos—me doy media vuelta—prefiero estar encerrado allá, ha tener que compartir con este tipo de gente.
—Pues eso debiste pensarlo antes de darle de golpes a uno de tus compañeros—me sujeta por el brazo, haciéndome regresar— Porque feliz estaría de haberte dejado internado en Norte América, pero resulta que gracias a que al niño se le ocurrió golpear a un compañero y por ello lo expulsaron, negándole el acceso a cualquier otro internado te tuve que traer de regreso, así que ahora tendrás que sufrir las consecuencias, por lo que toma tu mochila y entra a clases, porque olvidate de que seguiré pagándole a diez profesores para que tomes clases privadas, que eso fue solo porque no te pude inscribir aquí a mitad de semestre el año anterior.
Lo frio y desagradable que era mi padre conmigo, ya no me afectaba como en un principio, sus palabras ya casi no me dolían, me he acostumbrado a ellas, ni siquiera me sorprenden, aun así, desearía que fuera el padre tierno y cariñoso que es con Aylén, mi hermana, me encantaría también recibir un poco de ese cariño.
A quien engaño, niego con la cabeza ante tan absurda idea, yo jamás tendré aquello, tampoco lo necesito, se cuidarme solo, a pesar de que tengo catorce, no necesito a nadie que me cuide o me de cariño, eso es de débiles y yo débil deje de ser hace mucho tiempo.
—Tengo que ir a la empresa—me notifica—solo entra y no hagas ninguna estupidez, comportate—me ordena, se sube al auto y se va, sin siquiera decirme adiós.
Respiro hondo y camino hacia la entrada, mirando con el ceño fruncido a todos los que cruzan miradas conmigo, no tengo intención de hacer amigos en este lugar, espero irme de aquí lo antes posible y estoy dispuesto a hacer de todo para ello, si tengo que moler a golpes a algún idiota o poner en su lugar a un profesor no lo dudare, lo hare sin pensarlo, entre más pronto regrese a casa a tomar clases privadas o irme a España con mi hermano mayor mejor, pues no tengo casi nada que me frene en este lugar, después de todo no es lo que esperaba al regresar. Admito que me ha hecho feliz el poder visitar la tumba de mi madre después de tantos años, pues no había podido hacerlo desde que la sepultamos, pero también el estar aquí solo incrementa mis tristes recuerdos y no quiero vivir con la imagen de que no la volveré a ver al llegar a casa, es por ello por lo que me quiero ir lo antes posible, además la relación con mi padre no es la mejor, somos puras discusiones y gritos, por lo que tampoco quiero vivir con él.
—Esteban—me habla Cristian llegando a mi lado—Hola—me saluda enérgico
—Hola—respondo en seco.
—¿A dónde vas? —camina junto a mí.
—A la oficina, a presentarme y a ver si consigo una coartada para que me expulsen—me mira aterrado.
—¿Lo dices enserio? —pregunta sin creerme demasiado.
—Más de lo que te puedes imaginar, Este lugar—miro a mi alrededor—no es mi ambiente, no es mi mundo, el estudiar aquí me causa nauseas—digo con recelo.
—Vaya—dice sorprendido—imagino que el internado en el que estabas era mucho mejor.
—Lo era, pero tampoco quiero regresar ahí—reconozco—no marca mucho la diferencia el que digamos, quiero irme a España—le confieso—quiero irme con Gabriel.
Cristian y yo nos conocemos desde hace años, desde como los tres, creo, puede ser que hasta desde siempre, porque su padre es socio y amigo del mío, por lo que, desde niños, antes de irme de aquí compartíamos bastante, incluso manteníamos contacto luego de que me fui, es uno de los pocos amigos que tengo, además de Javier y Marcelo, los tres son mis únicos amigos, fuera de ellos no tengo más y no pretendo hacer más tampoco, ya que no es algo que tenga pensado hacer, además para ¿Qué? ¿de que sirve tener tantos amigos? Me basto con ellos tres, aunque mi amigo más confiable es Cris, pues me agrada lo reservado que es, pues no es de comentar lo que no debe y a pesar de que somos muy diferentes nos entendemos más, con los otros dos también me llevo bien, pero Javier es como más oscuro, no me da mucho el confiar en él, cuando niños era mi mejor amigo y siempre estábamos juntos en todas, pero ahora que he regresado, no siento que sea el mismo, es por ello guardo un poco de distancia con él. En lo que respecta a Marcelo, no tengo de que quejarme, sigue siendo el mismo bromista de siempre, el que no se toma nada enserio, incluso Cristian siendo el menor de los tres es más serio que él, porque Mar es demasiado inmaduro y eso que ya tiene quince, es medio hippy si es como lo puedo describir, le encanta solo vivir el día a día, ni siquiera piensa en su futuro, el que sea mayor que nosotros es lo que hace que no compartamos muchos, pues va en otra sintonía o como él dice, tiene otra vibra, es más sociable, tiene demasiados amigos, cosa que no pega mucho conmigo que digamos. Aun así, comparto con los tres sin problemas cuando nos reunimos, nos llevamos bien y coincidimos en la mayoría de las cosas, nos parecemos muchos, pero al mismo tiempo somos diferentes.