Enamorada de un zorro 2 | Saga: Kitsune

CHP 7

 

Evan

—Mia…

—Siempre tuya –Responde Lorrein, me he puesto caliente, estoy a punto de quitarle la blusa cuando unos golpes en la puerta me detienen. –Maldición…esto no se queda así –susurro en su odio y ella se ríe.

—Lo estaré esperando con ansias mi Rey –Mi amigo se pone duro enseguida, saber que la puedo tener cuando quiera me pone cachondo, ella es mía, mi reina.

Abro la puerta con prisa y me sorprendo al ver a la Gran Anciana frente a mí.

—Me sorprende que sigas con vida –Dice la anciana y entra a la habitación.

—Eso debería decirlo yo, ¿estas segura de que eres humana?

—Tonterías, ahora necesitamos hacer una coronación antes de que amanezca.

—¿Qué? ¿Por qué? –digo confundido

—¿Perdiste tus memorias cierto? –Asiento—. La única forma de recuperarlas es con la corona, El Petralux se hace uno contigo y toma tu esencia, pienso que si te coronamos de nuevo la corona hará que regresen tus memorias. El Petralux brilla con más fervor de noche.

—Eso es técnicamente incierto, recuerdo mi juventud y mi tiempo lejos de aquí pero no recuerda nada sobre mi familia.

—¿Cuál es la verdadera razón por la que estás aquí Evan? –Dice mientras mira a Lorrein, ella está sentada en una orilla de la cama escuchando todo.

—Una bruja loca se llevó a mi hijo y debo recuperarlo –Dije con el desespero empezando a parecer.

—¡¿Hijo?! –Grita la anciana de felicidad – ¡Hay un heredero! ¡Un príncipe! ¡Jaja!

—¡Si! Y debo recuperarlo, ¿estas segura que la coronación ayudara?

—Totalmente…

—Bien, ¿cuándo empezamos?

—En este instante –Dicho eso unos guardias entraron a la habitación y me sacaron de allí.

Pase por los mismos pasillos de mi primera coronación. En ese momento me sentía nervioso, cargaba el peso de la muerte de mi familia y las palabras de mi padre.

 

Ahora solo pienso en regresar a ser el de antes e ir por mi hijo.

Miro a mi derecha y veo a mi hermosa esposa, ella me regala una sonrisa reconfortante, tomo aire y salgo, los tres clanes están reunidos en este lugar, la anciana me espera en el altar, me acerco a ella y me arrodillo para que me ponga la corona.

—Creí haberte dicho que la que debía arrodillarse era yo –Ambos reímos y ella toma la corona que trae un sirviente.

—An tibi erit dominus, et non in fide, et lucere

—¿Latín?

—Touche –Me pone la corona en la cabeza y esta empieza a brillar de un verde esmeralda, su brillo es aún más fuerte que la primera vez. Los recuerdos empiezan a llegar a mí de nuevo, mi primer encuentro con Loraine, las peleas con el anciano, las batallas a su lado, las discusiones con Jin y sobre todo a Daiki…

Caigo al suelo de rodillas y Lorrein se acerca a mí corriendo. Me ayuda a levantar y me toma el rostro, la miro directamente a los ojos y ella me mira sorprendida.

—Evan… ¿funciono? –Pregunta esperanzada.

—Si…—susurro, ella sonríe y empieza a llorar de felicidad, la abrazo fuertemente y el resto se une al abrazo.

—¡Hoy ha renacido de entre las cenizas un rey, más fuerte, más inteligente, más honesto, pero sobre todo…más valiente, larga vida al rey Evan!

—¡Larga vida al rey Evan!

 

 

Con Leiko…

—Mira pequeño animal te vas a quedar aquí sin tocar nada o juro que te mato —El niño asintió sin decir nada, él sabía que si hablaba de más ella le podría hacer daño y él no podría defenderse.

Él no tenía miedo pues sabía que sus padres harían los posible por encontrarlo, el confía en ellos y sabe que pronto estarán allí con él.

—¡¿Por qué mierda no me dijiste que él estaría allí!? —grita Leiko.

—No sabía que el aparecería, mucho menos sabía que tenía conexión alguna con él, esto es extraño –Dice Evanora frustrada.

—¿Sí? Pues hay que arreglar esto, además el niño ese da miedo.

—Debería darte aún más miedo sabiendo que es hijo de ellos dos y aún más…es un hibrido…

—El niño no tiene poderes, es humano…

—Eso es lo que ellos creen –Dice mientras se acerca a Daiki— Este niño será la perdición de muchos...

—Como sea, si ellos no llegan...lo mato —Dice la sacerdotisa fastidiada.

—Como si pudieras –susurra Evanora y de repente el templo empieza a temblar, Leiko me mira asustada y el niño se mete bajo la mesa.

De un segundo a otro el temblor se detiene y el niño asoma su cabeza de debajo la mesa asustado.

—¿Que fue eso? —pregunta Leiko.

—Tengo un mal presentimiento de todo esto —Dice Evanora y del techo se abren portales, de ellos salen ángeles con espaldas y lanzas. Nos apuntan a ambas, intento utilizar mi magia, pero esta no funciona.

—¡¡¡Que mierda está sucediendo!!! —Grito desesperada.

De entre Los Ángeles aparece el causante de tanto escándalo.

—Veo que no has cambiado nada Evanora.

—¿Que estás haciendo aquí? No tengo nada tuyo, no he hecho nada malo, ¡¿qué carajos haces aquí?!

—En eso te equivocas —El Ángel se acerca al niño y lo toma en brazos. —Te llevaste algo preciado para mí.

—Ese niño... qué relación tiene contigo —El rubio echa su pelo hacia atrás y me mira con sus fríos ojos grises.

—Mátenla...—Dice secamente y los ángeles apuntan sus manos hacia mí con el fin de desintegrarme, pero Leiko es más rápida y nos teletransporta a otro lugar

—Lastima...será en otro momento —Dice el Ángel y se va con el niño en brazos, el cual lo mira fijamente en todo momento.

—No tengas miedo Daiki, no te haré daño.

—¿Quién eres tú? —Dice el pequeño.

—Me llamo Sans...soy tu guardián…

 

 




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