Enamorada de un zorro 2 | Saga: Kitsune

CHP 6

 

“Sabrás que el universo mismo es un camino, muchos caminos para las almas viajeras”

 

—¿Kagu?

—¿Se conocen? –Pregunto confundida.

—El…es mi maestro… —Dice Evan sorprendido. Se acerca al demonio llamado Kagu y lo abraza.

—No has cambiado nada niño –Dice Kagu bajando su espada.

—Que te puedo decir, he madurado –ríe.

—Lo dudo –ríe y Evan voltea los ojos.

—¿Qué hace la bruja contigo? –Dice mientras mira quisquillosamente a Phoebe, esta solo alza sus cejas mientras lo mira desinteresada.

—Lo creas o no ahora nos llevamos bien –Dice Evan.

—Eso es sorprendente y pensar que casi te mata –Ríe. —Pero ¿Por qué has traído a una humana a estas tierras? Sabes el peligro que representa estar aquí para cualquier criatura.

—Ella…no es humana –Kagu me mira sorprendida y me mira fijamente, me mantengo firme y no aparto la mirada.

—Es extraño…solo he conocido a tres personas con ese color de ojos, ¿Qué eres?

—Es una… —Interrumpen.

—No tenemos tiempo para esto –Interrumpe el abuelo, parece estar nervioso y Kagu lo nota.

—Aunque me duela admitirlo el anciano tiene razón –Dice Evan.

—¿Gracias? –Dice el abuelo con cara de ofendido y todos reímos.

—Necesitamos ir al norte… —Dice Evan y Kagu se tensa.

—¿Al norte? ¿Por qué quieren ir hacia allá?

—Una bruja me borro la memoria, creí haberla recuperado, pero no es así, olvido quien soy o donde estoy de momento.

—Y has venido a tu lugar de origen por eso… —Evan asiente con la cabeza —Bueno creo que puedo llevarlos, desde que te fuiste las cosas cambiaron por aquí

—¿En el buen sentido o en el malo?

—En ambos…supongo

—explícate…

—Cuando desapareciste casi comienza una guerra entre los reinos del Sur y el Este, por suerte un tipo logro calmar las cosas y ahora están en paz, pero debido a ese pequeño enfrentamiento varias criaturas oscuras vinieron a parar a la montaña.

—Nunca creí que esto pasaría

—Lo sé, ahora es mejor empezar a caminar antes de que anochezca o será peor.

Todos empezamos a seguir a Kagu, el aire de la montaña se volvía cada vez más pesado, sentía la presencia de criaturas, pero ninguna se acercó hasta el punto de querer atacar.

—Esperen un momento… —Susurra Kagu, todos nos quedamos en silencio hasta que miramos hacia un árbol seco que estaba a unos metros de nosotros. En él hay un montón de búhos que nos miran como si supieran todos nuestros pecados y en medio de ellos una chica encapuchada.

—Den la vuelta con cuidado y vayan por el otro camino –susurra.

—¿Por qué? —Pregunta Evan

—Solo hagan lo que les diga, esta chica es peligrosa…

Todos voltean con mucho cuidado y silencio y empiezan a caminar en dirección contraria menos yo. Me quedo como estatua mirando a la chica que tengo en frente, me acerco con cuidado a ella y ella desciende con cuidado del árbol.

Desde este punto se parece a la tipa encapuchada que estaba con Leiko, pero no, ella tiene alas de pájaro, solo que estas están desgastadas y han perdido su brillo.

—¡Niña detente! –Grita Kagu, pero continúo avanzando hasta la chica. Cuando estoy en frente de la chica ella alza su rostro y puedo ver sus ojos rojos llenos de miedo y dolor. En ellos puedo ver todo lo que ha pasado, el sufrimiento de perder lo que más amás y caer en la depravación por el dolor y la desesperación.

Sin querer empiezo a llorar, ella se percata de mis lágrimás y eleva una de sus alas que ahora se ven igual de afiladas que las katanas de Evan, escucho el grito de mis amigos a lo lejos. Levanto mis manos hacia su rostro y las dejo en sus mejillas, ella me mira asombrada, detiene su ataque en cuanto unos destellos salen de mis manos.

Ella empieza a llorar también, mis ojos se vuelven dorados y los de ella blancos, una luz cegadora envuelve su cuerpo y cuando se detiene, ella cae de rodillas yo me tambaleo en mi lugar antes de caer, pero de repente unas manos me abrazan, esta calidez…

—Evan… —Susurro

—Lorrein…eso fue peligroso –Su mirada denota miedo.

—Perdón, tenía que hacerlo –Me separo de el cuándo mi fuerza regresa y me acerco a la chica.

—¿Estas bien? –Ella levanta su mirada y me mira. Sus ojos ahora son de un fucsia brillante, sus alas ya no se ven desgastadas, ahora tienen un color rojo vivo que te incitan a tocarlas.

—Gra—gracias –Dice entre lágrimás –Todo este tiempo he estado fuera de mi misma, de verdad gracias –Se abalanza sobre mí, me abraza y le correspondo.

—Niña… ¿cómo hiciste eso? –Dice Kagu mientras me mira sorprendido.

—Yo…la verdad no lo sé, este poder se manifiesta solo –Me sincero y el mira a mi abuelo dubitativo.

—Yo soy Loraine ¿Cómo te llamás pequeña? –Le digo y me sonríe.

—Mi nombre es Hertax, soy un hada del bosque

—¿Cuántos años tienes?

—Tengo 10 años –Es dos años mayor que mi Daiki…

—¿Que hacías en este lugar? –Dice Phoebe

—No sé cómo llegue aquí, solo sé que me atrajo la alta concentración de energía negativa del pueblo –Phoebe y yo nos miramos asombradas, la razón por la que este lugar tiene tantas criaturas es el pueblo, ¿que habrá allá?

—Tu… ¿no vas a preguntar lo que me ocurrió?  —Niego con la cabeza –¿Por qué? –dice incrédula.

—Lo vi todo en tus ojos… —Susurro y ella me sonríe.

—¿Tu qué haces en esta montaña?

—Alguien muy preciado para mi perdió algo e iremos a recuperarlos, ¿quieres venir conmigo? –Los ojos de ella se llenan de un brillo de alegría y asiente –Bien, en ese caso te presentare a mis amigos.

Tomo de la mano a la niña y me acerco al resto.

—Chicos, lamento mi arrebato de hace unos segundos, ella es Hertax, es un hada del bosque.

—Hola pequeña –El primero en acercarse es Jin –Mucho gusto, me llamo Jin –Dice mientras le da la mano a la niña y esta le regala una sonrisa. —¿Lorrein que fue lo que le hiciste? –Pregunta Jin




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