Enamorada de un zorro | Saga: Kitsune

24. Lo que siento por ti

 

-¿Crees que después de esta batalla todos nuestros problemas se terminen? –Dice Evan.

-No lo creo, sé que nuestra aventura juntos no llegará a su fin aún.

El me queda mirando asombrado, en sus ojos puedo percibir un brillo inusual en él y eso me causa curiosidad.

-Lo lamento –dice de repente.

-¿Por qué?

-Por haberte gritado y por estar en desacuerdo contigo sobre traer a Jean y a los demás.

-tranquilo Evan te entiendo. Sé que estabas preocupada por Jean y al igual que tú también llegue a pensar que esta es mi batalla y no tenía que involucrar a nadie más.

-Querrás decir nuestra batalla...estoy y estaré contigo en las buenas y en las malas. No dejare que nadie te dañe, incluyéndome. Lo que siento por ti supera los límites de todo lo que existe, moriría por ti si me lo pides, viviría por ti si me lo pides...te amaría el resto de mi vida aunque no me lo pidas. –Sus palabras hicieron que mi corazón latiera más rápido de lo normal. Es el efecto que el causa en mí.

-Jamás te pediría que mueras por mi Evan –Acerco mi mano a su rostro y acaricio su mejilla.

-Lo sé pero si en caso tal me llegues a pedir eso, estaría dispuesto a hacerlo. Enserio me haces muy feliz Lorrein

-Y tú a mi Evan –Le doy un beso dulce en los labios y el me abraza.

 -¿Estas lista para la batalla de mañana? –Se separa un poco de mí y me mira a la cara. Le niego con la cabeza con sinceridad y él me toma de la mano.

-La verdad es que yo tampoco…pero hay que tener fe en que ganaremos –Sus palabras hacen que me aliente un poco y lo abrace.

-Gracias

-¿Porque?

-Por todo…por llegar a mi vida, por protegerme, por hacerme la mujer más feliz del mundo. –el me regala una de sus tantas sonrisas que me tientan y lo beso.

Este no es un beso de esos que son delicados o románticos, es un beso lleno de pasión y necesidad. Su mano recorre mi cuerpo se detiene en mi ceno y lo aprieta, lo estruja, toca y juega con el haciéndome soltar gemidos que son callados por sus besos.

De un salto me lanzo encima de él y este me agarra y me lleva al cuarto. Siento como todo el estrés y el miedo se esfuman en segundos. Este hombre puede hacerme olvidar de todo lo que pasa a mí alrededor con solo besarme y eso me encanta.

Un gruñido ronco sale de su boca y me parece el sonido más sexy que he escuchado en mi jodida vida. Me acuesta en la cama, su húmeda lengua juega con mi cuello, hago mi cabeza hacia un lado para que tenga más espacio, el aprieta mi cintura con fuerza, hago una mueca de dolor, eso dejara marcas.

Empieza a chupar con fuerza mi cuello, va trazando un camino de besos desde mi cuello hasta mi escote, me muerde con fuerza. Arqueo mi espalda por el delicioso cosquilleo que me producen sus caricias. Evan aprieta su pelvis contra la mía y suelto un gemido ronco al sentir lo duro que esta.

Me quito toda la ropa y el hace lo mismo, en el proceso miro cada uno de sus movimientos y lo adoro como el Dios Griego que es. Empieza a tirar de mis pezones, estos responden enseguida y se ponen erectos. Él sonríe ante eso y no duda en tomarlo uno con su boca.

Chupa mis pezones con fuerza, gimo de placer al sentir como lo muerde. No sé qué le pasa, me esta mordiendo demasiado pero no me importa. Sube su cara a la mía y me mira deleitado, sus ojos se encuentran con los míos y sin pensarlo estampa su boca contra la mía, se apodera de mis labios y empieza a comerme la boca como un loco.

Rodeo ansiosa su cuerpo con mis manos, araño su cuerpo y el gruñe, se aprieta más contra mí y empieza a embestirme aun con la ropa interior puesta.

-No sé qué tienes hoy pero tu olor me está volviendo loco –susurra con voz sexy en mi oído, me muerdo el labio al sentir como su miembro empieza a crecer más a cada segundo.

Sin más se posiciona entre mis piernas y mi cuerpo se estremece al sentir su miembro en mi entrada, sin dudarlo me invade por completo, arqueo mi espalda por el corrientaso de placer que eso me produjo. Evan gruñe y me empieza a embestir con fuerza, su lengua penetra mi boca y al mismo tiempo se pone a jugar con mis pezones.

Siento que me derrito bajo sus caricias y su delicioso miembro dentro de mi.

-Si tan solo te vieras como yo te veo –Succiona y muerde mi labio haciéndome sangrar. –Tu olor, tu piel, el calor que desprendes…-Jadea mirándome fijamente –Tu maldito respirar es lo que me mantiene cuerdo.

Clavo mis uñas en su abdomen cuando acelera sus embestidas y eso me da a entender que ya está por llegar al igual que yo.

-Prométeme que te cuidaras –Gime ronco. –Si algo te pasa me muero -Aprieto mis piernas al alrededor de su cadera y me corro. El suelta un gemido ronco y enseguida me llena de su líquido.

-Te amo –Dice con la voz entrecortada.

-Yo también te amo Evan…


 


 




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