Enamorada del mal

Capítulo 14

Terminé de revisar todo con Smith aconsejándole tener otro celular de reserva para podernos comunicar para que no nos descubran pidiendo que cautela con el nuevo móvil que sea igual al que tiene sospecho que puede estar chuzado, mi sexto sentido jamás me ha  fallado. Soy muy intuitiva en mis cosas.

Quedé de nuevo sola en casa hablando un rato por video llamada con mi hermano, se ve tan guapo con ese pelo negro que se ha pintado ya no tiene su pelo castaño claro que tanto le gustaba a mi madre cuando tan solo era un niño. Me contó tantas cosas que le estaban pasando, también me pidió consejos de como enamorar una chica que le gusta, pero le da un poco de miedo decirle algo no quiere ser rechazado por ella.

Como se puede aconsejar a alguien cuando tienes poca experiencia en el amor, aunque le aconseje que lo intentará que si lo aceptaba está bien y si le decía que no ella no merecía su amor, que él tiene mucho valor y que valía mucho la pena, que si no era ella, otra chica si iba a valorar  su amor.

Lo vi algo confundido con lo que le dije esa será su primera novia, bueno si lo aprueba, con su encanto y forma de ser estoy más que segura que sí. Estoy un poco angustiada, no puedo creer que mi hermanito ya se me había crecido tanto que pedía consejos para conquistar una chica.

Trate de darle el mejor consejo no soy una experta en ello. El amor y yo no somos tan compatibles hasta ahora con Ian estoy experimentando sensaciones diferentes en mi vida. Hablé otro rato con él y me he ido a dormir tenía que estar temprano en el trabajo, debo lograr tomar las huellas de Marcos y analizar su arma, un reto nada fácil, pero no imposible para la justicia.

Hice un té de manzanilla para irme a cama un poco relajada,  no he podido conciliar el sueño pensando  en la cena que tendré con Ian en la casa de sus padres. Mis piernas temblaban de solo imaginarlo. Puede ser algo increíble, diferente, sin embargo, no sé qué decirles cuando pregunten por mis padres. Algo me inventaría sobre ellos no deben saber que ya no estaban en este mundo.

 Me meto a mi cama con muchas cosas en mi cabeza antes me calce mi pijama y a dormir se dijo. Caí a cama durmiendo como un bebé hasta el otro día que me despertó la alarma del reloj, por qué si no, pasaría de largo. Aún quería seguir durmiendo.

Revise mi teléfono encontrando un mensaje muy tierno de Ian.

Ian

 Buenos días, cómo amaneció la mujer más bella del mundo y de mi corazón. Paso por ti a las 5pm.  Te quiero, un beso mi amor.

 Él saca una sonrisa de mi rostro con esas cursilerías que me gustan tanto. Ian es muy atento conmigo.

Prepare algo de desayuno rápido tengo mucho trabajo en la oficina. Debo descubrir la identidad del hijo del general, también buscar las pruebas sobre sus delitos, su manera de trabajar, tengo pendiente lo de Marcos y algo muy especial, comprar un vestido para la cena de esta noche con los padres de mi novio, eso sonó muy raro, dejo salir una carcajada.

Salgo corriendo de mi casa me está tomando un poco tarde para llegar al trabajo. A las afueras de mi apartamento esta Kalet sorprendiéndome  mucho su visita.

—  Hola padrino, buenos días, ¿Qué haces en mi casa? ¿Cómo supiste donde vivo? —  Pregunte vi que se puso muy nervioso. — Como esta mi madrina.

—  Hola Andrea, cómo amaneciste, mi niña hermosa. —  Contesta con nerviosismo sin mirarme al rostro. — Ella está bien.

—  Bien, pero no me contestaste ¿Qué haces aquí? ¿Cómo sabes dónde vivo? —  Pregunto de nuevo — Dime, padrino.

—  No te molestes, Andrea —  Dice tomando un poco de calma —  Te he mandado seguir por que me preocupo por ti, pero juro que no lo haré más, sé que estás bien y que puedo confiar en ti, mi niña.

—  ¿Por qué  me has mandado seguir? —  Exclamo haciéndome la tonta cuando eso es cuento viejo para mi —  No entiendo ¿Tú desconfiabas de mi padrino? ¿Qué rayos te pasa? ¿Qué he hecho mal? —  Gruño con enojo.

No soy ninguna idiota sé que me están vigilando por su mandato, al contrario de ellos, me hago la víctima de que no se nada.

—  Lo siento, mi niña.  Pensé mal de ti… jamás debí dudar de tu lealtad así a mí, Andrea.

—  ¿Quién te hablo mal de mí? ¿Por qué creíste que te haría daño? Tú eres la única familia que tengo… mi hermano está perdido y no sé dónde anda. Tengo miedo de perderlo. — Arguyo dejando salir unas lágrimas. — Jamás haría algo malo para dañarte.

—  Marcos desconfiaba de ti mi niña por qué hablas con Smith en la oficina, sin embargo,  sé que es meramente laboral.

—  ¿Qué? —  Digo haciéndome la sorprendida —  ¿Marcos no confía en mí? Padrino. Smith ¡Por Dios! Ese tipo lo odio. No vez donde me tiene metida no me deja ir a casos de investigación como a ustedes y  me duele que Marcos piense eso de mí. Yo solo confío en ti y él, padrino. —  Espeto llorando con más fuerza. Tengo que hacerle creer con mi llanto. Para ellos debo ser una victima — Que mal, padrino.

—  Ya no pensara mal de ti, Andrea. Quieres que te lleve al trabajo así hablamos un rato más de cómo te ha ido en tu apartamento.

Hice que me calmaba cuando subía a su auto hablando de muchas cosas del trabajo, de cómo me estaba yendo en mi nueva casa, que estoy socializando más con las personas del edificio y de lo preocupada que estoy por mi hermano, entre otras cosas.




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