Enamorada de un zorro | Saga: Kitsune

21. Phoebe

 

-¿Phoebe? ¿Quién es esa? –Pregunto al ver la cara de Evan.

-Phoebe es una bruja que conoce los secretos de los dioses –Responde el abuelo –Se dice que tiene el poder de destruir a un Dios si ella quisiera. Los Dioses se hicieron aliados de ella para no sufrir las consecuencias de su ira, pero ella nunca se atrevió a lastimar a algún Dios, pues decía que alguien tenía que reinar en el mundo y eran ellos.

-¡Eso es falso! ¡Esa maldita bruja no tiene el poder para vencer a un Dios! –Grita Evan molesto.

-Evan ¿porque lo dices como si se conociesen? –Pregunto empezando a molestarme.

-Ella y yo tenemos historia juntos, desde hace miles de años que nos conocemos, la conozco y sé que no tiene el poder para hacer una cosa de tal magnitud. 

Historia juntos…

Por alguna razón eso me molesta.

-Evan… -El abuelo le toca el hombro y evan lo mira molesto.

-¿Qué? –Dice a la defensiva.

-Necesito que estés tranquilo…tenemos que ir a esa isla y ver a Phoebe, puede que ahora estés lleno de rabia pero tienes que entender que esto no solo lo hacemos por el bien de Loraine…esto lo hacemos por el bien del mundo humano y el mundo espiritual.

-Está bien…yo…voy a intentarlo –suspira derrotado y se deja caer en su silla.

-Bien en ese caso vamos a prepararnos para ir a Awajishima –Y con eso todos fuimos a alistarnos para el viaje, Evan seguía perdido en sus pensamientos y yo no podía leer su mente porque el bloqueo nuestra conexión, no puedo evitar sentirme mal por eso, siento que el tema de Phoebe nos ha alejado y no quiero estar así con él.

¿Quién es Phoebe? ¿Qué significa ella para Evan?  Esas dos preguntas no salieron de mi cabeza en todo el viaje, estaba distraída y no paraba de pensar en el pasado que debieron haber tenido Evan y esa bruja.

No paso mucho tiempo para que llegáramos a Awajishima y Evan empezaba a inquietarse, estaba empezando desconfiar de lo que iba a ocurrir luego de entrar a la casa de mis antepasados. Esto se va a poner feo…

Entramos y lo primero que vimos fue una fea estatua de Poseidón con su lanza, esta vieja y desgastada, en las esquinas hay más estatuas de dioses con espadas y escudos.

-¿Ese es Poseidón? –Dice Jin.

-Así es… -dice el abuelo viendo la estatua –Poseidón era el dios griego del mar y los terremotos. Portaba su tridente todo el tiempo y estaba acompañado de delfines y peces. ... Es conocido por los romanos con el nombre de Neptuno, y ese es su tridente…el tridente de Poseidón es un arma muy poderosa dicen que el tridente se creó basado en la lanza Amanobuko, por lo que se les consideran armas familiares.

-¿Qué es eso de armas familiares? –Pregunto mirando el tridente.

-Así se le llamas a las armas que tienen alguna relación en cuanto a su creación.

-¿Así como la espada de Evan y la daga de Yamuko? –Dice Jin.

-Exactamente…bien ahora todos divídanse y a buscar, este lugar es grande pero en algún lugar debe estar la lanza Amanobuko.

Invadimos la casa en poco tiempo y buscamos por todos lados  pero solo había telarañas y muchos esqueletos de diferentes criaturas. Aquí hubo una masacre y una muy grande, ¿quién es tan sádico como para asesinar de esta manera?

Decidí buscar entre los esqueleto a ver si encontraba algo que nos guiara a la lanza, entonces veo unas escrituras extrañas en la pared, símbolos inentendibles para mí, en el momento en que mi mano toco uno de ellos el anillo brillo como nunca lo había hecho y se abrió una puerta en la pared que estaba en frente de mí.

-¡Chicos vengan  acá! ¡Creo que encontré algo! –En pocos segundos ya todos estaban a mi lado contemplando la gran puerta que había en frente de nosotros, un poco dudosos decidimos adentrarnos en lo desconocido y explorar el interior del lugar.

Tan solo dar un paso todo se tornó blanco a mí alrededor,  a lo lejos solo se veía el color blanco y no veía señal  ni de Evan, Jin o el abuelo. 

-¿Chicos? ¿Dónde están? 

-Pues aquí no… -Una voz femenina me saco de mi búsqueda, voltee y vi a una mujer alta y hermosa enfrente de mi la cual me repara de los pies a la cabeza. 

-¿Quién eres tú? –digo con cautela.

-Yo soy Phoebe…y tú debes ser Loraine Romo -Así que ella es Phoebe…la mujer que tiene a Evan fuera de sí mismo.

-Así es, yo soy Loraine Romo pero... ¿cómo sabes mi nombre? 

-Eso es lo de menos ahora…estas aquí por qué quieres la lanza Awajishima ¿No es cierto?

-Sí, ¿sabes dónde está? –Abro los ojos sorprendida.

-Por supuesto, yo soy la guardiana de la lanza Awajishima y de este templo, pero antes de que veas la lanza debes hablar con alguien más pequeña.  
-¿A qué te refieres? 

-Solo has silencio –Acerco sus dedos a mi frente y le dio un leve toque, por instinto cerré los ojos.

Al abrir los ojos una luz me segó por completo, repare todo a mi alrededor y me di cuenta que me encontraba en una habitación de un templo a solas, los chicos y mi abuelo ya no estaban a mi lado, me hubiera encantado haber traído a Yune pero ¡No! El gato caprichoso se quedó con Wolf.

-¿Hola? ¿Hay alguien aquí? –Mi voz se escuchó en un eco y me pareció muy extraño pues el lugar no era tan grande para que se produjera eco.

Corrí la puerta de la habitación y me encontré en un gran patio, en el medio de este hay un gran cerezo floreciendo. Atrás de él se encuentran dos personas de espaldas, no me parecen conocidos pero algo hace que me acerque a ellos. 




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