Enamorada del mal

Capítulo 15

Mi respiración se ha puesto algo agitada al ver ese hombre apuntando mi frente. Es mi fin.  Solo mire a Ian que le grita al hombre que baje el arma. Tomo la capucha poniéndola en mi cabeza, mis manos tiemblan del terror. Me encojo de piernas en la silla abrazándolas con mis manos. No dio palabra alguna, solo salen de mí mis lágrimas sin algún sonido.

Sentí que Ian se acercó a mi par abrazándome a su cuerpo.

— Perdóname, Lina. Esto no volverá a pasar, mi amor. — Dice — Yo a ti, te amo. Jamás permitiré que te pase algo malo. Llamaré a mi padre que dejemos la cena para otro día.

— Está bien, Ian. — Digo con los pocos alientos que tengo. El miedo se ha apoderado de mí.

Pongo mis manos en mis rodillas sintiendo que mi corazón se me va a salir de mi pecho.  Jamás había vivido una situación así. He estado en operativos donde me ha  tocado decidir mi vida o la de otra persona, aún no he atentado hacia alguna persona solo viví  una situación difícil en Australia en una persecución donde salió herido un ladrón en una pierna, nada grave.

Escuche que habla con su padre exponiendo la situación que ha pasado unos minutos antes exponiendo que estoy muy nerviosa que no puede llevarme así.

¿Dios en qué embrollo me he metido yo con este hombre?

 Le dice al chófer que tome la ruta de vuelta a mi casa que la cena se ha cancelado.

— Lina, cariño. Todo está bien. — Afirma — Puedes quitarte esa capucha, por favor, no te queda bien… esconde tú belleza.

Intento contarme chistes o hacerme bromas  durante el camino para que sonría y pierda el miedo que tengo. Solo quiero llegar a mi casa y encerrarme para no verlo más ¿En qué juego macabro he caído? ¿Tendría algo que ver Kalet con esto?

— Estoy bien, Ian. Solo quiero ir a casa y olvidarme de este mal rato. Quiero dormir… estoy algo cansada.

Observo por la ventana queriendo retratar el camino que  he recorrido. Algo me decía que Ian tiene algo que ver con el mundo bajo de los malos negocios. Tengo que descubrir de qué se trata,  que me esconde. Tengo que irme con cuidado mi corazón está comprometido y eso es un error grave que he cometido…pero él está limpio según mi investigación. Es un estudiante de artes. No he encontrado nada sobre su familia, es como si fueran unos fantasmas algo que no le he dado mucha importancia.

Llegamos a casa bajándome de ese auto corriendo dejando mis tacones en el auto. Ian se baja corriendo para alcanzarme el hombre se ha ido dejándolo ahí conmigo.

— Quiero estar sola está noche por un buen tiempo, Ian — Escupo viéndolo fijo a los ojos — Espero me puedas entender. Hoy fue algo difícil para mí.

— Por favor, déjame pasar… te diré todo. No quiero tener secretos contigo, cariño. Yo te amo y  no quiero estar lejos de ti, por favor. — Dice con lágrimas en sus ojos. — Hablemos.

Me quedo mirándolo  fijo sabiendo que no miente. He aprendido que cuando estás arrepentido por algo o no mientes tus ojos cambian de color. Por unos segundos no respondí nada, quería estar sola, pero debía aclarar la situación. No podía seguir con alguien que me oculta cosas. Le he entregado mi corazón a ese hombre y lo menos que merezco es saber quién es este chico.

— Está bien, Ian. Pasa  creo que necesitamos hablar. Quiero toda la verdad  y no me vayas a mentir por que acabó todo lo que hay entre los dos.

— Te lo juro… que te diré todo, mi amor. No abran mentiras entre los dos.

Le digo al portero que lo deje seguir tratando de abrazarme, pero se lo impedí. Llegamos a la planta de apartamentos tomando el ascensor marcando mi piso. Durante el corto tiempo en el ascensor ni lo determine. Abrí la puerta la puerta de mi casa haciéndolo seguir. Él tomó asiento en un sillón que tengo en la sala. Sirvo dos tragos de whisky, necesito uno tomándolo de un solo trago sirviendo otro para bajar el susto. Esa imagen está en mi cabeza.

Me acerque a él dándole el trago.

— Ahora sí, dime toda la verdad, Ian. Por qué si veo que me mientes en algo mando todo a la mierda. — Escupo sentándome cerca de él —  Te he dado todo de mí, me entregué en cuerpo y alma a tus brazos, pero no pondré mi vida en riesgo por ti.

— Está bien, amor. Jamás te pondría en peligro. — Dice tratando de acercarse — Primero me hago matar yo a que te pase algo a ti. Jamás he sentido algo así por alguien, yo te amo eres mi vida Lina. – refutó acercándose a mí.

— Quiero la verdad, Ian. No más rodeos y mentiras entre los dos.

Pero cómo le podía exigir yo a él que me contará todo sobre él sin tener secretos conmigo cuando desde el principio yo le he mentido y lo sigo haciendo, pero no pongo en riesgo su vida, mi fachada jamás lo pondrá en peligro.

— Lina, mi familia hace negocios fuera de la ley, cariño. —Suelta sin anestesia —  Mi padre es algo quisquilloso con las visitas. Él compra cosas robadas y las vende por eso no permite que sepan dónde vivimos, eso es todo. Te pido perdón por no contártelo antes, cariño. No sabía cómo hacerlo… jamás pensé que “el loco” te iba hacer eso amor.

— Se me hace raro, Ian ¿Por qué tanta seguridad por un delito que no es tan grave como vender drogas? Es algo extraño. — Espeto — Dime, Ian.




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