Enamorada de un zorro 2 | Saga: Kitsune

CHP 4

 

Me levanto por la mañana al sentir unas pequeñas manitas en mi rostro. Al abrir los ojos veo unos bellos verdes esmeralda mirándome fijamente. Una sonrisa se forma en mi rostro al ver a mi pequeño hijo.

—Hola guapo —Beso sus manitas y él sonríe.

—Hola mami —Me da un beso en la frente y me abraza.

Soy feliz al levantarme de esta manera, pero siento que me hace falta algo. Mi hijo es mi vida, pero sin Evan a mi lado siento que esta pequeña familia está incompleta.

—Bien, es hora de un baño hombrecito —Él se queja y yo me rio.

Me levanto de la cama con Daiki, luego de un baño de burbujas y estar ambos limpios, bajo a la sala, Phoebe está en la cocina haciendo el desayuno. Le gusta hacer las tareas de la casa, con ayuda de su magia, pero bueno.

—¡Papa! —Daiki corre hacia Evan, está en la sala jugando damás con el abuelo y por su cara de frustración parece que no ha podido ganarle.

Por lo menos algo no ha cambiado.

—Hola campeón —Lo alza y lo sienta en sus piernas. —¿Dormiste bien?

—Si, mami me abrazo toda la noche y no tuve más pesadillas

—Qué bien —Le da un beso en la cabeza y Daiki sonríe. —Señor Juanjo algo me dice que usted está haciendo trampa.

—No es mi culpa que tu seas tan malo jugando —Se carcajea.

—¿Malo? Soy el mejor en juegos de mesa, Gael jamás pudo ganarme en ningún juego —Dice indignado.

—¿Quién es Gael? —Digo entrando con la comida. Le dejo un plato al abuelo y a Evan.

—Un viejo amigo —Responde. Me acerco a el y tomo a Daiki de sus brazos. Evan me mira curioso.

—¿Pasa algo? —Pregunto al ver que no me quita la mirada de encima. El niega con la cabeza y mira hacia otro lado.

—¡Papa quiere que le des un beso de buenos días! —Responde Daiki en mis brazos.

—¿Que? —Evan se sonroja —Yo no quiero nada —Bufa.

Mi hijo y yo nos miramos con una sonrisa en la cara. Lo dejo en una silla del comedor, me acerco a Evan, tomo su barbilla y le doy un beso casto en los labios.

El abre los ojos sorprendido y se tapa la boca. Daiki suelta una risa y yo me le uno.

—A papa le gusto el beso de mama —Daiki se ríe de Evan y este lo mira molesto.

—Claro que no, no me gusto. —Bufa y todos se quedan callados.

Auch, lo que me gano por arriesgarme.

Después de eso todos comimos tranquilos, el abuelo conversaba con Evan, Daiki comía tranquilo sin decir palabra alguna igual que siempre, mientras sentía la mirada de Evan en mi en algunas ocasiones.

La tarde callo, según Jean, Evan se la paso en la cueva con Daiki. Yo pase el resto del día buscando una cura junto a Phoebe y el abuelo. Mientras que Jin cuidaba el templo.

—Es muy extraño porque dicen que fue un golpe, pero no hay evidencia de golpe alguno —Dice Phoebe mirando su libro.

—¿Estas queriendo decir que nos mintieron? —Pregunta el abuelo.

—No quiero sacar conclusiones estrepitadas, no me gustaría ocasionar un pleito contra Leiko. Es lo mismo que ganarse a todo el mundo sobrenatural en contra.

—No tienes algún hechizo que ayude a recuperar su memoria? —Digo ya desesperada de no encontrar nada.

—Tengo muchos, pero al no saber la causa de la perdida no puedo hacer mucho. —Responde y suspiro derrotada —Pero seguiré intentando, no te preocupes —Me da una palmada en el hombro para reconfortarme.  —Por ahora usa este brazalete

—¿Para qué? —Miro como me lo coloca en la mano, esta hecho de cuencas doradas y una piedra roja en medio.

—Contiene mi magia, te ayudara si Evan se empieza a sentir mal.

—Está bien.

Al caer la noche decido regresar al templo un poco decepcionada, un día fallido más. Al entrar en la sala encuentro a Evan y a Daiki jugando y riendo.

—¿Sigues despierto? —Digo al entrar, ellos se sobresaltan al escuchar mi voz. Daiki corre hacia y me da un abrazo. —Jovencito es muy tarde para que sigas despierto

—Es mi culpa —Dice Evan acercándose a nosotros —Jean lo mando a dormir, pero él no quería, así que le dije que yo me quedaría con él un rato y luego lo pondría a dormir.

—Ya veo, papa te está alcahueteando entonces —Me rio.

—¿Qué tal tu día? —Me pregunta.

—Hmmm bien —Forzó una sonrisa, el alza una ceja y me mira como si no me creyera. —Voy a poner al niño a dormir.

—Está bien, te espero en nuestra habitación —Dice y se va como si nada.

Yo me quedo con la boca abierta. ¿De verdad dijo eso?

Acuesto a Daiki en su cama y le cuento un cuento, al cabo de quince minutos mi bebe se queda dormido, lo arropo y le doy un beso en la frente. Hago un pequeño aro de luz y lo dejo sobre la mesita de noche, con esto el no tendrá más pesadillas. Al menos por hoy.

Entro a mi habitación y encuentro a Evan mirando por la ventana.

—Hoy es luna llena —Digo y el voltea a verme —Pensé que no te gustaba cuando la luna esta así.

—Y sigue sin gustarme —Sonríe. —Daiki se durmió?

—Si, callo profundo. Iré a darme un baño y vuelvo ¿sí? —El asiente con la cabeza y se acuesta en la cama mientras yo busco mi toalla.

Entro al baño y me doy una ducha. Hoy va a ser una noche larga, generalmente es normal para mi dormir con Evan, después de todo es mi esposo, y hemos hecho cosas más íntimas que dormir juntos. Pero este Evan parece tener el corazón y la mente de un adolescente.

Termino y me escurro el pelo antes de salir. Salgo y voy directo al closet, busco mi pijama, pero no lo encuentro.

Probablemente lo deje en la habitación de Daiki. Y hablando de mi hijo, este ha tenido muchas pesadillas últimamente, pero no quiere contarme de que se tratan. Me preocupa.

—¿Lorrein?

—¿Que? —Digo mientras busco un short y una blusa cómodos. Volteo a verlo y me encuentro con una imagen muy sexy. Evan esta acostado con los brazos cruzados, su rostro esta rojo, su mirada fija en mi cuerpo.

Bajo la vista y veo que me he quitado la toalla.




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