Capítulo 14 Los regalos.
¡Pero Nefilim nunca habló sobre ninguna relación! Recapacité consternada.
Creo que me estaba haciendo una película en la cabeza, Nefilim me besó, pero Owen también lo hizo y luego me ignoró.
Al final decidí que era mejor esperar a que se dieran las cosas por libre y espontánea voluntad, no tener demasiadas expectativas: quien nada espera estará satisfecho con lo que reciba, sea mucho o poco. Si seguía subiendo a las nubes iba a terminar cayendo al suelo y lastimándome: cuánto más alto, más dura será la caída. Tenía toda una vida por delante para experimentar el amor, era mejor disfrutar el presente y vivir al máximo: para ser amado primero tienes que amarte tú mismo.
Me levanté con fuerzas renovadas e hice mi rutina diaria, al final me arreglé el cabello con esmero. Me miré a detalle al espejo y sonreí satisfecha con el resultado, mi rostro se veía lindo; me había maquillado discretamente con tonos claros, pero resaltando mis ojos.
Cuándo caminaba de salida mi mirada se detuvo sobre los regalos, ¡no los había abierto!, recordé. Fui hacia la mesa en dónde estaban y tomé uno, era de mi madre, lo abrí: ¡era una cámara fotográfica último modelo! El estuche más pequeño tenía un reloj pulsera dorado, con incrustaciones de piedras preciosas, lo aparté a un lado y seguí con mi exploración; estaba emocionada y ansiosa.
Abrí el regalo de mi padrastro y para mi sorpresa había un nintendo switch oled, con un maletín portátil incluido y unos auriculares inalámbricos espectaculares con micrófono y cancelación de ruidos. No era una fanática a los videojuegos, pero un regalo así de costoso es bien recibido.
Miré con temor y recelo los de Owen, decidí abrirlos, no era una grosera, era su regalo. Abrí el primero con manos temblorosas, le quité la envoltura y descubrí un estuche de terciopelo rojo, en su interior había un anillo de oro, con una gran piedra azul oscuro como un zafiro, rodeado por otras más pequeñas que brillaban como diamantes y dos más a cada lado. Ese azul y su forma alargada me recordaron los iris de Nefilim.
¿Qué significaba este regalo? Cerré el pequeño cofre y lo deposité sobre la mesa, era mejor no pensar en nada, pensar demasiado era dañino. Hoy había decidido dejarme llevar por los hechos y no perder el tiempo en suposiciones. Cuando se diera la oportunidad le preguntaría. «Quizás hoy en el trabajo, pudiera ser...» la volví a tomar y la guardé en mis cosas. Algo si era seguro, este regalo era demasiado costoso y no podía aceptarlo. Además del valor era como un anillo de compromiso.
¡Qué locura!, yo alterada y quizás él ni por enterado del significado de un regalo así.
El otro lo abrí con más lentitud y nerviosismo y al final descubrí que era un teléfono plegable samsung galaxy z fold 4 último modelo.
No se si me quería decir que renovara el mío, lo cierto es que mi viejo compañero tenía la pantalla rota, pero como sus funciones estaban bien me dio cosita cambiarlo. Bueno, ya no tenía escusas, era hora de decirle adiós. Este sí lo aceptaría, sería de mala educación rechazar ambos. Miré el ramo frutal con pesar, tomé uno de los bombones para probarlo.
De pobre a rica las cosas cambian de un extremo a otro, pasé de recibir un regalo varato o ninguno a unos regalos flamantes y costosos. Todo lo que deseaba tenía que obtenerlo de a poco y muchas veces se quedaba solo en los sueños y ahora podía tenerlo todo a la vez. Con razón los ricos se vuelven tan desinteresados y apáticos. Si tienes todo, hasta lo que ni siquiera tuviste tiempo de desear, se pierde el entusiasmo con el paso del tiempo y si lo tienes todo desde la cuna ni siquiera aprendes a desear, por eso solo les queda la rebeldía y el derroche, lo único que les queda es vivir para presumir o para ser el centro de atención: que ricos tan pobres.
Llevaba muy poco tiempo en esta vida, pero no quería cambiar mis principios. Quería mantener la humildad y a mis viejos amigos, no olvidar jamás mis raíces aunque podía disfrutar de los privilegios; tampoco era tonta o una idealista extremista, de esas personas que dicen que todos deberíamos ser iguales y tener lo mismo. Si eso se hiciera realidad perderiamos las ganas de superación personal y no tendríamos metas para alcanzar y no experimentaríamos la felicidad de lograr algo con nuestro propio esfuerzo. Además de que no todos tienen la capacidad y la inteligencia para manejar una empresa y hacerla crecer y prosperar, de esas personas dependen muchas más, sin esas personas emprendedoras y suertudas (porque nacieron con gran capacidad o se labraron un camino próspero a base de grandes sacrificios y esfuerzos que pocos están dispuestos a hacer) habría demasiados desempleados y mucha miseria en el mundo. Lamentablemente las lenguas perversas y destructivas de la mayoría de los que se quejan trabajan más criticando que lo que hacen por mejorar la sociedad.
Tantos regalos hicieron que pensara de más.
—Disculpa, ¿puedes hacerme un favor? —le hablé a la chica de servicio que pasaba.
—Dígame, señorita.
—Lleva estas cosas para mi cuarto y déjalas sobre mi cama, luego les busco un puesto.
—Bien, que tengas un buen día.
—Gracias, igual para ti.
Me puse el reloj que me obsequió mi madre en la muñeca izquierda y guardé el teléfono nuevo en mi mochila. Dejé su caja negra con una Z junto al resto de los regalos y salí apresurada, se me estaba haciendo tarde para la escuela.
En la tarde:
Estaba parada frente a la puerta de la oficina del vicepresidente, vacilante.
—Pasa —la voz que salió desde el interior me sobresaltó. ¿Cómo dientres sabía que había alguien aquí afuera?
Suspiré y entré.
—Hola, rockera; ¿qué te trae por aquí?
Su porte señorial y confiado me intimidó, sin embargo me repuse con presteza y lo encaré.
—Vine a devolver esto.
—Es tuyo —aseguró antes de cruzar sus brazos y reclinar su asiento hacia atrás.