Seguí con mi fachada de docente en el colegio Elite Way. Le he dado el broche a Leonardo por lograr la excelencia en mi asignatura. Les hice creer a mis alumnos que el chico que sacará 5 en todas mis notas le daría un regalo muy especial. Todos se esforzaron, pero Leonardo supero todas las pruebas. Es muy bueno en todas las asignaturas.
Estoy más que feliz que él ganará mi regalo pronto sabré la ubicación del General, mi enemigo. Es mi oportunidad para agarrar la cabeza mayor del cartel y conocer la verdad por qué mando matar a mis padres. Lo hare con pasos lentos, pero firmes. Debo estudiar todo el lugar para cubrirlo en todos los ámbitos para que no tenga oportunidad de escapar, eso no lo puedo permitir.
Terminé mis clases agotada como todo el tiempo. Decido ir a tomar algo para el estrés que genera todo esto. Me dirijo a tomar un taxi, mi carro lo dejo en mi apartamento por el cambio que debo realizar de la detective por la docente. Estoy por subirme al auto cuando siento que mi celular suena. Lo saco para contestar llevándome la sorpresa que es Ian, no el falso, sino el verdadero. El chico de la playa.
— Hola, preciosa. Qué pena no llamarte antes he tenido muchas cosas que hacer, pero estoy de regreso, me gustaría verte. — Dice con una voz muy sensual por el teléfono — Que dices.
— Hola, guapo. Voy por un trago si quieres nos vemos en la discoteca Lombardo Club en media hora — Contesto mordiendo mis labios — ¿Qué dices?
— Ahí te veré, guapa. Un beso — Dice colgando la llamada.
Me arreglo un poco el pelo que está un poco alborotado mirándome en un espejo que tengo en mi bolso. Me maquillo un poco mi rostro que está un poco pálido. Ese chico me gusta mucho. Ningún hombre había generado eso en mí. Jamás pensé sentir mariposas en mi estómago. Yo no creo en el amor o no quiero creer en ello. Mi corazón está seco por lo de mis padres.
Ian hace que crea en mi misma y que las cosas pueden ser distintas que puedo amar a alguien y llevar mi venganza a cabo sin que eso impida cumplir con la promesa que le hice a mis padres.
Mi amigo ha realizado el trabajo que le he pedido con los móviles. Llevo tres meses con los teléfonos interceptados de Kalet y Marcos. Es mucha información que procesar por todas las pruebas que he recolectado en contra de los dos. Con todo esto he notado que les darán muchos años de prisión.
Al igual que con mi profesor culmine cualquier contacto con ellos, no quería ponerlos en peligro y mi desconfianza ha crecido, en especial, más con todas las pruebas que tengo en mis manos.
Smith no tiene idea de todo lo que he recolectado, he tomado mis precauciones, pero cada día me demuestra que puedo confiar en él. Es un hombre limpio y honesto. Su tiempo es corto y faltan solo un par de meses para su retiro, pero queremos atrapar al general antes de su retiro.
Retomando ya estoy en la disco. La música resuena muy duro estoy sentada en la barra tomando un cóctel cuando veo una mano con una rosa rozando con mi hombro derecho.
— Una flor, para otros flor… pero tú eres más bella que esos pétalos rojos — Arguye Ian erizando mi piel al susurrarme esas palabras en mi odio — Hola, bonita.
— ¿En qué libro de poesía lo leíste? — Le digo saludando a Ian con un beso en la mejilla. Él no deja de verme fijo a los ojos. — Hola, guapo.
— En ninguno me lo he robado. Eso ha salió de mi corazón, Lina. Tenía muchas ganas de verte preciosa. — Dice tomando asiento a mi lado — Jamás me ha pasado con ninguna chica antes la necesidad de verla — Expone con una sonrisa en su rostro
— ¿¡Debo sentirme afortunada o celosa!? Eso quiere decir que la lista es larga de las chicas que han pasado por tu vida. — Respondo con una risita picarona. — Dime, casanova.
— No es tan larga, pero debes saber que ninguna se ha metido en mi corazón como tú. Me encantas, preciosa — Suelta mientras llevo sus labios rosa carnosos junto con los míos. — Me vuelves loco.
Los dos nos profundizamos en un beso muy tierno. Rodeo su nuca con mi brazos mientras el lleva sus manos a mi cintura acercándome más a él. Mis piernas temblaban un poco son sensaciones nuevas para mí. Me he dedicado tanto a mis estudios y a la venganza que les prometí a mis padres que he olvidado que era dar un beso, no tenía idea que era una caricia, muchos menos la rose de piel con alguien. No he hecho el amor con nadie.
Él me ha pedido que nos vamos a un lugar más privado. No tengo que ser una tonta para saber que Ian solo quiere llevarme a la cama.
— Lo siento, Ian. Debo irme a casa, espero verte pronto. Mis padres me esperan en casa, quedé a cenar con ellos. — Digo un tanto nerviosa — Adiós.
— ¡Perdón! Te asusté con mi propuesta. Quiero llevar las cosas lentas, pero seguras contigo. — Responde dándome un beso — Me gustas mucho, Lina, te llamaré.
Tomo mis cosas saliendo de ese lugar dejando aquel hombre en aquel lugar. Me asusta la idea de enamorarme, de sentir cosas fuertes por él, de querer más de la cuenta. Mi trabajo lo pondría en peligro, y me odiaría si conoce mi verdad. Mi fachada terminaría. Ese hombre me odiara cuando conozca mi verdadera identidad.
Después de un corto recorrido llegué al apartamento despojándome de todas mis cosas eliminando la identidad de la sexi profesora para darle identidad a la detective. Observé un rato en la laptop todo lo que ha pasado en el día en la casa de mi padrino, en especial, las conversaciones de Marcos y Kalet.