¡Humana tonta! ¿Y este que se cree? Es un idiota. Luego de aquella charla no muy amena, entre al templo a hablar con mis padres, merecía la verdad, pero esta vez quiero escucharla de la boca de ellos.
—Hey ¿qué hacen? –Pregunto al entrar al salón.
—Oh hija el señor Juanjo nos está enseñando a jugar damas. Él es muy bueno en esto –ríe.
—Ya veo –Sonrió –Mama, papa, ¿podemos hablar? –Ambos me miran sin saber que decir hasta que el señor Juanjo rompe el silencio
—Bueno, iré a limpiar el santuario –Me regala una sonrisa antes de irse y me quedó sola con mis papas.
—¿Y bien? ¿Van a seguir haciendo como si todo lo que ha pasado hasta ahora fuera un viaje a San Andrés o qué? –Papa suspira con pesadez y da tres golpecitos en el sofá para que me siente al lado de él.
Tomo aire con fuerza y me siento a su lado, mama se sienta también y quedo en medio de ambos.
—Sé que mi partida ha sido muy difícil para ti, pero te juro que no fue apropósito…hace años vine a Japón a hacer una expedición en una cueva misteriosa, Zayn me advirtió que no me vinieron porque tenía un mal presentimiento y yo no le hice caso. Caí dentro de la cueva sin querer y entre las runas había un muñeco de madera extraño que poseía un demonio dentro de él, algo o alguien hizo que esa cosa entrara en mí, perdí los recuerdos de mi vida pasada y me convertí en el rey demonio. –Suspira– La familia Romo fue quien me libero de ese tormento, Loraine purifico mi alma y mi cuerpo, pensé que luego de eso podría volver a casa con ustedes tranquilamente, pero no. Jandikal me atormento para que ataca a los Romo, pero siempre me resistí —Ahora que sabe que tengo familia ira tras de ustedes, lamento mucho si te hice sufrir mi niña, jamás fue mi intención…
Fue inevitable para mí no llorar, mi padre paso por demasiadas cosas horribles y yo como una cría molesta pensando que se había cansado de nosotras y nos había abandonado. Pero que tonta…
—Papa, no tienes que disculparte…yo sí, siento haberte tratado así ayer, debí abrazarte en vez de reprocharte. –Él me sonríe y me atrae hacia él, lo abrazo con fuerza mientras lloro en su pecho.
—Ya está mi niña, volveremos a ser la familia feliz de siempre, ya verás…
***
Luego de unas cuantas lágrimas y de ponernos al día entre los tres, empezamos a contarnos anécdotas de lo que había pasado en estos ocho años.
—Papa tengo una pregunta
—Si dime, ¿qué pasa pequeña? —Dice mientras me acaricia el cabello.
—La familia Romo… ¿quiénes son estas personas? —Aun no proceso bien eso de los seres sobrenaturales.
—Bueno…los Romo han sido una gran familia durante años, descienden del Dios Inari, el Dios de este templo, por lo tanto, tienen sangre real. Ellos se hacen coger cariño muy rápido, son personas muy amables y empáticas. Eso atrae a la gente y hace que quieran quedarse con ellos, esta es una familia muy única.
—Y… ¿el chico?... el zorro…
Mama y papa se miran con temor durante unos segundos y me alarmo.
—¿Qué pasa? —Pregunto extrañada.
—No te quiero cerca de el Alice, no quiero ningún tipo de acercamiento con él, ese chico no es bueno para ti —Corta.
—¿Qué? ¿De qué hablan? No me estoy refiriendo a él románticamente, solo quiero saber si es cierto que es un zorro oscuro –Digo fastidiada por lo que dijo, jamás estaría interesada en ese animal pulgoso.
—¡El chico es un peligro para ti y tu para él, no quiero que haya ningún tipo de relación entre él y tú!
¿Pero que carajos le pasa y como que peligroso para él? ¡Yo soy la humana indefensa aquí, él es mitad zorro, mitad demonio!
—¡Papa es ilógico que prohíbas hablar con él si vamos a vivir en el mismo techo! –Grito y se enfurece aún más.
—Pues busca la manera, no me importa cómo, pero te quiero lejos de él. –Suspira y se agarra del puente de la nariz –Escucha, mañana iras a la escuela con él y Hertax así que vez mentalizándote de que estarás rodeada de bestias. Y si necesitas ayuda en algo dirígete a la chica.
—¡Espera un minuto! ¿Como que escuela? ¡si yo estoy de vacaciones! –¡Venga ya! Lo que faltaba, me asecha un demonio y luego me toca estudiar en vacaciones de verano, ¿que puto colegio hace eso?
—Cariño, míralo como un curso de verano —Dice mi madre tratando de calmar las aguas.
—Genial, ahora ni vacacionar se puede. —Bufo.
—No te quejes tanto Alice, mejor ve a tu habitación —Sentencia mi padre.
—¿Sabes? ¡Tal vez sigues siendo un rey demonio porque volviste como todo un dictador!
—¡Alice!
Corrí con fuerza para llegar a mi habitación, detesto esta forma de vida, detesto esta convivencia. ¿Qué le pasa? Pensé que al volver seriamos una familia más unida que antes y trataríamos de recuperar todos esos momentos perdidos.
Ya veo que me equivoque.
Seguí mi camino con molestia, pero me detuve a mitad de camino frente a una de las ventanas, hay una llama azul saliendo de uno de los santuarios ¿qué será?
Se esta adentrando al bosque, EL MALDITO BOSQUE.
No se por qué tengo un mal presentimiento de esto.
–Bien Dios –Junto mis manos y miro hacia arriba – ya estamos haciendo las paces no? No me dejes morir una vez más y tal vez piense seriamente dejar los libros de Romance eróticos.
Hay silencio total, solo el viento corre y yo me quedo mirando hacia arriba como si esperara que Dios me fuera a responder.
Aunque llegados a este punto no me sorprendería si veo a Jesús o Buda jugando con el anciano y el zorro.
La simple imagen en mi cabeza me hace reír.
—Bien Alice, espero que no te arrepientas de esto después —Suspiro, me amarro el pelo en una coleta y me trepo en la ventana, cuando estoy a punto de saltar me arrepiento totalmente al darme cuenta de la altura.
—Pensar antes de actuar. Anotado. —Salto y logro caer en un pequeño arbusto. —Okey eso no estuvo tan mal —Y como llevo sangre de explorador/investigador en mis venas me adentro al bosque en busca de la llama.