Enamorada de un criminal

Capítulo 8

—¿Christopher?—al escuchar la voz de ella decir su nombre, él sonrió.

—Hey Rose, ¿Cómo estás?—ella se acercó.

—Nunca te había visto por aquí.—respondió. De repente, el castaño se acordó de lo que ellos iban hacer mañana.

—Bueno, quise comenzar a descubrir lo que había en esta ciudad y… la curiosidad me mataba, así que preferí adelantarme un poco. –Ambos rieron.— Al final, terminé en este lindo café y con la sorpresa de que trabajas aquí.—ella se sonrojó un poco… o al menos eso creyó Chris.

—En realidad, hoy no me tocaba trabajar pero una amiga se enfermó y estoy cubriendo su turno.—Chris notó un pequeño cartel que estaba pegado en una pared.

—¿Buscan empleados?—preguntó ocultando su emoción. Si conseguía el trabajo, podría pasar más tiempo con Rose, saber más de su vida y… ¿Quién sabe? A lo mejor podría separarla de Ryan.

—Sí, —respondió.— digamos que acaban de renunciar y necesitamos a alguien urgente.

—Bien, ¿En dónde firmo?—Rose se sorprendió.

—¿Lo dices en serio?—Christopher la había impactado.

—Pues, como ya sabes, soy nuevo en la ciudad y necesito el trabajo.

En realidad, Christopher necesitaba del trabajo. Recién había renunciado en un restaurante de 5 estrellas por un “pequeño” problema del cual lo acusaron y prefirió irse.

—Oh, entonces… —pensó por unos segundos.— ven, te llevaré con mi jefe.—ambos subieron, ya que la cafetería era de dos pisos, y entraron a una oficina.

Rose tocó dos veces.

—Adelante.—era una voz masculina algo familiar para el castaño. “¿Acaso es…? No, él estaba en Rusia”, pensó Chris. Entraron y sus sospechas fueron confirmadas.

—Hey Rose, ¿Quién es este chico?—el chico de ojos avellana lo miró.

—Viene por el trabajo.—respondió. El chico lo reconoció.

—¿Serás que nos puedes dejar a solas?—la chica asintió y se fue.

—Cuanto tiempo sin verte, Frank.—el chico se paró de su silla y lo abrazó.

—¡Chris! –Se separaron y el mencionado se quitó sus lentes.— Vaya, ¿Y ese morado en el ojo?

—Larga historia.—se rió.

—¿Cómo has estado? ¿Cómo está tu hermano, tu familia?—Chris sintió una pequeña punzada con esto último.

—Bueno he estado bien, mi hermano está grande y se tiñó el pelo de rojo. –Respondió rápidamente.— ¿Y tú? ¿No estabas en Rusia?—le preguntó antes de que preguntara de nuevo por su familia.

Frank Nolan era el mejor amigo de August y de Chris. Eran vecinos y siempre estaba en casa de los Way ya que sus padres trabajaban casi todo el día. El hijo único de los Nolan fue “novio” de August hasta que se fueron a Rusia cuando ambos tenían 7 años. La palabra “novio” para August y Frank era como “mejores amigos por siempre”, ellos se querían mucho y eran muy pequeños como para sentir eso. Los Nolan consiguieron una mejor calidad de vida y al irse, dejaron al pequeño August triste por mucho tiempo hasta que conoció a Jacqueline: Una chica de 12 años que reemplazó a Frank después de 4 años, cuando August ya tenía 12.

—Pues sí pero desde hace 4 años vivo aquí. –Respondió mientras se sentaba en la mesa.— En cuanto cumplí los 18, me vine de vuelta a USA.—sonrió.

—¿Hace 4 años?

—Sí, ¿Por?

Christopher corría sin mirar atrás, después de verla llorar se odiaba a sí mismo. ¿Cómo fue que no se dio cuenta antes?

Después de 3 cuadras, se tropezó con alguien y vio a un chico de estatura media y le pareció familiar pero luego recordó lo que acababa de hacer y se fue. Ese chico lo reconoció.

—¿Chris?—susurró para sí mismo cuando vio que el castaño se había ido de ahí rápidamente. Luego él se fue.

—¿Estás bien?—Frank lo sacó de su mente y Chris sacudió la cabeza.

—Sí, sí, solo recordaba algo. –Se pasó la mano por detrás de su cabeza y volvió a colocarse los lentes.— En fin, ¿En dónde firmo?—quería cambiar de tema rápido.

—¿Eras tú? –preguntó. Al ver la cara de confusión del castaño, Frank dijo:— El chico de lentes de sol con el que me tropecé hace 4 años… ¿Eras tú, verdad?–Chris no respondió: Una cicatriz se volvía abrir.

—Iba a llegar tarde a una cita.—respondió rápidamente pero con la mente en otra parte.

—Pero… parecías huir de algo…—ese enano curioso no había cambiado nada.

—No quiero hablar de eso.—la forma en que Chris miró a Frank hizo que él no preguntara más nada.

—Bueno… —se acercó a su escritorio y abrió una gaveta, de la cual sacó varios papeles.— el lunes empiezas a trabajar. –Le entregó las hojas.— Lee, firma y estarás adentro.—sonrió y se sentó en su silla de jefe.

Después de leer y hacer algunas preguntas, Frank y Chris se despidieron y el castaño se fue de ahí con una sonrisa.

—¿Y bien? –Rose se le acercó de repente asustando al castaño.— ¿Cuándo comenzarás a trabajar?—a pesar de que llevaran 2 días conociéndose, Rose le vio algo especial a Christopher, sintió que lo conocía desde hace mucho tiempo.

—El lunes.—respondió.

—¿El lunes? ¿A qué hora?—Chris revisó otra vez su horario.

—A las 3:30. –Rose sonrió.— También trabajaré a esa hora los miércoles y viernes.—Chris le devolvió la sonrisa.

—¡Tenemos el mismo horario!—Claro, después de que Chris le contara la misma mentira a Rose, Frank consideró que era mejor que ambos trabajaran juntos ya que Rose era la “única persona” que Christopher conocía.

—¿En serio? –Se hizo el sorprendido.— Vaya…

—Si… ¿Nos vemos mañana?—Rose aún estaba trabajando y no quería distraerse más de lo usual.

—Seguro.—se despidieron y Chris se fue.

 

 

 

Nota de autor: Espero que les guste, no olviden comentar ya que es muy importante para mí conocer sus opiniones al respecto y muchas gracias por leer.




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