Enamorada de mi ángel

Capitulo 23

POV Adela

Practicamos durante semanas los bloqueos y las defensas y como dar los golpes para debilitar a alguien si me quitan la espada y demás cosas.

Pude graduarme de la escuela junto con Darien y si, él estuvo allí conmigo por si sucedía algo sin embargo, ya no volvimos a ver a Damian.

—Ya se puede decir que estoy lista, ¿verdad?—le digo a Darien acalorada por la práctica de hoy.

—Umm, te falta solo un poco más—dice y yo solo pienso que es muy exigente con respecto a esto.

—Oh vamos—musito sentándome en el suelo.

—Descansemos un poco, solo para que no te quejes.

—Muy bien—observo el cielo y pienso que solo falta un día para luna llena que es el día marcado para la pelea entre ambos bandos y me pongo nerviosa.

—No te pongas tensa, todo va a salir bien—manifiesta mi padre acercándose a nosotros.

—Eso espero.

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Llega el día tan esperado y no podría sentirme más intranquila. Miro la hora notando que ya son las doce de la madrugada, la hora que se abre un portal de los demonios y solo pienso en lo que vamos a hacer que es pelear con los que salgan del portal a las tres horas claves en el que se abre, a las doce, a las tres y las seis de la madrugada.

Fijo mi vista en el espejo viendo mi vestimenta que consiste en un enterizo de cuero negro que me da fácil movilidad y escucho que tocan la puerta—pase.

Entra Darien—ya tenemos que irnos Adela—se acerca a mí estando yo de espalda mirandome todavía en el espejo y me doy la vuelta—Darien.

—¿Si?

—Tengo algo que decirte—miro sus labios y depósito un beso en ellos rápidamente y él se asombra—me gustas mucho, más de lo que podrías imaginar—le confieso.

Él levanta su mano y toca mi boca observandome con ternura—tu también me gustas y mucho.

—¿De verdad?—él asiente con la cabeza y yo me atrevo a darle otro beso y solo sonreimos.

—Tenemos que irnos chicos—articula mi madre quien al parecer estaba a nuestro lado pero no nos dimos cuenta.

—Eh, si—busco mi espada y la entro en mí vaina llevando también la cadena en mi mano y salimos afuera al punto del planeta donde hay más ataques de demonios que es Transylvania.

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Veo como claramente cuando se abre el portal y salen los demonios listos para atacarnos—solo encadenenlos para luego llevarlos al fondo del abismo—manifiesta mi padre y yo asiento con la cabeza.

Hacemos eso en las tres horas en las que se abre el portal mientras estamos mi madre, yo y Darien en eso veo que sale Damian—¿pero que...?—digo asombrada.

—Hola Adela—se acerca a mí de forma peligrosa con una espada en la mano con intención de herirme y yo saco rápidamente de la vaina la espada para bloquear el golpe.

Vuelve a arremeter contra mí y yo logro bloquearlo otra vez—puedo notar que has estado practicando—comenta.

—Pues si—articulo.

—Ven conmigo Adela y deja todo esto y te daré muchas riquezas provenientes de este mundo. Serás mi esposa y tendrás en tu mando a varias huestes—me mira en espera de mí respuesta.

—Es muy tentador pero, no—le respondo—eres un ángel caído ¿verdad?

—Así es—agarro bien la cadena que tengo en la mano para encadenarlo—oh no preciosa, no lo creo—me ataca nuevamente y yo le ato con la cadena las piernas haciendo que caiga de golpe al piso antes de que me llegara a tocar con la espada—rayos—musita.

—Arrepientete para que no estes en el abismo sufriendo—le digo y él se remueve un poco incómodo.

—¡Por supuesto que no!—vocifera.

—Por lo menos lo intenté.

—No te saldrás con la tuya, somos demasiados para ustedes tres—dice—vengan huestes, salgan de inmediato—llama a más demonios y yo lo envío de inmediato al abismo.

Darien al observar que vienen más pide ayuda pues, son demasiados entonces, envían más ángeles guerreros en nuestro auxilio y los atamos a todos.

Luego cuando terminamos se cierran los portales y volvimos a casa a descansar.

Vamos a diferentes países donde hay más demonios y así nos pasamos los días, atandolos y encadenandolos para enviarlos al abismo donde será el lloro y crujir de dientes.

—¿Nos vamos?—me pregunta Darien.

—Sí—tomo su mano viendo como se ven nuestros anillos de casados en nuestro dedo anular.

Veo a mi madre con mi padre tomados de la mano también y sonrío—no podría ser más feliz—musito.

Darien me mira—¿qué dijiste?—me pregunta y yo depósito un beso en sus labios.

—Que soy muy feliz.

—Yo también Adela, yo también.

Salimos de la casa yendo hacía el vehículo sabiendo que hay otro mundo, un mundo espiritual al cual pertenecemos y con el que lidiamos todos los días. Un mundo donde hay seres de mal como de bien y que este mundo natural por así decirlo no lo conoce. Pero, estamos nosotros que servimos al Dios altísimo para equilibrar las cosas.

Observo a Darien desde el asiento del copiloto mientras él conduce y pienso que no podría estar más enamorada de mi ángel.

                                          Fin.

 




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