Enamorad@ de ti

Capítulo 11

Esteban 

—¿Qué harás esta noche? —me pregunta con una sonrisa de un momento a otro, cambiando el tema. Se sujeta de los bordes de mi chaqueta desabrochada balanceándose sobre sus pies de atrás hacia adelante, mientras estoy apoyado de espalda en uno de los casilleros del primer piso—digo ahora que tus padres no están—juega con el botón del centro de mi camisa, para luego deslizar su mano de arriba abajo por mi torso. 
—Mi padre—la corrijo—es solo mi padre, porque Romina no es mi madre. 
No tengo nada en contra de la esposa de mi padre, de hecho, es una persona dulce y amable, pero no es mi madre y odio cuando me dicen “tus padres” siendo que yo solo tengo a mi padre con vida, mi madre falleció hace tiempo y nadie va a reemplazar su lugar. Mi padre se puede casar con quien se le de la regalada gana, puede tener todas las esposas que quiera, pero solo ban a ser eso, las esposas de mi papá, ninguna va a ser mi madre, ni mi madrastra para mí. 
—Lo siento—se disculpa—pero ¿Qué harás ahora que tu padre y su esposa están de viajes con mis padres? 
—Quedarme en casa con mi hermana—le respondo sin mirarla. 
—¿Vas a serla de niñera?  
—No—respondo en seco 
—Entonces ¿para que te vas a quedar con ella? —me sigue coqueteando—en vez de quedarte con ella podrías venir a mi casa y no sé podríamos ver una película y si quieres te puedes quedar a dormir conmigo—agrega como si fuera algo normal y común. 
—Me encanta la idea—sonríe emocionada—pero, no creo que sea lo correcto, además tengo cosas que hacer—miento, ella deja de sonreír—quede con Cristian esta tarde y tengo estudiar en la noche, ya que quiero estar al día reforzando todo. 
El estudiar no es lo mío, pues no lo necesito, soy un excelente estudiante y aprendo rápido, no necesito reforzar nada. Pero estúpido no soy, sé lo que pretende Beatriz conmigo y creo que somos demasiado niños para ello, quizás tengamos catorce años y estemos entrando a la adolescencia, pero aun, somos niños, por lo que estar jugando a ser adultos es la estupidez más grande que podríamos llegar a cometer. Soy temperamental, impotente y me encanta meterme en problemas y coquetear con la chica que me ofrezca la oportunidad, pero, aun así, las respeto y jamás me acostaría con alguna a la primera, no soy ese tipo de chicos, pues me conformo con besarlas y darle un par de abrazos, pero de ahí a dar el siguiente paso, ni de coña. 
Beatriz desliza su mano desde mi pecho hasta detenerse en mi estomago a centímetros de el borde de mi pantalón, de manera seductora, lo que me deja más que claras sus intenciones, su imprudencia hace que se me olvide respirar y que algo en mi parte más baja empiece a reaccionar de manera involuntaria. Estúpidas hormonas, que me juegan una mala pasada, por primera vez mi bóxer aprieta y mi pantalón me incomoda, trato de pensar en algo asqueroso para hacer que aquello deje de molestar, pues no es buena idea tener una erección en medio del pasillo del instituto frente a todos, es embarazoso. 
—Beatriz—retiro su mano— enserio no puedo. 
—Bien—hace un puchero, me coloco de costado para ocultar un poco mi reacción, ya que no quiero que sea tan evidente. 
Lo malo de ser un adolescente es que, en plena pubertad, las malditas hormonas siempre están jugando nos están jugando una mala pasada, creyendo que el menor contacto de una chica, insinuación o estúpido sueño son señal para hacer que nuestra entrepiernas reaccionen y yo juraba que solo eran mitos y cuentos de los profesores para hacer que fuéramos más cuidadosos con los cambios que teníamos. 
—Bien— pienso en el baño—Nos vemos luego—me despido de ella con un beso en la frente y salgo disparado al baño. 
Al llegar paso a toda prisa a uno de los cubículo y me encierro para relajarme un poco, para de dejar de pensar en estupideces, necesito despejar mi mente y pensar en algo que me ayude a hacer que se me baje, porque no puedo andar afuera así y mucho menos regresar a clases en este estado. 

**** 

—Espero que sea una broma—dice mi hermana entrando furiosa a mi habitación, me quita los auriculares y los tira a un lado en mi cama. 
—¿Qué te pasa? —pregunto confundido—¿Por qué entras de ese modo? ¿Qué no sabes tocar? —me siento. 
—Si, sí sé tocar—me responde 
—Entonces ¿Por qué llegas y entras? —señalo—casi tiras la puerta. 
—No sé, dímelo tú—algo me dice que no habla de la puerta—¿Qué mierda tienes en la cabeza? —no entiendo de que me habla—¿Cómo mierda terminaste saliendo con la arpía de Beatriz? 
—No es asunto tuyo—me pongo de pie—por lo que no te debo explicaciones. 
—Me las debes, joder—grita— llevamos apenas una semana en el instituto y tu ya estas saliendo con ella, sin siquiera darte el tiempo de conocerla. 
—La conozco, lo hago desde que tenemos cuatro años, la conozco a la perfección—digo seguro. 
—Estuvimos fuera del país desde los seis, Esteban—me recuerda—las personas cambian y no puedes decir que la conoces a la perfección cuando solo han pasado meses desde que regresamos, ni siquiera llevamos un año. 
—Me basta por lo que la conozco—paso por su lado y cierro la puerta—la quiero y ella me quiere a mí por quien soy. 
—Más bien querrás decir que te quieres por lo que eres—me corrige—Esa loca no te quiere por quién eres, te quiere porque eres hijo de uno de los grandes empresarios del país, porque contigo puede conseguir que sus padres a parte de ser socios del nuestro por los clubs pueden llegar a ser socios del resto de las empresas de papá, para ella eres quien le ayudara a conseguir más alianzas entre nuestros padres. Te quiere por interés y por el dinero, no te quiere por sus sentimientos, porque no tiene. 
—Sal de mi habitación—le ordeno molesto por sus estupideces—no tolerare que divulgues cosas que no son de ella, no te permitiré que hables mal de Beatriz. Porque puede que seas mi hermana, pero no por ello te voy a tolerar que hables mal de mi novia sin conocerla. 
—El que debe conocerla es otro—señala con resentimiento hacia mí—luego no vengas a decirme que tenía razón. 
—Jamás lo hare— le aseguro—ahora vete. 
Una vez que se va me siento en el borde de la cama frustrado, molesto por lo que ha dicho mi hermana de Beatriz, no la conoce, solo habla de ella de ese modo por celos, Bea es una buena chica, me quiere y yo la quiero a ella, jamás estaría conmigo por interés, no lo necesita, su padre es licenciado en ingeniería civil, su madre es productora de teleseries y películas, mientras que ella por su lado es modelo infantil de una de las agencias de modelaje más grande del país, para ser preciso es la modelo titular de la segunda mejor casa de modelaje y digo segunda, porque la primera es la de Romina. Beatriz lo tiene todo al igual que yo, no necesita de mi dinero, ni ayudar a sus padres a hacer alianzas con las empresas de mi padre, no lo necesita porque ya son socio, trabajan juntos algunos clubs en el país. Ella no tiene nada que desear de mi familia. 

 




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