Enamorada de un zorro 2 | Saga: Kitsune

CHP 16

 

 

La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen, para provecho de gentes que si se conocen pero que no se masacran.

—Paul Valéry

 

—Me equivoqué terriblemente hija.

—¿A qué se refiere? —Interviene Evan.  

—Pensé que Evanora era la raíz de todo el problema, pero nunca fue así, Leiko ha desatado la guerra entre los doce clanes y todo se ha vuelto un caos.

—¡¿Qué?! ¿Solo nos fuimos una hora y pasó todo eso? –pregunto preocupada.

—Así es...la guerra celestial ha comenzado...    

Me quedo de piedra cuando escucho eso, la guerra celestial de hace miles de año se repetirá, eso quiere decir que lo que vi en el portal era eso, la guerra celestial. ¿Que hicimos mal? Evanora ya no está, la desterramos a las profundidades del infierno.  

—Debemos actuar cuanto antes, esto no será una guerra cualquiera, iré a avisarle a Gael –Dice Evan mientras se va por el pasillo.

—¿Más grande que la guerra contra el Rey Demonio de hace ocho años? –Pregunto temerosa por la respuesta, aunque ya se la respuesta. 

—Diez veces más grande Loraine, ves a prepararte, iré a preparar a todas las tropas, de paso hablare con el supremo a ver qué planes tienen para detener la guerra –Dice mi padre y se va por el mismo pasillo que Evan dejándome con miles de dudas.  

Me voy por el pasillo contrario hacia el cuarto de mi amiga, toco levemente la puerta y esta se abre sola, cuando se abre por completo la veo leyendo su libro de hechizos como la buena bruja que es.    

—Phoebe ¿no deberías estar descansando? –Pregunto mientras entro en la habitación

—¿Descansar en plena guerra celestial? No señora, ahora más que nunca es que debo estar pendiente de ti y de Daiki –Dice mientras cierra su libro y lo deja en la mesita de noche que tiene al lado.     

—Eres la sacerdotisa del templo no mi guardiana –Rio y ella rueda los ojos.

—Supongo que viniste para otra cosa ¿no? –Dice risueña y me es imposible ocultar mi sonrisa cómplice. 

—Me atrapaste –Me rio. Desde que llegamos aquí he sentido la necesidad de ir a un lugar y solo ella me puede ayudar en este momento –Quiero que abras un portal que me lleve al pueblo en el que vivía Evan cuando estaba pequeño –En cuento digo eso sus ojos se abren de la sorpresa.  

—Por qué quieres ir a ese lugar? Ese pueblo esta desolado y tiene un aura muy espelúznate

—Lo sé, pero desde que fuimos allá hay algo que me llama, siento que hay alguien allí que me necesita y por eso necesito ir –Digo y ella asiente procesando lo que acabo de decir.           

—Te voy a dejar ir, pero por lo que más quieras ten cuidado, ese pueblo tiene más secretos que el mismo infierno, grita mi nombre cuando quieras volver y el portal se abrirá automáticamente –Asiento llenándome de valor, ella empieza a abrir el portal que conecta con el norte y en segundos ya está abierto. 

—Estaré bien, ya verás que volveré sana y salva –Digo y cruzo el portal no sin antes darle una sonrisa. Al cruzar me encuentro de nuevo en el pie de la montaña, a mi derecha está la entrada a la montaña y a mi izquierda la entrada al pueblo.

Sin pensarlo me adentro en el pueblo, la niebla no me deja ver bien pero avanzo como puedo, escucho susurros de lamentos en las paredes y mi piel se pone de gallina, siento a alguien atrás mío y volteo pero no veo a nadie. Temerosa me adentro aún más en el pueblo hasta que me topo con una gran fuente.

A pesar del tiempo el agua sigue siendo corriendo cristalina y brillante.

Loraine…   

Escucho como alguien susurra mi nombre y me asusto. Miro a todos lados, pero no veo a nadie.

“Ese pueblo esta desolado y tiene un aura muy espelúznate”

Las palabras de Phoebe resuenan en mi cabeza y estoy a punto de irme por donde entre, pero la sombra de una persona me detiene.

Ayuda…  

—Oye… ¿estás bien? –Me acerco por atrás y lo rodeo hasta estar de frente, me quedo de piedra al ver que no es una persona, es una sombra, un alma en pena. La niebla empieza a disiparse y veo que la sombra está llorando.   

El temor se convierte es tristeza y me encuentro llorando yo también, me acerco a la sombra y esta alza su cabeza.  

—Fu-fuen…te –Dice a duras penas y mis lágrimás no se detienen, lloro más al ver como hace un esfuerzo para hablar, me acerco a la fuente junto a él y se posa a mi lado, el reflejo del agua deja ver a mi lado a un chico de pelo rubio y ojos azules cielo llorando a cantaros.

Tapo mi boca para reprimir el grito de dolor y mis lágrimás aumentan, caen directamente al agua de la fuente distorsionando el reflejo de ambos. De repente se voltea hacia mí y me sonríe. 

—Gra—gracias –Dice. 

—¿Por qué? –Pregunto entre lágrimás, pero él no dice nada —¿Cómo te llamás?

—Yo—yo… Maylo… —Me limpio las lágrimás y le sonrió.    

—Loraine –Digo señalándome y el asiente –Lamento no poder ayudarte –Digo melancólica y el niega con la cabeza, sonríe y se da la vuelta perdiéndose entre la niebla.  Me doy la vuelta y salgo por donde entre, ya en la entrada grito el nombre de Phoebe, así como ella me indicio y el portal se abre frente a mí.  

Cruzo y del otro lado está una Phoebe con cara de preocupación. Me acerco a ella y suspira aliviada cunado me ve.

—¡Al fin! Pensé que ibas a demorar una eternidad.   

—¿Sucedió algo en mi ausencia? –Pregunto.   

—Juanjo dice que algo está pasando en el templo, nosotros no podemos ir, él está poniendo barreras sobre Daiki junto con Sans, yo no tengo permitido salir del templo, Jin y Evan están en el norte.        

—¿Y Devon? –Pregunto y ella me mira mal. 

—¿Quieres que tu hermano el sangriento vaya a tu templo? ¿Qué tal que se encuentre con alguna criatura que sea amiga de la familia y lo degollé?




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