Este día lo he pasado por completo en la oficina. Aproveche un buen rato que Kalet y Marcos habían salido para ir a ver mi apartamento nuevo, también realizar las compras para mi fachada, mi nuevo yo. Debía empezar lo más rápido posible sin levantar sospechas de alguno de ellos.
Kalet y Marcos no tienen idea de lo que planeo con Smith. Los dos tenemos dudas de ellos.
Ya está todo listo para mí entrevista como docente. He realizado un perfil falso con abundante experiencia para que no tenga problemas por ello, aparte Smith me ha recomendado con la directiva del colegio y tendré la oportunidad de conocer a Leonardo, el hijo menor del General, así le dicen al capo que mandó dar la orden de eliminar a mis padres.
Dure varias horas fuera de la oficina, pero había llevado los papeles de parquímetro por su alguien incurría y se llevaba su comparendo y tendría como demostrar mi trabajo. Ese día marque tres comparendos que me servían y así nadie pensaría que estaba haciendo otra cosa que no fuera mi trabajo, aparte Marcos paso por el lugar y me vio haciendo mi trabajo, sabía que esos dos me tenían en vigilancia. Debía hacerlos confiar en mí.
Les iba hacer creer que no recordaba los asesinos de mis padres que todo eso había quedado atrás en el pasado y que soy una mujer nueva, sin rencores, solo con amor por mi carrera y familia. Según para ellos eran mi familia solo era cuestión que caiga en mi mentira.
Llegué a casa de Kalet algo tarde como a las ocho de la noche haciendo cara de agotamiento y hablando mal de mi jefe Smith. Manos a la obra para crear mi fachada con mi querido padrino.
— Hola tía, hola tío ¿cómo están? Estoy súper agotada. Odio ese señor Smith. Hoy me grito como loco por qué solo hice tres comparendos ¿Puedes creer eso? Tío.
— ¡Ay! mi niña. Pobre de ti, paciencia — Dice Carolina sirviendo mi cena — Pronto eso cambiara.
— Te entiendo, sobrina. Ese tipo es un maldito, pero pronto se irá de la oficina y al parecer el sucesor voy a ser yo. Tomaré las riendas de la agencia.
¡Carajo!
Eso no podía pasar, no si yo lo puedo impedir.
— Tío, súper genial. — Le digo dándole un abrazo —. Que mejor jefe podríamos tener. Que tú.
Suelto una sonrisa.
Comenzaba mi trabajo y pronto tendría la confianza de él.
— Tío, tú sabes quiénes son los 3 sospechosos que tienen en ese panel, se ven personas muy malas. Yo olvide los asesinos de mis padres, también de vengarlos, esos hombres deben de estar muertos. Quiero una vida nueva. —Digo para ver su reacción. — Cero rencores.
— Si, hija. — Exclama algo sorprendido — Que bien. Esos hombres ya hay dos muertos. Referente a lo de tus padres… Marcos y yo nos encargamos de esos asesinos. Vengamos a tus padres, Andrea.
— Gracias, tío. Es un alivio saber eso. — Expreso y sigo comiendo como si nada me hubiera importado. — Eres el mejor.
Mi plan está empezando a funcionar. Kalet está cayendo en mi plan maestro. El primero y el más duro. Sé que Marcos hace lo que mi padrino le ordena, es como su lame suelas. No estoy equivocada. Ando en la cocina lavando los platos y alcanzo a escuchar una conversación de Kalet con Marcos que le dice que yo confió en él, que creo que los asesinos de mis progenitores estaban tres metros bajo tierra.
Estoy más que feliz por escuchar esto. Kalet está cayendo en mis redes, pero no me confiaría de mucho, falta mucho camino por recorrer. En las compras que realice en la tarde compré unas cuantas cámaras miniaturas que instalare en la casa para vigilar todos los pasos que da Kalet, que hace y escuchar las conversaciones. Ya he instalado todo lo competente en mi computador en mi nuevo apartamento para escuchar todo.
Cómo dije anteriormente no soy una persona que se confía del todo. Así que sin darse cuenta, he instalado en la oficina de Smith algunos micrófonos debajo de la mesa para vigilarlo de que hablaba y con quién.
Tampoco me confió en Kalet, sé que me seguirán de todos modos, así que sería muy cuidadosa con mis pasos. Siempre debo ir un paso delante de ellos.
A media noche me pare de mi cama sin hacer ruido observé su cuarto y los veo que están profundos así que aprovecho a bajar al primer piso e instalo las cámaras en lugares estratégicos donde el pasa el mayor tiempo posible como es en su despacho, la sala, un cuarto de huéspedes que le gusta visitar. Lo tendré vigilado las 24 horas. Estoy mirando la posibilidad de chuzar su teléfono al igual que el de Marcos para tener acceso a sus conversaciones sin que ellos lo sospechen. Estoy pensando cómo hacerlo y recordé al genio de Tony Casillas, un amigo mío de Australia, un súper hacker de la tecnología.
Le dejo un mensaje en vez de llamarlo por el cambio de horario. Le he contado que necesito chuzar dos teléfonos sin meterle algún aparato adentro, solicitando que me llegue toda la información, no solo de las llamadas, sino de mensajes de texto y acceso a las redes sociales.
Le dejé claro que nada de preguntas y que sería una gran paga.
Estaba en la oficina en la parte de archivos cuando recibí su llamada. No me la esperaba, imaginé que me llamo después de llegar a casa luego de su trabajo.
— Hola, Tomy. ¿Cómo estás amigo? — Pregunto mirando a todos lados para que no me escuchen — Que me tienes.