Enamorada de mi ángel

Capítulo 16

POV Adela

Bajo a Darien poniéndolo en el piso y escucho que tocan la puerta—¡ya voy!—vocifero—Darien tengo que entrarte en la caja otra vez, lo siento.

—No quiero—me sorprendo un poco por su respuesta y continúan tocando la puerta insistentemente—casi ni puedo respirar ahí—añade.

—¿En dónde quieres que te oculte entonces?

—Pues...—él mira hacía el baño—en la bañera detrás de la cortina.

—Muy bien—lo cargo y lo llevo allá—no te muevas y tampoco hables ¿de acuerdo?

—De acuerdo.

Salgo del baño y abro la puerta—¿por qué tardaste tanto?—pregunta la señorita Penelope.

—Estaba en el baño—digo sin más.

—Bien, solo vine para recordarte que mañana cumples tus dieciocho años y como sabes no puedes seguir en el orfanato.

—Sí, lo recuerdo.

—Que bueno entonces, mañana temprano necesito que desalojes este cuarto—dice y yo asiento con la cabeza—eso es todo—se marcha cerrando la puerta tras de sí y yo me siento en el suelo agarrando mi cabeza.

Siento a Darien acercarse—¿sucede algo?—me cuestiona él.

—Como escuchaste me tengo que marchar mañana y...—respiro hondo—tal vez tengo que quedarme a vivir en la calle ¿te imaginas que seamos mendigos?

—Adela.

—Y ¿si nos secuestran o nos venden por ahí?

—Adela.

—Aunque estoy aún trabajando en el estudio de tatuajes pero, no me pagan ahora.

—Adela.

—O tal vez puedo hablar con Niki para que nos deje quedar en su casa aunque, y ¿si no acepta perros?

—¡Adela!

—¡¿Qué!?

—Calmate, ¿si?—lo miro—todo saldrá bien. Puedes hablar con Niki como dijiste y ella seguramente te aceptará.

—Tu vendrás conmigo ¿cierto?—él me observa con ternura.

—Claro que si—toco su suave pelaje acariciandolo y él él lame mi mano—Adela.

—¿Si?

—Qué tal si vas a dónde tu madre.

—Oh, ella...está en coma desde hace siete años.

—Que mal, ¿no puedes visitarla al menos?

—En realidad...

Comienzo del flashback

Después de salir de la escuela voy directo al hospital con ganas de hablar con mi madre y en recepción me encuentro con la enfermera—hola Fiona—la saludo.

—¿Vas a visitar a tu mamá?

—Sí.

—Creo que deberías volver otro día Adela.

—Ya me dijiste eso antes.

—Tal vez mañana sería un buen día.

—No, será hoy porque tengo como dos días que no la veo debido a que me dijiste lo mismo—sigo caminando directo a la habitación apresurada porque no tengo mucho tiempo sin embargo, cuando me acerco observo que la puerta está abierta y hay personas dentro que estan de espaldas a la puerta.

—Ella sigue así y no despierta todo por esa niña—escucho una voz de mujer hablar sollozando.

—Sonia—el señor saca un pañuelo de su bolsillo y se lo pasa a la mujer entonces, me doy cuenta que son mis abuelos.

Se voltea ella y me ve parada en la puerta—¿cómo te atreves si quiera a venir?—dice en cuanto me ve y yo sorprendida no digo nada—después de que ella eligió tenerte aún sin tener un padre que la ayude y no solo eso si no que de entre tantos te tomó a ti y ¿así le pagas?—no se que decir—¿no te das cuenta que eres como una maldición?—la miro sin creer lo que pronuncian sus labios—¡estás maldita!, ¡maldita!

—Sonia, tranquila—articula el abuelo tomándola de la mano.

—Yonas, ¿no te das cuenta que desde que estuvo con nosotros todo empeoró?—se suelta de su agarre—eres una maldición y...—hace una pausa para sonarse la nariz y se me agolpan los ojos de lágrimas.

Hago como que voy a entrar—¡no te atrevas a acercarte a ella!—vocifera y me sobresalto—¿es que no tienes verguenza?—me paralizo donde estoy—no vuelvas por aquí.

Miro al abuelo por ayuda—vete Adela—cuando lo escucho siento como si mi corazón se rompiera.

—¡Que te larges!, ¿no oyes?—retrocedo dejando salir las lágrimas de mis ojos y empiezo a correr hacía la salida.

—Adela, ¿qué sucede?—pregunta Fiona en cuanto me ve pasar y no le contesto solo, sigo corriendo hasta salir del hospital.

Final del flashback

—Oh, lo siento tanto Adela—Darien me mira con ojos tristes y yo me seco con la mano algunas lágrimas que se me salieron al recordar aquello.

—Esta bien—me pongo de pie y busco el bacterodine con algodón que había traído aquella vez—transformate—le digo y lo hace entonces, nos sentamos en el colchón y comienzo a aplicarle el antiséptico de la piel en el ala.

—Arde—Darien se aleja un poco.

—Lo sé pero tienes que aguantar ya casi tetermino—

sigo aplicándolo y él hace una mueca hasta que por fin acabo—listo.

—Gracias—me da un beso en la mejilla lo que hace que me sonroje y él me mira fijamente—te ves muy linda cuando te ruborizas—pasa su mano por mi mejilla y yo solo sonrío con timidez.

Me pongo de pie para guardar el bacterodine—Adela.

—¿Si?—contesto mientras boto el algodón usado en el zafacón.

—¿Por qué no llamas a ver si tu madre despertó?

—Ummm, no lo había pensado antes.

—¿No te da curiosidad?

—La verdad es que sí.

—¿Entonces?

—Intentaré llamar aunque no tengo celular al menos que...

—¿Al menos que?

—Tengo una idea.

—Eso es bueno.

—Usaré el teléfono de aquí o sea, de la señorita Penelope y llamaré para ver el estado en que se encuentra.

—¡Muy bien!

—Ya vuelvo, no le abras a más nadie que no sea yo ¿de acuerdo?

—De acuerdo—responde Darien y salgo con dirección a la sala.

 

 




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