─ ¿Qué pasó? ─pregunto Roberta cuando al fin habíamos hecho dormir a Julieta, la cual no quería acostarse a dormir porque quería comer pavo y nosotros ¿De dónde nos íbamos a sacar pavo a esta hora para darle y se duerma tranquilamente?
─ No paso nada ─murmure y me miro con cara burlona no quería hablar, pero sabía que terminaría contándole
─ Tengo el don de conocerte tan bien y sé que me estas mintiendo ─la miré y apreté mis labios
─ Ya nada solo hablamos y ya ─respondí evitando el contacto visual con Roberta sabía que no duraría mi silencio
─Ah sí claro, primero tan feliz, saca el teléfono y ohh magia se te ve la mirada tan triste que incluso querías huir de él ─la mire con cara de: me das miedo
─Bruja ─espete y se rió
─Lo sabía, algo paso ¿me vas a contar? ─suavemente pregunto y asentí, tenía que contarle estaba más que claro que no podía esconderle nada, me conocía la condenada
─ ¿Ya te he dicho que te odio? ─gruñí entre dientes
─ Si, muchas veces ─respondió tranquilamente y le dedique una sonrisa de fastidio
Le conté todo sin ninguna excepción y claro está que lo insulto en los idiomas que ella conocía
─Pero me vas a escuchar ─me señalo y la mire con vergüenza ─. Eso es tóxico sabias ¿Quién en su sano juicio le da consejos a la persona de la cual está enamorada para que enamore a otra y lo peor que hasta le deseas suerte?
─Claramente yo no, porque si hablamos de tragos estoy con algunos de más ─me defendí dándome cuenta de que empezaba a arrastrar mis palabras y ella rió
─Ay Adara que haré contigo ─suspiro negando y alce los hombros sintiendo mis lagrimas acumularse e hice algo estúpido que fue dejar que salgan algunas de mis lágrimas mientras ella solo me acariciaba la cabeza, era la primera vez que me veía en este estado, pero era por el alcohol que tenía en mi sangre porque caso contrario no me pondría así y mucho menos por él, se supone que era fuerte, pero ¿A dónde se había ido mi fortaleza? Se nota que el alcohol nos hace débiles
─Aquí está el teléfono de él ─saque el teléfono del bolsillo de mi vestido y mostrando mi gran sonrisa después de que me había desahogado de una forma absurda
─ Y todavía se lo guardas ─regaño Roberta exasperada─. Deberás que eres bruta mija, no sé qué hare contigo
─nada, solo aguantarme y amarme ─dije sacándole la lengua
─Pero si lo quieres mucho no puedo hacer nada contra ese sentimiento ─nos dimos un abrazo─. Te apoyaré en lo que necesites y te doy un solo consejo. Si quieres que algo suceda empieza, por creer en eso tu primero y hazlo realidad, no te lleves atada al negativismo y si tanto lo quieres lucha, lucha así sea solo para saber que se siente que ese amor sea correspondido y disfruta mientras dure, entendiste
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Literal eran las 3 de la tarde y nosotras recién nos levantábamos y busque mi teléfono que estaba junto al de David
─Tengo una llamada perdida de mi hermano ─mire mi teléfono somnolienta y de nuevo entró otra vez la llamada
Llamada
─Adara por si acaso no sabes si David dejo en alguna de las mesas el teléfono ─pregunto él
─Él me dijo que me lo encargaba, yo lo tengo ─respondí
─Si vez Mijin, de nuevo se lo has dado a mi hermana ─dijo él al otro lado de la línea
─Ya vamos de nuevo a la casa ─informó mi hermano y colgó
Fin de llamada
─ ¿Quién era? ─pregunto Julieta y con una almohada tapo su cara debido a que el sol entraba directamente a su cara─. Me duele mi cabeza parece que se me va a salir el poco cerebro que tengo, me va a estallar, les juro ¡Ni más vuelvo a tomar!
Uy si y yo soy Superman, todos decimos eso luego de una fiesta sin control, pero no lo cumplimos.
─ Ya te voy a dar una finalin y algo más ─me levante bostezando mientras ella asintió sin abrir sus ojos, ella era la que más se había descontrolado con el trago
Saqué tres pastillas de un cajón y fui por agua, a mí no me dolía mucho la cabeza
─Gracias mi vida ─dijeron las dos al darles la pastilla y me reí
─No me acuerdo casi de nada ─Julieta se quejó y con Roberta nos miramos dándonos la típica mirada cómplice
Luego de media hora se escucharon unas voces en la plata baja por lo que me levanté y cogí el móvil de David entonces el teléfono vibró anunciando una llamada
Llamada: pau
Claramente sabía quién era pau por lo que conteste "inocentemente"
─Si ¿con quién hablo? ─respondí
─David ─pronunció inmediatamente ella
─No está, pero si quieres dejar un recado con gusto ─dije