Doy tres vueltas en la cama antes de lentamente empezar a abrir los ojos acostumbrándome a la luz de la habitación, me siento en la cama cruzandome de piernas y estiro mis brazos desperezándome. Cuando ya estoy completamente consciente recorro con mis ojos el lugar, ¿Estoy en el dormitorio de Maik?.
Es entonces cuando caigo en la relidad, la fiesta, la ida a la casa de Tyler, la pelicula, cuando me beso y tocó... y la apuesta, la maldita apuesta, las mentiras que me dijo y yo como estúpida que las creí, en este momento me siento tan miserable, aún no lo puedo creer.
Yo creí en él, no me deje llevar por las habladurías que decían que era un mujeriego y que no le importaba nadie más que él mismo. Yo le creí y él me mintió, se hizo pasar por el chico tierno, simpático, caballero... y no sé si fue él un gran actor o yo la estúpida para caer en sus engaños.
Vuelvo a recorrer el lugar con mi vista, él sofá donde durmió Maikel se encuentra vacío a excepción por las cobijas con las cuales se tapó, que están perfectamente dobladas sobre este. Él, sin embargo, no está.
Le tengo que agradecer por haber ido a buscarme en cuanto se enteró de la apuesta y sobre todo haber llegado a tiempo porque sino, no sé que hubiera pasado -bueno, si lo se, ahora estaría insultándome de todas las maneras posibles por hablerle dado mi virginidad a un imbécil-, también tengo que agradecerle por no dejarme tirada y por no haberme reprochado cosa que me lo merezco ya que el me lo había advertido y yo no lo escuche.
Estoy por levantarme de la cama cuando veo a Maikel salir del baño desnudo a excepción de una toalla la que esta enrollada en su cintura cubriendo sus partes íntimas. Yo recorro todo su torso desnudo son mis ojos, parece salido de una revista de modelos. Todo su abdomen está marcado y sus brazos igual. Dejó de mirarlo cuando mis ojos conectan con los suyos, mis mijillas queman, no me quiero imaginar lo rojas que deben estar.
-¿Dormiste bien?- pregunta mientras abre su armario
-Si- respondo nerviosa por lo de recién
-Me alegro- ahora me está mirando con una sonrisa, yo trato de no mirarlo pero me es imposible- Tu ropa aún no ha secado- me avisa él y se pone un buso de manga largas
-Ohhh... Le pediré a Alex que me venga a buscar y ya me traiga ropa- digo mientras me levanto de la cama
-Si quieres te puedo prestar algo mío- se encoge de hombros, por un momento quiero aceptar su oferta, así tendria su aroma conmigo un rato más
-García Maik, pero yo hablo con Alex- digo borrando la idea anterior y encaminándome al baño- Además tu ropa me queda enorme- abro los brazos haciendo un gesto para mostrarle como me queda su buso.
Pero creo que fue una mala idea, él me mira de la misma manera que lo hizo anoche.
-Mi ropa te queda mejor a ti, que a mí- dice él después de sacar su mirada de mi cuerpo para ponerse unos pantalones.
Yo no puedo aguantar y sonrió ante su comentario. Luego me voy al baño, decidí escribirle a Alex para que me traiga ropa, la cosa ahora es explícarle que hago en la casa de Maikel sabiendo que debería estar en casa de Sofía.
Alex
-Alex!!!
-Despierta, necesito tu ayuda
-Estás?
-Qué pasa? Qué hiciste?
-Nada bobo
-Sólo necesito que me traigas una muda de ropa, estoy en casa de Maikel
-Y que haces tú en casa de Maikel?
-No deberías de estar en casa de Sofía?
-Después te lo explico ¿si?
-Sólo hazme ese favor, porfa
-OK, en unos minutos estoy ahí
-Pero después me debes una explicación
-Si si, Gracias!
En unos 15 minutos después Alex ya había llegado con la ropa, así que entre en el baño y di una ducha rápida para luego bajar donde estaba Alex esperándome mientras platicaba con Isabel y Maikel. Isabel la cual no me había visto llegar ya que cuando viene anoche ya era tarde y hoy no había bajado aún, nos hizo muchas preguntas tanto a Maik como a mí y puedo jurar que se armo muchísimas historias en la cabeza, era obvio cuando nos miraba con una sonrisa pícara.
Después de desayunar ya que Isabel insistió un montón, Alex y yo nos despedimos de ellos y agradecimos el desayuno para luego irnos a nuestra casa.
Por el camino tuve que contarle lo que había pasado con Tyler -la apuesta- y así para que entienda porque me quede en la casa de Maikel. Él estaba muy molesto, tanto así que quería ir a la casa de Tyler a "reventarlo a golpes", esas fueron sus palabras, pero luego de un buen rato de negarme a que fuera terminó accediendo, pero eso no hizo que la rabia se fuera.
-¿Como te fue en casa de Sofía?- pregunta mi padre en cuanto cruzamos la puerta
-Bien- respondo mientras me acerco para saludarlo.
No me gusta mentirle, pero no le puedo contar que me quede en casa de Maikel, en su dormitorio y que dormí en su cama porque pese a que sabe que somos sólo amigos -auch- no deja de ser un hombre, y mucho menos puedo contarle lo que Tyler me hizo, conociéndolo iría a su casa y a él si que no podría detenerlo.
-Que bueno hija, ¿Vas a desayunar?- pregunta dirigiéndose al living
-No, ya desayune en la casa de Sofía- respondo siguiéndolo hasta el living- Estoy cansada, me voy a acostar- le informo caminando a las escaleras
-Bueno hija, descansa- medio grita desde el living.
Paso todo el día en mi dormitorio acostada, sólo bajo para almorzar porque la verdad no tengo ganas de hacer nada hoy. Connor y Sofía vinieron a la tarde, les conté lo que había pasado la noche anterior, Connor otro más que quería ir a golpear a Tyler -creo que ya tiene sus propios matones para cuando quiera una paliza- y Sofía me abrazo y como de costumbre me dijo cosas lindas, una tierna.