Enamorada De Mi Profesor

Regreso a Clases

-¡Pamela, ya es hora de levantarte, date prisa que se te hará tarde en tu primer día de clases, como siempre!- gritó mi madre detrás de mi puerta. Comenzaba mi último año de preparatoria, prometí a mis padres y a mí misma que este año me esforzaría demasiado por obtener solamente buenas calificaciones ya que mi sueño era entrar a la universidad y con las notas que llevaba hasta ese momento no lo lograría jamás.

-¡Ya voy mamá!- Le respondí y me levanté rápidamente de mi cama para darme un baño y arreglarme para ir al colegio.
Mientras me secaba el cabello, sonó mi teléfono, vi que era Diego mi mejor amigo, respondí a su llamada.

-¡Pamela, despierta! Levanta tu cuerpo de la cama y vístete rápido que en cinco minutos llego a tu casa. No quiero llegar tarde el primer día de clases por tu culpa, como siempre- Creo que alguien me subestimó y no creyó que verdaderamente fuera a cumplir mi promesa.

-Hey, tranquilo Diego, ya estoy casi lista, recuerda mi promesa, te espero aquí para irnos juntos. Te quiero, nos vemos en cinco minutos-

-De verdad que me sorprendes Pam, no pensé que está vez lo cumplieras, te quiero, nos vemos en un rato-

Terminé de arreglarme y salí de mi cuarto para desayunar algo. Llegué al comedor y mis padres y mi hermano Nicolás ya se encontraban ahí, vi que sobre la mesa había un plato más, para Diego, él desayunaba con nosotros antes de ir a clases desde que teníamos 10 años, prácticamente era de la familia. Le di a cada uno un beso de buenos días y me senté a la mesa.

-Pamela, me da mucho gusto que de verdad te estés esforzando por mejorar tu actitud este año, sabes que que es por tu bien mi niña, quiero que cumplas todos tus sueños, se que lo harás y aquí estaremos nosotros para ayudarte siempre que lo necesites- Dijo mi padre. La verdad es que mis papás siempre me apoyan en todo a pesar de que les había fallado varias, o muchas veces.

-Gracias papá, esta vez no les fallaré- Dije sinceramente. Alguien tocó el timbre.

-Ya llegó tu novio Pam- Dijo en tono de burla mi querido hermano, siempre me había molestado diciendo que Diego y yo éramos novios pero sinceramente eso nunca pasaría, Diego era un hermano para mí. Abrieron la puerta y entró al comedor Diego, saludó a todos y se sentó a desayunar con nosotros. Era realmente bueno estar así, en familia.
Al terminar, salimos a la cochera y nos subimos en mi coche. Primero dejaría a Diego en la universidad y luego iría al colegio.

-Ya se acerca tu cumpleaños, ¿qué planes tienes para celebrarlo? tiene que ser algo que supere a la fiesta del año pasado, estuvo increíble pero esta vez tiene que ser muchísimo mejor- Diego tenía razón, en un mes sería mi cumpleaños y como cada año íbamos a organizar algo genial para festejar mi cumpleaños, este año mi cumpleaños número 20.

-Pues aunque a partir de hoy seré la nerd de la clase, no dejaré de ser la más popular del colegio, aún no tengo planes pero tú me vas a ayudar porque me amas y te encantan las fiestas, ¿verdad Dieguito?- Dije mientras conducía.

-Claro que te voy a ayudar, pero no te amo- Y así seguimos hablando, discutiendo y riendo durante todo el camino hasta llegar a la universidad, Diego se despidió de mí y se bajó del coche. Yo me dirigí al colegio, quedaba sólo a unas cuantas cuadras.

Mi teléfono sonó y al tratar de tomarlo para contestar cayó al suelo del coche; como el semáforo estaba en rojo me agaché para tomarlo, pero para mi mala suerte, justo en ese momento un ruido muy fuerte se escuchó y sentí mi auto moverse un poco hacia adelante, por suerte no me golpeé en la cabeza ni nada, pero ¡Dios, algún loco acababa de estamparse contra mi adorado coche!
Me bajé rápidamente para ver si no le había pasado nada a mi auto ¡y para mi sorpresa sí!. Me acerqué un poco enfurecida hacia el auto que chocó contra mí y antes que pudiera decir algo, un hombre muy apenado salió.

-Por favor perdóneme señorita, venía distraído y no me di cuenta que el semáforo cambió a rojo, lo siento mucho, pero le prometo que me haré cargo de los daños su coche quedará como nuevo, pero ¿usted está bien? ¿le pasó algo?-

En el momento en que iba a comenzar a insultarlo, me di cuenta que era un hombre demasiado guapo y joven, le calculé 27 años, no soy de las personas que se ponen nerviosas pero verlo ocasionó que todo el coraje que sentía desapareciera y en su lugar una sensación muy extraña apareció.

-No se preocupe am, no, no pasa nada, estoy bien- Las palabras salieron con el mayor de los nerviosismos, ¿qué pasa Pamela? ¿por qué te comportas como una adolescente?.

-¿Está segura? Se escucha muy nerviosa, déjeme llevarla al hospital para que la revisen- Dijo con tono realmente preocupado el que ahora para mí era un completo extraño que acababa de arruinar mi coche y no se porqué estaba provocando en mí que actuara de una forma muy extraña.

-Estoy bien, de verdad, por los gastos no se preocupe, sólo tenga más cuidado cuando maneje- Le dije con un tono un poco más seguro. -Tengo que irme porque voy a clases, que tenga un buen día-.

-Espere por favor señorita-.

-No me llame señorita, no me gusta, dígame Pamela, pero de verdad tengo que irme es mi primer día de clases y no quiero llegar tarde-.

-Pamela, espera por favor, quiero pagarte la reparación de tu coche, al menos dame tú teléfono para llamarte después-.



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En el texto hay: romance, secretos, misterio

Editado: 13.09.2021

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