PROLOGO

-Los kitsune son espíritus de zorro que se encargan de cuidar los bosques y las aldeas. Algunos kitsune creaban esferas blancas parecidas a las cebollas que además de ser mágicas, era difícil ver a uno de estos espíritus sin estas esferas blancas, pues con estas representaban al Dios Inari.
 Si un ser humano obtenía una de estas esferas, el kitsune dueño podía realizar un trato con él, prometiéndole incluso ser un Dios protector personal siempre y cuando le devolviera la esfera.

Pero no solo favorecían a los humanos de esa manera, pues un kitsune podía realizar tartos directos con lo humanos,  pidiendo a cambio de su protección un buen trato alimentos y hospedaje.  Pero ten cuidado pequeña los kitsune no son muy de fiar pues se roban las pertenencias de los demás.

-¡Wow abuelo que gran historia! Cuéntame otra- Dijo la pequeña niña entusiasmada dando pequeños saltos en su cama-

-Lolo esto que te conté es real así que recuérdalo siempre–.

-¿Abuelo crees que algún día pueda ver un kitsune?–.

-No lo sé pequeña, pero si eso llegase a pasar ojala que sea un kitsune benevolente –Dijo mirando a la niña con una cara de preocupación-.

-¿Que es benevolente? -.

-Ehhh mejor ya ves a dormir –Ríe y se va dándole un beso en la frente a su nieta-.