Cuando le conté a Laura que Julián tenía novio, su reacción fue… poco sensible, por decirlo bonito.
—¿¡Qué te dije!? —gritó, levantando los brazos como si hubiera ganado un premio.
—Sí, sí, lo sé. Eres la pitonisa del desamor.
—No, soy realista —respondió, sentándose en mi sofá con un paquete de galletas—. Los hombres tan perfectos no existen. Si lo parecen, probablemente usan crema hidratante con más pasos que tú.
Rodé los ojos.
—No entiendo por qué me pasa esto. ¿Tan difícil es que alguien me guste y no sea gay, casado o emocionalmente disfuncional?
—Porque tú te enamoras con el corazón, no con el cerebro. Y el corazón, amiga, es pésimo eligiendo.
Laura tenía razón, aunque jamás se lo admitiría.
—¿Y qué vas a hacer ahora? —preguntó.
—Nada. Superarlo.
—¿Superarlo tú sola? No, cariño. Vamos a hacerlo juntas.
Ahí supe que algo peligroso se avecinaba.
Su plan consistía en tres pasos:
1. Eliminar cualquier contacto innecesario con Julián.
2. Recordar todos sus defectos.
3. Coquetear con alguien más “para distraerme”.
—No sé si estoy lista para eso —dije.
—Claro que sí. Esta noche hay fiesta en el bar El Desquite. Vamos, tomamos algo y tú recuerdas cómo se siente que alguien te mire con deseo y no para preguntarte si ese tono de labial es coral o rosa.
Y así, entre risas y amenazas amistosas, terminé frente al espejo, maquillándome con la convicción de una mujer que iba a renacer… o hacer el ridículo, todavía no lo sabía.
Horas después, en el bar, la música sonaba fuerte, las luces eran cálidas y Laura ya bailaba con un tipo que parecía modelo.
Yo, en cambio, estaba sentada con un trago en la mano, revisando el celular.
Tenía un mensaje nuevo. De Julián.
> “Sofí, necesito contarte algo. ¿Podemos vernos mañana?”
Mi corazón dio un salto.
—¡No! —gritó Laura, arrebatándome el teléfono—. ¡Ni se te ocurra!
—Pero tal vez es importante…
—Importante, sí. Como recomendarte un exfoliante nuevo. ¡No caigas!
Me reí, pero en el fondo, ya sabía que iba a caer.
Porque cuando uno está enamorado, la lógica se va de vacaciones y deja al corazón a cargo… y ese jamás pasa la auditoría.
Editado: 09.10.2025