POV Adela
Hace 5 años que me trajeron al orfanato, recuerdo como si fuera ayer todo lo sucedido para que yo éste aquí.
Comienzo del flashback
Tenía 10 años entonces y salimos yo, mi madre y mi padre al parque, estaba jugando con la pelota cuando de pronto un niño con el que estaba, la lanza lejos a la calle y yo voy a buscarla.
Pero, no me di cuenta que venía un auto y mi madre rápidamente vino y me empujo quedando en mi lugar.
La miro en el piso, fijándome que donde está ella hay un charco de sangre y comienzo a llorar.
El hombre del auto se desmonta y se queda en shock cuando la ve—dile que llame a la ambulancia—me dice mi padre.
—¡Llame a la ambulancia!—le grito al hombre llorando porque mi mami esta tendida en el suelo y no se mueve.
El hombre reacciona y marca un número en su celular—¿hola?, choqué a alguien en la calle del parque colonial—articula y me mira—sí, hay mucha sangre.
okey—le contesta a la persona de la llamada—ya vienen niña así que, cálmate.
—¡Mamá, despierta!—la muevo pero no hace nada.
Mi padre se acerca a mí y me toma de la mano—va a estar bien—articula mi padre apretando mi mano.
En realidad, no estuvo nada bien porque, mi madre fue llevada al quirófano de emergencia y luego de que sale voy a mirarla y me lleno de tristeza por verla en ese estado—oh mamá, ojalá hubiera sido yo en lugar de ti—digo con nostalgia.
—Adela, ella se va a recuperar solo ten paciencia—expresa papá.
—Eso espero padre mío.
—Mira, otra vez esta charlando con ese supuesto padre del que tanto habla que existe—escucho que murmuran mis abuelos.
—Es que tiene una gran imaginación y al parecer le hace mucha falta un padre—manifiesta mi abuelo Yonas detrás de mí como si yo no los pudiera escuchar.
—¡Abuelo!, él es real. Solo porque no lo escuchen ahora ni lo vean no significa que no existe—le comento empezando a irritarme.
—Ya, ya. Calma—responde el abuelo Yonas.
—Adela, tendrás que irte con nosotros por un tiempo hasta que tu madre se recupere—dice mi abuela Sonia y yo asiento con la cabeza.
—Bien, vámonos.
Nos vamos del hospital y como al otro día tengo clases me llevan a la escuela—mira, la rara vino en otro vehículo—comienzan a cuchichear.
Y yo solo suspiro—gracias por traerme—me despido y entro a mi martirio diario de la semana.
Entro al curso y tomo asiento guardando el asiento del lado a mi padre como siempre.
Viene una chica nueva y la presentan entonces, dicen que el único asiento vacío es el que está a mi lado pero yo digo que no es así y entro en una discusión con el profesor haciendo que se enfurezca por no querer que esa chica se siente a mi lado provocando que nos ponga al curso entero a recoger basura del patio en el recreo.
—Pero...—articulo frustrada porque él no me creía.
Llega el recreo y nos ponemos a recoger la basura hasta que unos chicos enojados se acercan a mí—tu, chica rara. Por tus estupideces de que tu padre está aquí estamos asiendo esto—me empiezan en ese instante a tirar basura y yo trato de retener las lágrimas.
—¡Ya basta!—exclama mi padre.
—¿Quién dijo eso?—pregunta uno de ellos.
—Que importa, solo tirale más basura a esta basura jaja.
Se abre el grifo el cual, esta conectado con una manguera y mi padre lo levanta y los moja con agua.
—¿Y esto...?—articulan asustados lo que hace que se detengan.
—¡Váyanse! o se las verán conmigo.
—Esta poseída, ¡vámonos de aquí!
Se van y me lleno de alivio—gracias padre mío—lo abrazo.
—No es nada, pequeña.
Los días corren y mi madre no despierta luego, pasan dos años y tampoco despierta.
Sin embargo, aunque las cosas estaban mal al parecer se ponía peor—Adela, tenemos que hablar—dice mi abuela y nos sentamos en la sala—tu abuelo quebró en su empresa y como sabes yo no trabajaba pero logré conseguir un empleo como costurera aunque, no me pagan lo suficiente. Por tanto, no tenemos dinero para pagarte la escuela ni mucho menos para criarte pues, apenas hay comida para nosotros dos y tu tienes que comer bien porque estas en desarrollo—me observa fijamente—nosotros lo pensamos bien y...—voltea el rostro—te daremos en adopción—dice y siento que me cae como un balde de agua fría encima.
—¿Q-qué?—logro articular.
—Mañana te llevaremos, empaca todas tus cosas—asevera y me voy a mi cuarto.
Toda la noche me la pasé llorando y mi padre consolandome ya que, me sentía muy triste.
Final del flashback
Me miro al espejo viendo a esta chica pelirroja de un ojo de color café y otro azul heredados de mi madre, con marcas de acné en las mejillas y barbilla, además de unas cuantas espinillas en el rostro y si fuera poco también tengo manchas de acné en la espalda.
Termino de observarme y suspiro—soy realmente horrible—musito.
—¡Hey!, ¿cuánto te falta? porque quiero ir al baño—escucho que dicen de tras de la puerta.
—¡Ya voy!—contesto, recojo mi cabello en una coleta y salgo—es todo tuyo—le digo.
Me dirijo a la salida de la escuela y en el momento que estoy cruzando un callejón veo hacia arriba—que hermoso cielo—digo contemplándolo.
Pero, veo de repente a dos personas—ah, que bien. Seguro son parapentes—pienso.
Sin embargo, no veo el parapente sino que veo ¿alas?
Me detengo y fijo mis ojos en el cielo—¿que rayos?—parecía que estaban peleando y el de ropa negra golpeó fuertemente al de blanco tirándolo al suelo frente a mí, grito.
Él de negro se va y yo miro al suelo sin creer lo que ven mis ojos.
Me acerco al hombre tirado al suelo—oye, ¿estas vivo?—le muevo un poco en el hombro.
Se remueve—umm—responde.
Pienso en marcharme y seguir mi camino aunque...—no puedo dejarlo así. Oh, ¿qué hago?—expreso sin saber que hacer.