Enamorada De Mi Profesor

Nueva vida

-¡Mamá! ¡Papá!- Corrí hacia ellos y rompí en llanto, dentro de mí todas las emociones y sentimientos que existen se encontraban haciendo de las suyas. Llegué hasta ellos y los abracé como nunca. Tenerlos tan cerca de mí parecía una ilusión pero no era así, era completa e irrevocablemente real. Quería gritar, saltar y bailar de la alegría que sentía al estar junto a mis padres una vez más. Pero una parte de mí estaba destrozada, apagada; y eso, también era real. Por un momento deseé que todo fuera un sueño y me culpé por ello. Al final de cuentas así era la vida, ahora entendía perfectamente que si quieres obtener algo que deseas con todas tus fuerzas, debes renunciar a ciertas cosas. Nunca pensé que para obtener lo que yo quería el precio sería la vida de alguien a quien en tan poco tiempo logré querer como un verdadero amigo. Traté de deshacerme de ese oscuro pensamiento. Mi mente estaba realmente cansada de pensar. Había tantas cosas en mi cabeza que no me permitían disfrutar del momento increíble que estaba viviendo. Suspiré.

-Mi niña, no sabes cuántas noches tu madre y yo pasamos sin dormir, imaginando este momento- Lo mismo pasó conmigo -Quiero que vuelvas a ser la chica alegre que siempre has sido, quiero que todo esto que pasaste quede en el pasado-

-Será muy difícil, papá- Mi llanto se intensificó, realmente creía que nunca podría volver a llevar una vida normal. No después de todo lo que viví.

-Te ayudaremos para que logres superar esta crisis, somos tu familia. Haremos todo lo que sea necesario para que vuelvas a ser feliz- Dijo mi madre limpiando mis lágrimas, respiré profundo y traté de calmarme.

-Gracias por todo, les prometo que estaré bien- Me separé de ellos y limpié mis lágrimas con la manga de mi sudadera. No quería preocuparlos, suficiente habían tenido con haber soportado tanto tiempo de incertidumbre -Debo ducharme para acostumbrar mi cuerpo a este clima cálido-

-Está bien, mi niña, haz lo que tengas que hacer para recuperar tu vida- Asentí con la cabeza.

¿Qué se suponía debía recuperar? ¿Qué vida? Quizá ya no quedaba nada qué recuperar, todo cambió. Yo cambié. Ya no quedaba nada de la antigua Pamela. Definitivamente nunca nada volvería a ser lo mismo. Con un sentimiento de vacío en el pecho caminé hasta mi habitación. Subí las escaleras que diariamente recorría antes de que todo esto comenzara. Todo me parecía extraño, como si estuviera en una casa ajena, viviendo una vida que no era la mía. Me detuve al estar frente a la puerta de mi habitación, toqué la perilla y la abrí lentamente. Observé mi habitación, todo estaba justo como lo recordaba pero ése ya no era mi cuarto. Me desvestí y caminé hacia el baño. Dejé el agua correr por unos minutos. Al entrar en contacto con el agua, automáticamente las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. Lloré hasta que no me quedaba más fuerza para seguir haciéndolo. Cerré la llave del agua y sequé mi cuerpo. Me cubrí con la toalla y salí del baño. Observé nuevamente la habitación. No comprendía, si había deseado tanto regresar a casa ¿Por qué no se sentía como estar en casa? ¿Por qué todo me parecía ajeno?

Me senté al borde de la cama, poco a poco el cúmulo de pensamientos que atormentaban mi paz mental se apagó y dejó tranquila mi mente. Me encontraba extremadamente agotada de mente y cuerpo. Me quedé profundamente dormida.

Desperté a la mañana siguiente. Abrí mis ojos y la intensa luz del sol me hizo cerrarlos nuevamente. Poco a poco volví a abrir los ojos para adaptarlos a la luz. Observé la habitación, no había sido un sueño. Verdaderamente estaba en casa.

Caminé hasta el armario y me vestí, no tenía muchas ganas de arreglarme así que me puse lo primero que encontré.

Cuando estaba cepillando mi cabello comencé a estornudar. Había pasado la noche entera envuelta en una toalla húmeda, seguro me había resfriado. Me paré frente al espejo y observé mi reflejo. Aquella chica que veía no era yo, definitivamente. Parecía el cuerpo de una persona sin vida. Si no fuera por lo roja que estaba mi nariz podrían fácilmente confundirme con un fantasma o algo así. El sonido de alguien llamando a mi puerta me sacó de mis pensamientos.

-Hija, soy yo, baja por favor- Dijo mi madre en un tono muy dulce. No tenía ganas de salir de la habitación, pero como estaba convencida que mis padres sufrían bastante por la situación y que ellos la estaban pasando igual de mal que yo, decidí bajar y no complicarles más las cosas.

Al llegar a la sala, mi corazón se detuvo, sentí mis piernas debilitarse y amenazar con doblarse. La sensación de un rayo atravesando mi cuerpo me invadió.

-Pequeña, te extrañé tanto- Manuel corrió a abrazarme. De repente todos los momentos que viví junto a él comenzaron a bombardear mi mente. Mi corazón latía a mil por hora, el nudo en mi garganta se volvió del tamaño de una manzana por lo que no podía pronunciar ni una palabra. Tenía ganas de llorar pero no podía hacerlo, estaba tan deshidratada que no me quedaban lágrimas. Manuel me abrazó con fuerza, su perfume invadió mis fosas nasales, había extrañado tanto tenerlo así, había soñado tanto con ese momento que justamente parecía un sueño -Por favor no desaparezcas nunca más, mi vida es tan gris sin tu presencia-

-¿Por qué estás aquí?- Dije separándome de él, sentí que un cuchillo atravesaba mi alma.

-¿Qué dices?- Su voz sonó bastante sorprendida.

-No deberías estar aquí- Dije con mucho esfuerzo. No quería lastimarlo, pero sabía que a mi lado sufriría bastante.

-No entiendo ¿Por qué me dices estas cosas?- En sus ojos pude ver la tristeza, lo había destrozado con unas simples palabras. Pero estaba segura que era lo mejor para él.

-Las cosas han cambiado, Manuel, ya nada es ni será como antes- Traté de sonar lo más seria posible -Deberías irte, debes ir al colegio, las clases ya han comenzado-

-Ya no doy clases, pero dime ¿Qué ha pasado? ¿Por qué haces esto?- No lo entendería aunque se lo explicara. Quise preguntarle sobre las clases, pero eso sólo me haría pasar más tiempo con él y sin duda se daría cuenta de que estoy fingiendo -Si lo que necesitas es tiempo, te dejaré en paz hasta que estés lista, te estaré esperando, quiero formar parte de tu nueva vida, de tus nuevos planes.



#41999 en Novela romántica
#6874 en Chick lit

En el texto hay: romance, secretos, misterio

Editado: 13.09.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.