Enamorada del mejor amigo de mi hermano

C I N C O

─ ¿Cómo vas con ella? ─pregunte para sacar conversación

─ Normal, aunque trate de hacer todo lo que me dijiste, simplemente ella no me toma atención ─dijo él

Mientras ella lo ignora, yo aquí deseando la atención de él

─ Pero es tu amiga ¿no? ─asintió—. Hay ya has dado pequeño paso, todo empieza por una amistad

─ A veces hago mis rutinas con ella o la busco para algún trabajo ─dijo mientras llegábamos a una cafetería─. Vamos por tu café

No se habló nada más de Paulina y enserio agradecía que se haya quedado ahí ese tema, Paulina con solo su presencia quizás de casualidad había arruinado mi tarde de cine con David.

─ ¿Desean ordenar algo más? ─pregunto el mesero mirándome y negamos con David

─ No gracias con lo que hemos pedido está bien ─dije sonriendo

─En unos minutos vendrá su orden ─anunció el chico

─Y amigo, por favor que venga otro mesero y asi puedes atender otros clientes que no seamos nosotros ─ordenó David mirando al mesero que estaba por retirarse y lo mire desconcertada

─ ¿Por qué? ─reproche

─Porque así quiero yo ─respondió

─ No te preocupes, ven tú nomás ─le dije al mesero mientras veía el gafete que cargaba su nombre─. Martin, yo hablo con él

─ He dicho que no quiero que venga él, y me estas llevando la contraria Adara, no me gusta que me lleven la contraria ─me desafío con la mirada

─ Él está haciendo su trabajo David, además está lleno el local y no puede cambiar solo para cumplir tu capricho, además tú tampoco eres quién para decirme nada y mucho menos mandar en este local  ─señale alrededor y me miro de mala gana

─ Adara no viste como te miraba ─musito él, pero después volvió a agregar─. Trataré de mejor no decir nada

Luego de unos minutos volvió el mesero y dejó nuestra orden bajo la intimidante mirada de David

─ Muchas gracias ─agradecí antes de que el joven se retirara

─ Michis griciis ─ David me arremedo cuando el mesero se fue

─ David ─llame su atención

—Adara

—David —volví a decir

─Adara ─pronunció y esto de decir nuestros nombres me causaba un poco de gracia

─ sabes quiero hacerme un tatuaje ─estire mi brazo mientras veía mi muñeca

─ Así como yo tengo ─me señalo sus dos tatuajes en ambos brazos ─. Si quieres consigue el dinero y yo hablo con mi amigo el que hace tatuajes

─ ¿Cuánto crees que me cueste este tatuaje? ─pregunte sacando mi teléfono y mostrándole la foto del tatuaje que consistía en una pluma de colores y en la parte de arriba la barba se convertía en pájaros

─Lindo tatuaje ─dijo el─ ya le consultare a mi pana, pásame la foto

─Gracias y más luego te la pasó con más calmita

El tema lo puse para que se olvide del joven que nos atendió, pero luego de que acabáramos lo que habíamos pedido volvió el mesero con un platillo, el cual tenía la cuenta con dos galletas enfundadas y dejo un papel debajo de aquel platillo y me hizo una seña para que yo la cogiera y solté una pequeña sonrisa

─ ¿Me puedes decir cuánto está la cuenta? ─pregunte mientras buscaba mi monedero en el bolso

─Déjalo Adara yo pago ─ordeno sacando distraído buscando plata en su billetera, entonces agarre rápidamente el papelito disimuladamente que me había dejado el chico aprovechando y lo guarde en el bolsillo de mi chompa, de reojo mire la cuenta la cual estaba de 6 dólares así que rápidamente puse en el plato los seis dólares y un dólar de propina─. Eso no se vale Adara, yo iba a pagar la cuenta

─Odio que los hombres siempre paguen todo, así que por esta vez y primera vez contigo yo pagare esto ─guiñe un ojo y guarde de nuevo mi monedero y él me miro con mala cara

Quizás se dio cuenta del papel y por eso su mala cara》—dijo mi conciencia

─Está bien, pero no se me olvida que pagaste los snacks del cine y  me toca devolverte porque yo te invité ─pronuncio y solté el aire que contenía ya que pensé que iba a decir algo respecto al papel

─No te preocupes, quizás para la próxima que yo no tenga dinero o que deje que tu pagues ─sonreí mientras salíamos de la cafetería

Luego de varios minutos mientras hablamos de otras cosas llegamos al estacionamiento y volvió a ayudarme a poner el casco

─ Adara mírame ─llamó mi atención y lo mire directo a sus ojos ─. Gracias por acompañarme, fue agradable tu compañía, jamás imaginé que fueras tan divertida

─ De nada, gracias a ti por invitarme a ver esa película ─susurre dándole una sonrisa él también me sonrió, después se subió primero a la moto y me ayudó a subirme.

Luego de 45 minutos nos encontrábamos en la esquina de mi casa despidiéndonos.




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