Enamorada del chico enamorado.

E P Í L O G O

[Días después...]

Las cosas entre Noah y yo habían mejorado, nuestra amistad había recuperado la pacificidad después de la tensión que vivimos en la reunión con su familia, dijimos cosas que no eran necesario decir y en cuanto llegamos al instituto el lunes por la mañana, lo resolvimos.

Acordamos que dejaríamos de lado todo lo sentimental y nos enfocaríamos en nuestra importante amistad, ambos estábamos dispuestos a intentarlo en caso de que algo más surgiera, mientras eso sucedía, seguiríamos igual de amigos que siempre.

Valeria se había molestado conmigo desde que Noah marcó distancia con ella y había vuelto a juntarse con la odiosa de Bianca, quien cada día era más amargada, ególatra y mandona, aunque nadie le hacía caso como cuando tenía un noviazgo con Zev.

Él seguía frecuentándome, de vez en cuando dejaba golosinas en mi mesa banco y siempre lograba sonrojarme, sin embargo, eso no era señal de que fuera a darle una oportunidad o que fuese a caer ante él a la primera señal detallista que tuviese conmigo.

Por más que me gustara fantasear con él, no iba a darle el gusto «ni a herirme a mí misma» de que algo entre nosotros fuera existente, una vez que consiguiera mi atención se alejaría de mí, tenía el don de estudiar a las personas y estaba muy consciente de que él sólo me quería para ser un trofeo que le mostrara a sus amigos y al mundo, para alguien tan orgulloso y egocéntrico como Zev significaría la gloria tener a la chica que tanto lo había rechazado durante las últimas semanas, no estaba dispuesta a darle gusto.

La competencia de atletismo para la que tanto entrenamos era ese día.

La beca que tenía Noah dependía de esa competencia, debía ganar a como diera lugar y tampoco me preocupaba tanto su desempeño, sabía que era un gran corredor, su estatura lo ayudaba y ni que decir de su intacta condición física, él ganaría y me esforzaría por también ganar en la rama femenil.

Debía admitir que me sentía muy nerviosa, las gradas estaban llenas de estudiantes, personal docente y familiares de los competidores, mi estómago se revolvía ante tantos pares de ojos enfocando su mirada en la pista donde competiríamos, sobre todo si en primera fila estaba mamá, Connor «mi adorable hermanito se tomó la molestia de invitarlo y aunque Connor lo negase, ver a mamá con alguien que no era él estaba enloqueciéndolo, la tensión era notoria, lo que me comprobaba que realmente algunas personas eran egoístas y querían todo para ellos», Maxwell, Caroline, Eddie, el señor Patrick y por supuesto, Zev, ¿¡qué carajos hacía él ahí?!

No me ayudaba nada la gorra deportiva que llevaba puesta, no me ayudaba en nada el cartel de ánimos que sostenía con fuerza, no me ayudaba en nada los rayos del sol que aún con su gorra se filtraban en su rostro y me permitían ver con mayor profundidad sus ojos verdes de lo que tanto me había enamorado.

Nunca me había ocurrido esto, no sabía si se trataba de mi corta edad, de lo sumergida que vivía en los estudios o de lo poca interesada que estaba en los chicos, lo único que sabía es que lo que sentía por Zev no era pasajero como quería obligarme a mí misma a creer.

No podía borrar de mi cabeza las pocas vivencias juntos, nuestras interminables peleas y la manera en la que intentaba solucionar las mierdas que hacía. 

No podía dejar de reír ante su odio por el deporte, ¿qué tan malo puede ser el golf? ¡Sólo se trata de paciencia y precisión!

No podía dejar de revisar su perfil de Instagram los fines de semana y percatarme que era un alcohólico y drogadicto cuando salía a fiestas.

No podía olvidar su caballerosidad con las personas mayores, la intensidad de sus ojos verdes, el sonido de su voz o su masculino olor.

Me hería y molestaba en demasía tener más recuerdos malos que buenos de él y aún con lo mierda que era, yo seguía ahí, babeando por Zev, por alguien que de no haberlo "retado" jamás hubiese enfocado sus ojos en mí, porque fui invisible antes de que explotara contra él y la hueca de su ex novia, porque él nunca coquetearía con alguien como yo estando en sus cinco sentidos, su repentino interés hacia mí se debía a un reto personal, uno de esos retos en donde la niñita boba perdía y caía ante sus pies, quisiera decir que era un cliché o seguir llenándome la boca diciendo que yo era diferente al resto de las chicas, la realidad era que cada día que pasaba, más ansias tenía por estar junto a él, algo terrible considerando el daño que me ocasionaría a mí misma al entregarme a alguien tan tóxico como él.

En las novelas se narraban historias románticas tan fáciles que hasta daban risa, ¿en realidad las escritoras habían vivido un romance o estaban tan ocupadas escribiendo que perdían la oportunidad de darse cuenta lo catastrófico y complicado que realmente era el amor?

Desde mis ojos el amor no es enamorarte de alguien a primera vista, que esa persona piense igual que tú, construir juntos un castillo para ahí educar a los niñitos que tuvieron gracias al enorme y romántico fruto de su amor... Para mí el amor era eso que dolía en demasía por ser tan complicado, doloroso y maligno.

Podía sonar exagerada, a penas comenzaba a vivir, sabía que el resto de personas me dirían que mi enamoramiento por Zev pasaría en algún momento y quizás estaban en lo correcto, pero tenía pruebas verídicas de que el primer amor era el más inolvidable y para mi mala suerte ese primer amor había sido Zev.




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