Enamorada de mi hermano

capitulo 6 corazón temeroso

Pacifica corrió con todas sus fuerzas sin miras atrás, busco un lugar apartado donde nadie pudiera encontrarla, Dipper, Dipper y más Dipper no podía sacárselo de la cabeza. 

Pacifica sintió vergüenza de si misma, hace mucho que no había visto a su amigo y justo cuando se vuelven a reunir después de tanto tiempo tubo que meter la pata. 

Recordaba el rostro del castaño, justo como ella también había crecido, era un chico bien parecido. 

Pacifica no entendía nada, por que su cuerpo tembló y por que su ritmo cardíaco aumento. Nunca antes había experimentado nada igual era como una extraña enfermedad que nunca antes había sufrido. 

Pero qué podía ser, en serio Pacifica se había enfermado o se trataba de otra cosa. 

Que podía hacer Pacífica, no podía pasarse toda la vida pensándolo. Tenía que remediar las cosas. 

Como una chica de la alta sociedad debía mostrar una educación impecable ante todos, y Dipper lo merecía aún más. 

También pensó en Mabel, por culpa de su comportamiento no tubo la oportunidad de verla. 

Era hora de ir a casa ya pensaría las cosas con más calma. Al llegar a la mansión sus padres la encontraron, estos preguntando a donde había ido. 

Pacifica solo reveló parte de la verdad, había tomado un paseo. 

Prestos noroeste no estaba seguro de las palabras de su hija por suerte su teléfono sonó. Gracias a eso dejaron el asunto de su hija de lado para atender sus negocios. 

Todo el tiempo Pacifica era echada a un lado, los negocios, los amigos y la reputación eran más importantes. 

Ella añoraba a sus padres quería su compañía y su atención. Pero la realidad no era como lo deseaba. 

Pacifica era una desconocida para su padre y madre, el echo que fuera su única hija no cambiaba nada, Pacifica siempre pensaba que si desapareciera sus padres ni lo notaría. 

Siempre una chica invisible. Pacifica no tenía ningún amigo de verdad, todos esos chicos y personas ricas solo le hablaban por que era Pacifica noroeste. Pero Nadie sabía cómo era en realidad , nadie se tomaba la molestia de conocerla. 

Pacifica usaba una máscara, siempre sonriente, educada y de buen porte. Todo eso era igual que ser una máquina sin emociones. 

Aquel verano, con el incidente de aquel fantasma, Pacifica de mala gana tubo que pedir ayuda. 

En ese entonces la imagen que tenía de Dipper pines, era muy diferente. 




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