Enamorada De Mi Profesor

Seguridad

Era increíble pensar que mis padres vendrían a verme, sin embargo esa noticia le devolvió a mi vida el color que había perdido hace algún tiempo. Ni siquiera podía imaginarme qué era lo que me dirían mis padres, pero no me importaba, lo único importante en ese momento era que volvería a estar con ellos, aunque fuera por poco tiempo, estaba segura que eso nos daría a todos la fuerza para terminar con esta pesadilla.
Sin dejar de llorar me quedé dormida.

El sonido de alguien golpeando la puerta de mi habitación me despertó, no tenía idea cuánto tiempo había pasado.

-¿Quién es?- Pregunté al tiempo que me levantaba de la cama, había dormido sobre las sábanas y con mi ropa, tenía el cuerpo un poco entumido por el frío ambiente.

-Pamela soy yo, Derek- Sin dudarlo abrí la puerta y ahí estaba él con ropa igual a la que me habían dado el día anterior, me cuestioné si todos en este lugar vestiríamos así -¿Pudiste descansar?- Entró a mi habitación, me quedó claro que todos esos tipos no conocían el concepto de privacidad.

-Supongo que me quedé dormida, no lo recuerdo- Me senté sobre la cama y me abracé a mí misma para “cubrirme” del frío.

-¿Por qué sigues usando esa ropa?- Preguntó al darse cuenta de lo que estaba haciendo –Te vas a enfermar-

-Ayer ya ni me preocupé por el frío, estaba tan emocionada que me olvidé de todo lo demás- Sonreí al recordar –Por cierto, ¿cómo harán mis padres para llegar hasta acá? ¿Ellos no están en peligro?-

–Ellos no están en peligro, Pam, pero obviamente también tenemos un protocolo de seguridad para ellos, pues no sabemos si pudieran usarlos para dar contigo- Se recargó en la pared para verme de frente –Estamos arriesgando demasiado al pedirles que vengan es por eso que les hemos dado documentos con identidades falsas, creemos que si los tienen vigilados a ellos es sólo por sus nombres-

-Entiendo, ¿cuánto tiempo estarán aquí?-

-Tan sólo doce horas- Dijo muy serio, realmente no me importaba cuánto tiempo se quedarían, en ése momento sólo quería abrazarlos –Ahora debes cambiarte, debemos ir a desayunar, ayer no comiste nada en todo el día-

-Dame dos minutos para cambiarme- Me levanté de la cama y tomé el paquete.

-Estaré afuera- Me dedicó una sonrisa y salió de la habitación.

Me dirigí al baño y me vestí rápidamente. El “uniforme” consistía en un pantalón ajustado al cuerpo color gris, una playera de manga larga a color blanco y una sudadera del mismo color que el pantalón. Me vi en el espejo, la ropa resaltaba mis “curvas” me quedaba bien, pero nuevamente mi rostro tenía muy mal aspecto quizá era porque no había comido en muchas horas, me lavé la cara y recogí mi cabello en un chongo alto y despeinado. Salí de la habitación.

-Te ves bien- Dijo Derek al verme salir, rodé los ojos, él se dio cuenta de mi expresión -¿Qué? Sólo te digo la verdad-

-Estoy segura que no me veo nada bien- Dije comenzando a caminar a su lado.

-Siempre te ves bien, acéptalo, aunque pases días enteros sin bañarte, sigues siendo hermosa- Ajá –Y vaya que te he visto, Ruslan nos mantuvo al tanto de la situación que vivían-

-Ese Ruslan es un chismoso- Ruslan ¿qué pasaría con él? -Por cierto, ¿ya apareció?-

-No hemos podido comunicarnos con él y tampoco lo encontramos con su pulsera de rastreo- Un sentimiento de culpa me invadió, si le había pasado algo había sido por mi culpa obviamente.

-Todo es mi culpa- Dije con tono triste.

-No es verdad Pamela, yo te puedo asegurar que él está vivo, te juro que ése hombre es de acero, ha sobrevivido varios impactos de bala y si eso fue lo que le pasó te aseguro que esta vez no será la excepción- Esperaba que no se equivocara y él siguiera vivo, quería agradecerle por haberme cuidado todo este tiempo –No estés triste ya verás que pronto contactará con nosotros e iremos por él- Asentí, rogando a Dios que así fuera.

-¿A dónde vamos?- Dije para cambiar de tema.

-A desayunar- Giramos a la derecha y entramos en una puerta, el olor a café inundó mis fosas nasales e inmediatamente mi estómago me exigió a gritos un poco de comida, bueno mucha comida, puse mis manos sobre mi abdomen para evitar que Derek lo escuchara pero fue inútil. Me miró burlón –Vaya que tienes hambre-

-Y sí, creo que me comeré todo lo que encuentre en este lugar- Me detuve para observar el sitio, era un comedor bastante amplio, calculé espacio para unas 100 personas, por suerte sólo estaba un pequeño grupo de cuatro personas. Mis dudas se aclararon, todos usábamos la misma ropa.

-Ya veremos si puedes. Por aquí- Me guio hasta el sitio donde se encontraba la comida, todo se veía delicioso –Puedes tomar lo que quieras, sin abusar obviamente-

-Tranquilo, no era literal que me comería todo lo que encontrara- Sonreí. Tomé uno de los platos para servirme un poco de fruta con yogurt, también me serví una taza de café.
Esperé a que se sirviera su desayuno y juntos nos dirigimos hasta la mesa más cercana.

Comenzamos desayunando en silencio pero luego conversamos un poco de todo, de mi vida pasada, de nuestros gustos personales, él me contó varias cosas sobre su vida como agente de seguridad de la organización ultra secreta a la que pertenecía.

Después de algunos bocadillos y una agradable conversación con Derek, salimos a recorrer la unidad. Era demasiado grande y estaba segura que me perdería si andaba yo sola por ahí, era prácticamente un laberinto. Los lugares que más me gustaron fueron la sala de entrenamiento, que por lo visto era la más utilizada de todo el lugar; la sala de control donde había muchísimas pantallas donde se podía observar cada sitio de unos diez kilómetros alrededor y la biblioteca que era casi del mismo tamaño que la biblioteca de mi colegio.

-Necesitarás hacerme un mapa de toda la unidad, no creo recordar ni siquiera donde está mi habitación- Dije mientras nos sentábamos en uno de los sillones de la sala de juegos.



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En el texto hay: romance, secretos, misterio

Editado: 13.09.2021

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