Enamorada de tu oscuridad | Saga: Descendientes

CHP 7

 

 

—Vete de aquí Don, deja a la chica –El chico sapo se abalanzo sobre el, pero algo sucedió, un chacal negro surge de entre las sombras y se monta sobre él, le gruñe cerca de la cara y el chico sapo se asusta.

—Jack…déjalo –El chacal negro se quitó de encima de el a duras penas, refunfuña y se pone delante de mí. Se parece a Daiki…

—¡Me la vas a pagar maldito! –Grita el chico toro, él y el sapo se van. pero el tipo serpiente se queda mirándome fríamente por varios segundos, el chacal negro le gruñe y él se va.

¿Que ha sido eso? Joder ese tipo me ha mirado como si mis días estuvieran contados. Bien hecho Alice primero Jandikal y ahora este tipo. Daiki me va a matar…

¡Maldición! ¡Daiki!

—Oye tú…

—¿Hm yo? –El asiente –¿Pa-pasa algo?

—Eres una problemática, podías dejar que matara al conejo –Dice con simpleza.

—¿Que carajos te pasa? ¡Es un ser vivo! –Refunfuño por lo idiota que es –¿Sabes? Esta mañana te vi alimentándolo, pensé que eras bueno, pero veo que eres un imbécil…

—¿Cómo te llamas?

—No te importa…

—Si te pregunto es por algo… —Lo ignoro –Hey no lo decía enserio, en realidad te quería agradecer por defender a Carlos.

—¿Quién le pone Carlos a un conejo? —Me rio y el alza los hombros con una sonrisa ladina —Ya…no es nada…me llamo Alice ¿Amigos? –Le extiendo la mano y el me mira curioso.

—No tengo amigos –Dice con una leve sonrisa.

—Entonces ¿Conocidos? –Sigo con la mano extendida, el mira hacia otro lado, busco su mirada y le sonrió, suspira derrotado y toma mi mano.

—Que no se te suba a la cabeza, acepto solo por Carlos.

—Si, si —Sonrió.

—Me llamo Austin... ¿te puedo hacer una pregunta?

—Claro

—¿Por qué estás hablando conmigo?

—¿Qué?... –Estaba por decir algo más, pero me interrumpen, alguien jala mi brazo y me echa hacia atrás, mi espalda choca contra un pecho duro, alzo mi cabeza y lo veo ahí parado mirando con rabia a Austin. –Daiki… —susurro y el aprieta mi brazo.

—Se puede saber qué haces aquí… ¿con él? –Me susurra al oído sin dejar de verlo.

—¡Vaya! ¡Ya te estabas demorando Draco!

—¡Cállate Black! No te quiero cerca de ella ¿entiendes?

¿Draco? ¿Black? Wtf ya me perdí

—No tenía pensado acercarme a ella, pero la situación lo ameritaba, en estos quince minutos descubrí dos cosas interesantes –Ríe –La primera…la chica es problemática y muy interesante…y la segunda…que eres su guardián…

Daiki abre los ojos con asombro, lo fulmina con la mirada, me toma de la cintura y me atrae hacia él.

—¡Nos vamos! –Me jala del brazo y me arrastra.

—¡Adiós Draco! –Dice Austin con falso entusiasmo, Daiki solo le hace un gesto con la mano. Salimos de ese lugar y fuera del colegio veo a Hertax.

—¡Al fin! ¿Que estabas haciendo Alice? –Pregunta Hertax cuando llego a su lado.

—Estaba con Austin –Hertax abre los ojos como platos, Daiki resopla molesto y se va. –¿Qué tiene de malo que este con él?

—El y Daiki no se llevan nada bien –¿Qué? Pero si parecían buenos amigos –Nadie sabe por qué, pero se odian a muerte. Deberías hablar con el…aunque no lo creas él se preocupa por ti, después de todo es tu guardián, relacionarse con Austin puede ser peligroso. El perdió a sus padres cuando tenía cuatro años en un terrible accidente, el único sobreviviente fue el, desde entonces se volvió la persona que es hoy en día…

—¿Por qué hablan así de el? El chico me defendió de unos brabucones… —Ella abre los ojos sorprendida por segunda vez en el día.

—¡¿Austin Black defendiendo a alguien?! Joder eso era para grabar –Ríe –Austin no se preocupa por nadie más que él.

No creo que eso sea cierto…

Después de eso no dijimos más nada en todo el camino, el chico podrá ser un antisocial, pero me ayudo y eso dice mucho de él. Llegamos al templo y veo a Daiki esperando en la puerta de entrada.

—Iré a buscar comida –Dice Hertax para dejarnos solos, ¡no pues gracias! –sarcasmo –

Daiki se sienta en uno de los escalones y me jala del brazo para que me siente a su lado. Me hace sentar a las malas y lo fulmino con la mirada, mientras me acomodo.

Como siempre tan animal.

—No quise ser tan brusco contigo esta mañana… me llené de ira, estuvimos esperándote como idiotas y cuando te fui a buscar estabas con ese maldito —Dice entre dientes.

—¿Por qué lo odias tanto? –Pregunto mirando hacia el bosque.

—Es algo sin sentido, creo que nos odiamos desde siempre, nos conocimos cuando teníamos cinco años y tuvimos nuestra historia, pero pasaron muchas cosas y por eso nos odiamos hoy en día… no hay una razón en específico…

Volteo y lo miró fijamente, sí que hay una razón en específico, solo que él no quiere aceptarlo. ¿Por cuánto habrán pasado estos dos para ser así? Tomo su mano y la aprieto suavemente, el me mira confundido y le regalo una sonrisa leve.

—Se que no soy la indicada, no nos gustamos mucho, pero cuando estés listo para hablar sobre el tema aquí estaré para escucharte… —Su semblante pasa a ser uno triste, sus ojos reflejan ese dolor contenido.

—¿Por qué? Desde que llegaste solo te he tratado mal —Pregunta confundido.

—Pero me ayudaste cuando lo necesitaba, aunque te hará obligado, podrías haber evitado ese beso —Sonrió. —Tu permitiste que formáramos ese lazo.

—Alice… —Susurra mi nombre, me acerco y le doy un beso en la mejilla, me paro y el me sigue con la mirada mientras entro al templo. Al entrar veo a mi padre mirándome con desaprobación.

—Me decepcionas Alice…te dije que no te quería cerca de el –No alza la voz, pero tampoco está calmado, está molesto, lo sé por qué siempre usa ese tono conmigo cuando se molesta y no quiere que mama se entere.

—Ya te dije que es imposible que no me acerque a el… —Digo y me voy a mi habitación.

No entiendo porque todo el mundo estigmatiza a las personas. Daiki y Austin parecen chicos problemáticos, solitarios y unas banderas rojas andantes, pero eso es lo que muestran a la gente.




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