Enamorada de tu oscuridad | Saga: Descendientes

CHP 2

Alice

Dios dormí 14 horas seguidas, no me lo puedo creer.

—Lo siento… —Miro por la ventana y me doy cuenta que ya hemos aterrizado, hay gente bajando aun, me froto los ojos y me levanto aturdida. Tomamos nuestras cosas y bajamos del avión, al salir tomamos un taxi y mama le dio la dirección al taxista usando el traductor de Google.

—¿Mama donde estamos? –Dije al solo ver arboles alrededor. No pinta nada bien cuando acabo de tener otra pesadilla en un jodido bosque. Ella como siempre me ignora mientras lee el libro de esta mañana.

El taxista le hace una seña a mi mama con la mano, ella levanta la cabeza del libro y ve por la ventana. Le paga y nos bajamos. Esto da miedo, ya anocheció y solo se escucha el sonido de los animales.

—Bravo mama nos trajisteis al medio de la nada –Digo con sarcasmo y ella me mira mal.

—Andando –Dice totalmente seria y no tengo más opción que tomar mis maletas y seguirla, nos adentramos al bosque y mientras más avanzamos me sentía vigilada.

—No se tu, pero yo soy generación Z y prefiero vivir mi vida entre cuatro paredes que estar en un lugar que parece tan desolado como en the walking dead.

La señora Johnson alias mi madre no dijo nada en todo el camino, luego de varios minutos que parecieron una eternidad llegamos a una cabaña extraña.

—¿Mama que es esto? –Pregunto asustada. Me ignoro por milésima vez en el día y avanzo hasta la puerta, no toco, saco una llave de aquel libro que se la pasó leyendo y abrió la puerta. Ella entro rápidamente y yo me quede unos segundos dudosa, si entro puede que encuentre algo desagradable y si no entro algún animal me puede comer viva.

O algún zombie.

Pensándolo bien, la primera opción no suena tan mal.

Entro con cuidado y al hacerlo veo a mi madre llorando entre los brazos de mi padre.

Entro con cuidado, el aire en la habitación se siente denso, casi roto. Lo primero que veo es a mi madre… y a un hombre abrazándola con fuerza. Su rostro está oculto, enterrado en el cuello de ella, casi como si temiera soltarla.

Me quedo quieta, confundida, sin atreverme a hacer ruido.

Entonces, poco a poco, él se separa de mi madre y gira hacia mí.

Mi corazón se detiene.

—Papá… —susurro apenas, incrédula.

Mis manos tiemblan, mis pensamientos se agolpan uno tras otro como un torbellino. Creí que estaba muerto, creí que nunca más volvería a verlo, que solo quedaban recuerdos lejanos y un vacío imposible de llenar. Pero allí estaba, con lágrimas en los ojos, mirándome como si yo fuera un milagro.

No podía asimilarlo, no podía creerlo. Era real… y al mismo tiempo, imposible.

—Mírate cómo has crecido –Dice llorando –Te deje tan chiquita y ahora eres toda una mujercita.

—Papa… —Quise decirle sus tres verdades, golpearlo y llenarlo de cuanto insulto se me pudiera ocurrir, pero de mi boca solo salió un jadeo de dolor antes de que empezara a derramar lágrimas.

—Alice mi niña sé que tengo que explicarles muchas cosas, pero ahora necesito que confíen en mí, no me fui por que quise, algo más grande que yo me obligo, pero ya estoy de vuelta.

—¿De qué hablas papa? —Digo entre sollozos.

—Alice… —Mi padre no pude terminar de hablar cuando se escuchó un rugido en todo el bosque que hizo que mi cuerpo empezara a temblar. Ese sonido yo lo conozco…

—¿Que fue eso Christopher? –Pregunta mama también asustada.

—¡Debemos irnos lo antes posible, si las encuentra aquí estaremos perdidos! –Papa empezó a buscar algo entre las gavetas de una mesa. Estaba por preguntarle que estaba buscando cuando de repente algo voló la mitad de la cabaña haciéndonos caer al suelo.

Y entonces lo vi, aquella bestia que me atormentaba por las noches estaba frente a mí, mirándome fijamente con sus ojos color sangre.

Corre.

Huye.

Muévete.

No pude reaccionar en cuanto empezó a acercarse, los gritos de papa me decían que corriera, pero no podía, mi cuerpo no respondía a mi cerebro.

Sentí como el jalo mi brazo y corrimos fuera de la cabaña, esa cosa venia tras nosotros, entonces dio un salto en el aire y estaba por caer sobre nosotros hasta que papa se detuvo, y entonces estallo una esfera azul en el suelo haciendo que se abra un hueco en la tierra y cayéramos en él.

—¡Pero que carajos!

No sé cuántos segundos pasaron ni como lo hicimos, pero de repente me vi cayendo del cielo a pocos metros de un templo extraño.

—¡Por favor Dios si de verdad existes no me dejes morir aquí, prometo que empezare a creer en ti, seré una mejor persona y dejare de leer tantos libros eróticos!

Rogué por mi jodida existencia mientras caía, cerré los ojos a esperar el impacto, pero caí encima de alguien.

—¡Mierda!

Escuché y abrí los ojos para ver sobre quien había caído. Me toque todo el cuerpo con miedo buscando herida.

—Estoy viva —Digo asombrada. —Estoy viva jaja…—Miro hacia arriba —No decía enserio lo de los libros eróticos pero gracias señor!

—Ya terminaste?

Miro hacia abajo y veo a un chico.

—¡Quítate de encima loca! –Grito y me quedo de piedra.

Este chico…es muy atractivo…

***

Daiki

Flashback

A pesar de estar encerrado en el templo podía ver todo lo que estaba pasando allá afuera. Aquella mujer loca que me secuestro se acercó a mi madre que está en el suelo, empiezo a sentir miedo por lo que está pasando y en un abrir y cerrar de ojos la espada de mama se incrustó en su hombro. Aun estando lejos podía escuchar sus gritos de dolor, me paralizo al ver a mi mama en ese estado, empiezo a llorar sin parar y entonces ella mira hacia mi alza su mano en un intento de llegar hacia mí, pero se desploma en el suelo.

No sé lo que sucede, pero algo dentro de mí se rompe, mi corazón se detiene por unos segundos, un fuego negro se junta a mí alrededor, miro a mi papa tratando de llegar hasta mama y termino de romperme. De repente el templo explota y una llamarada negra asciende hasta el cielo formando una pequeña tormenta.




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