D I E Z

Llegué al instituto un poco nerviosa porque hoy nos tocaba exponer la línea del tiempo y los filósofos siempre eran un dolor de cabeza por el gran debate que generaba hablar de ellos y quien diga que no, está mintiendo, apresuré el paso para llegar al salón de clases donde Bianca y Zev ya estaban haciendo sus cochinadas.

Me senté en mi lugar de costumbre y saqué mis fichas bibliográficas para recordar un poco la información de la que hablaríamos.

—¿Por qué volteas a verla? —escuché la odiosa voz de Bianca.

—¿No puedo mirar a mi alrededor o qué? —la retó Zev.

—Cada que giras tu mirada es para verla a ella, ¿qué tanto le ves a esa enana y oxígenada niña? —presentí que se trataba de mí por lo descripción que hizo, ¡mi cabello es natural!

—Ya te expliqué que es la hija de Connor.

—¿Y? ¡Eso me vale mierda! ¿Qué tanto le ves?

—Veo lo nerd que es, sólo veo eso, ¡ya deja el drama y bésame! —apreté con tanta rabia las fichas bibliográficas que las arrugué y eso que eran de cartoncillo duro, sus palabras me molestaron por el hecho de que mientras él sólo me miraba como una niña nerd yo me derretía por un jodido y estúpido chico de ojos verdes maleducado como él, ¡demonios!

—Hola, Karo —me saludó Valeria dejándome ver sus brackets.

—Hola, ¿cómo estás? —sonreí amable igual que ella lo era conmigo.

—Algo cansada, ayer me desvelé haciendo la línea del tiempo.

—¿No tienes equipo? —me sorprendí porque me parecía una chica muy popular como para que nadie se haya unido con ella para hacer el trabajo.

—Son ellos —apuntó a la parejita que se besuqueaba a diestra y siniestra frente a todos —se la pasaron jurándose amor eterno en vez de ayudarme.

—Vaya, lo lamento —fui sincera.

—Estoy acostumbrándome —se encogió de hombros, quería aconsejarla, pero Bianca metió sus narices donde nadie la llamó, ¡qué fastidio!

—¿Tú también estás dándole tu atención a esa niñita?

—Estoy charlando con ella, ¿qué tiene de malo?

—Desaparezco si se trata de mirar o hablar con ella, ¿les causa ternura por su diminuta estatura o por su cabello teñido?

—¿Puedes dejar de hablar como si yo no estuviese aquí? —pregunté mientras caminé hasta llegar frente a ella —¿qué te hice como para que estés jodiéndome la existencia? —Zev y Valeria se sorprendieron ante mis palabras y mi porte de chica matona, si supieran que no mato ni a un mosquito su mirada sería diferente.

—Lo que hiciste mal fue existir, niñita.

—¿Crees que por tus palabras voy a ponerme a lloriquear? Si quieres hacerme la vida imposible deberás esforzarte más, porque no seré como el resto de chicas que agachan su rostro cada que les dedicas una mirada —bufé mirándolo a los ojos —y como última cosa voy a pedirte que dejes de referirte a mí como si estuviese sorda —me di media vuelta y me senté en mi lugar danzando de felicidad en mi interior por la cara de frustración que había denotado Bianca.

Ni siquiera le he hecho nada, es la primera vez que "entablabamos" una conversación, ¿por qué tantos comentarios despectivos hacia mí?

Tal vez exageré con mis palabras y con mi porte de niña ruda, pero me molesta en demasía que las personas intenten que todo gire a su alrededor y una de esas personas tan odiosas es Bianca, ¿por qué cuestionar a su novio y a su amiga por hablarme? ¿Acaso sólo pueden hablarle a ella?

Ese era un motivo más para dejar de pensar en Zev, el que se juntara con personas así no necesariamente delataba que él fuese igual, pero si delataba que las personas así no le molestaban y eso era todo lo contrario a mí, ¿por qué seguir aferrándome a ese chico que odiaba los deportes?

Miré la hora en mi celular y faltaban 5min para que la clase diera inicio, ¿dónde estaba, Noah?

Empecé a preocuparme más por lo que pudiese haber pasado en su casa que por el trabajo en equipo hasta que llegó y corrí a saludarlo.

—¿Estás bien?

—Sí, Karolita —besó mi mejila y me hizo un ademán para que fuéramos a sentarnos.