Enamorada de un zorro | Saga: Kitsune

25. Preparados para la guerra

 

La Victoria está reservada para aquellos que están dispuestos a pagar su precio.

-Sun Tzu

-Loraine -Dice Jean a mi lado.

-¿Qué? –susurro.

-¿Por qué tiemblas? -Mire mis manos temblorosas y me sorprendí de mi estado, ni yo sabía por qué estaba temblando. Hace unos días me sentía muy segura de mi misma y ahora mi cuerpo no deja de temblar.

A buena hora, nótese el sarcasmo.

-N-no estoy temblando -Dije tratando de calmar el temblor de mi cuerpo.

-Claro que si

-Claro que no

-Hmmm

-¿Hm?

-Lorrein... ¿esta será nuestra última batalla?

Me quedé callada uno minutos procesando su pregunta.
¿Será nuestra última batalla? Ni yo lo sé... esperemos que no, sé que aunque acabemos con Jandikal siempre habrá alguien allá afuera que quiera hacer el mal. Siempre existirá aquel que codicie el medallón para volverse más fuerte y allí estaremos nosotros para impedir que eso suceda.

-Esperemos que no Jean... -No sé qué nos espera en esta batalla pero si de algo estoy segura es que tenemos que ganar sí o sí. Miles de vidas están en juego...

-¿Lorrein estas lista? Tenemos que irnos. –Dijo Evan.

-Sí, estoy lista. Hay que irnos. –Nos reunimos todos en la entrada del templo.

Mamá va a crear un portal  que nos teletransporte a los límites entre el mundo espiritual y el mundo humano. Es el único lugar en él se puede desatar una batalla y que las personas y criaturas no salgan lastimadas alrededor.

Y aunque muchas de las criaturas sean inmortales eso no quita el hecho de que pueden sentir dolor...lo note desde la primera vez que fui al mundo espiritual con Evan. Desde ese entonces supe que tendría que ejercer mi papel de Diosa como debía ser. Y el punto ahora es ganar para obtener la Paz.

-¿Están listos para esto?

Todos se miraron nerviosos, me miraron y asintieron.

-Yo entiendo que estén asustados...yo lo estoy. Pero esto es por el bien de todo lo que conocemos. ¿Están conmigo?

-¡Sí! –Gritaron todos al unísono. Mama agrando un poco más el portal y nos adentramos al portal. Segundos después el piso empezó a retumbar como si algo grande se aproximará.

El cielo se torna de un color rojo sangre, mi respiración se corta por el paisaje tan terrorífico que tengo ante mis ojos y el temblor de mi cuerpo regresa.

A la distancia aparece un portal negro,  empiezan a aparecer tropas de demonios acercándose. El cielo se llena de nubes negras, demonios y espectros de todos los tipos aparecen por el portal. Entre ellos ogros gigantes como los que derroto Wolf, también está el Oni que me llamo Megami. Los demonios no dejaban de aparecer, cada vez eran más, aun así no hay vuelta atrás, ya estamos aquí y no se puede hacer más que luchar y sobrevivir. El portal se cierra y las tropas dejan de marchar.

-¿Que está sucediendo? ¿Dónde está el rey? –Me impaciento y le pregunto a Wolf que sucede pues él es un Shinigami así que debe saber quién es el rey demonio.

-Está llegando… -Dice despreocupado.

-¿Qué?

El piso empieza a temblar, de repente se abre el suelo y todos nos asombramos. Del suelo aparece un hombre grande y fornido. El suelo se cierra de nuevo y este se planta frente a la tropa de demonios.

-Loraine Romo…me alegra verte –Dice cuando ya está al frente –Estas lista para entregar el medallón de Izanagi y la lanza Amanobuko?

-Eso jamás pasara

-En ese caso prepárate para morir…

Me sonríe con malicia, se da la vuelta y empieza a caminar hacia su ejército. Estos se abrieron en dos cuando el paso, llegó hacia el extremo de entre todos ellos y se sentó a esperar en un trono que trajeron sus subordinados.

Se sentó a admirar su alrededor, analiza todo a su alredor con su mirada como si estuviera tratando de encontrar algo y eso me impacienta.

-Wolf... ¿porque estas con ellos? Esto es considerado traición hacia mí, tu rey -Dijo el rey demonio mirando a Wolf seriamente.

Wolf solo lo miro divertido y se echó a reír en una carcajada.

-Espera –Dijo aun riéndose, el rey demonio soltó un gruñido, está molesto. -¿Enserio piensas que tú eres mi rey? ¡JAJA! -El rey demonio apretó los puños y miró mal a Wolf.

-Eres un Dios de la muerte y yo soy el rey del inframundo por lo tanto yo soy tu autoridad. -Wolf solo se ríe aún más con cada palabra que sale de la boca del rey demonio.

-¡Ohhh espera! ¿Tú pensaste que las almas que yo me llevaba iban hacia el infierno? -El rey demonio frunció el ceño. -¡No cachón! Esas almas se van a mi propio infierno. ¡Te recuerdo que yo soy un Dios, yo soy mi propia autoridad bruto!

 El rey demonio lo fulmina con la mirada y después de unos segundos suelta una pequeña risa. Tres largos minutos después decide ponerse de pie, alza las manos hacia su ejército de demonios y estos se arrodillan ante de él.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.