Enamorada de un criminal

Capítulo 1

—Rose, despierta, el profesor no te quita la mirada de encima.—susurraron en su oído. Ella se despertó al instante en cuanto dijeron ‘Profesor’.

—Gracias Ryan.—dijo ella y le sonrío.

Ryan Gillian era su actual novio. Tenía la misma de ella, 22 años, y ambos se conocieron en la prueba de admisión para entrar a la universidad para estudiar Psicología. Él tiene los ojos de color miel y su pelo castaño estaba un poco largo pero se veía sexy y eso hacía que todas suspiraran por él. A simple vista, Ryan parece ser una ‘diva’ que engañaría a su novia con cualquiera pero no: Él es el chico más fiel, romántico y tierno que jamás conocerían.

Terminaron la clase y Ryan detuvo a Rose para esperar que todos salieran del aula.

—Feliz aniversario, amor.—dijo Ryan besándola y colocándole una pulsera con las iniciales de él.

—Oh Ryan, está preciosa… no debiste.—dijo Rose contemplando la pulsera.

—Aquí tengo la mía. –Le dijo mientras se la mostraba.— ¿Qué piensas hacer esta noche, mi hermosa Rose?—le preguntó mientras salían del salón y él besaba la mejilla de ella.

—Nada, ¿Qué propones que hagamos para nuestro aniversario de 1 año?—le preguntó sonriendo.

—Una pequeña sorpresa te tengo preparada.—sonrío y entraron a la cafetería.

—¡Chicos, vengan rápido!—dijo Loreen.

Loreen es la mejor amiga de ellos dos: Rose la conocía desde preescolar y Ryan desde que comenzó a salir con Rose. Era morena, pelo largo con una pollina, ojos color oliva. Es fanática de las cosas rusas y coreanas. Ella tiene 23 años.

—¿Qué pasó?—preguntó Rose mientras se sentaba en una de las sillas que William había apartado, junto con un pequeño desayuno.

William es el mejor amigo de Rose. Se conocieron cuando ella entró a la secundaria. Él es gay y a veces coquetea con el novio de ella pero ambos saben que William tiene novio y lo hace por joder un ratico. Su cabello y su sonrisa era lo que lo caracterizaba, le daba un toque forever young.

—Miren el televisor.—dijo Gabe, el novio de William.

Gabe era de descendencia colombiana y tenía un acento muy divertido, solía hacerles bromas a sus amigos hasta que una de ellas fue muy lejos e hizo que William terminara con él. Le suplicó que volviera con él y dejaría de hacer bromas. William lo amaba mucho y no pudo decirle que no.

Todos voltearon al gran televisor que estaba colgado en la pared y vieron a unos reporteros hablando sobre:

“—Es increíble que hayan pasado 4 años desde que el maniático Way haya dejado de asesinar. ¿Dónde estará ahora? ¿Por qué motivo comenzó a matar? Y lo más importante: ¿Quién era él?”

“—Sí, este peligroso criminal apareció en el 2000 cundo asesinó a 15 personas en una residencia de un barrio. Les había dejado una marca en sus brazos y espalada, las cuales decían ‘Way’. La última vez que mató a alguien fue en el 2008.”

“—Tienes razón Gregory. Este criminal mató a una familia a mediados del 2008 y de ahí no se supo más nada de él”

“—El maniático Way ha matado niños, adolescentes y adultos pero nuestra ciudad ahora se encuentra más segura desde que él ya no está”

Empezaron a silbar, a gritar y aplaudir todos los presentes en la cafetería para luego seguir con sus actividades normales.

—Oye Rose, ¿Estás bien?—le preguntó William al ver que Rose estaba a punto de llorar.

—¿Ah? Sí, sí, estoy bien. Solo que la comida está algo… picante.—respondió mientras ella bebía su soda rápidamente y luego reía nerviosamente.

—¿Segura?—le preguntó su novio. Ella asiente y en ese momento Ryan vio su reloj, dijo:

—Rose, mejor terminamos de comer rápido, ya casi son las 9 y ya sabes cómo es el profesor Miguel.—este profesor odiaba que llegaran tarde y él siempre estaba a las 9 en el salón. Ni un minuto más, ni un minuto menos: A las 9 en punto.

—Cierto.—dice y come un poco más rápido.

Al terminar de comer, se despidieron de sus amigos y fueron rápidamente al salón. Por suerte, aún les sobraba 3 minutos antes de que llegara el profesor.

Ryan dejó sus cosas en su puesto y se sentó en el de Rose antes de que ella lo hiciera.

—Ryan, por favor.—dijo Rose al verlo sentado ahí.

—No.—dijo él mientras hacia un ademan para que se sentara en su regazo.

—Ryan…—él la tomó rápidamente de la cadera, atrayéndola hacia él, y haciendo que se sentara.

—Te amo, ¿Lo sabes?—le preguntó él mientras se acercaba lentamente a sus labios.

—Lo sé. –respondió Rose con una sonrisa.— Y tú sabes que yo también te amo, ¿Verdad?—le preguntó rozando sus labios. Ryan soltó un pequeño ‘sí’ y la besó. Alguien carraspeó fuertemente su garganta haciendo que éstos se separaran. Voltearon.

Y ahí estaba August Swan, señoras y señores.

Él era el típico chico rebelde que hace lo que quiera, cuando quiera, donde sea y sin importar las consecuencias. Salió con Rose hace dos años y ella fue la que cortó la relación: Duraron 6 meses. La verdad es que August era el que siempre cortaba las relaciones ya sea por diversión o porque ya no le interesaba, pero, de alguna forma, se sintió ‘ofendido’ y ahora le quiere hacer la vida imposible a ella y a Ryan, sobre todo a este último. ¿Por qué? Nadie lo sabe.

—Señor Gillian y señorita Knightley, váyanse a sus puestos. Aplica lo mismo con usted señor Swan.—dijo el profesor Miguel entrando al salón.

—Si profesor.—dijeron los 3 a la vez. Rose se paró del regazo de Ryan y él se fue a su puesto. August se sentó, por desgracia, al lado de Rose.

¿Por desgracia? Sí, pues, Rose estaba casi de última en la fila del medio, la cuarta ya que eran 8 filas, y sí: El salón es MUY grande; August estaba en el mismo puesto que ella pero en la tercera fila y Ryan estaba tres puestos más delante de la fila de August. Lo bueno era que esa era la única clase en la que solo se sentaban así, lo malo era que Rose tenía que soportar las miradas incomodas de August por 2 horas y lo peor era que tenía esa clase 2 veces al día 3 veces a la semana. Y todo esto por el factor de organización extrema del profesor ya que el día que dio clases por primera vez, esos eran los puestos que todos ocupaban y en la siguiente clase les exigió que repitieran lo mismos asientos porque le gustaba recordar perfectamente las caras.




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