─ ¿ese no es David? ─preguntaron ambas al unísono, señalando detrás de mí, entonces fui volteando lentamente para encontrarme con una imagen no deseada.
David estaba besándose con una chica y esta no era precisamente Paulina. Muchas preguntas pasaron por mi cabeza y entro la decepción en mí, sin embargo, miré a las chicas y les sonreí
─vamos chicas se nos hace tarde y por si acaso estoy bien ─ cogí una pequeña cartera y les sonreí─. ¿Se piensan quedar aquí viendo el espectáculo?
─vamos ─pronuncio Julieta extrañada abriendo la puerta y después todas nos bajamos del auto.
─ ¿segura estás bien? ─preguntó Roberta a lo cual yo asentí, después de todo sabía que él era así, no tenía que sorprenderme mucho si venía de David Abad
Para entrar al área de admisiones, teníamos que pasar precisamente por donde estaba David.
«Tienes que estar preparada, eso no te debe afectar, David no es tu novio y no deberías sentir celos» pensé mientras pasábamos por donde estaba David
Nuestras miradas se cruzaron. Él al verme alejo un poco a la chica y tenía la intención de saludar, pero las chicas no lo permitieron ya que apresuraron el paso y me alejaron rápidamente de David.
─eso estuvo cerca, pero lo logramos ─dijeron mis dos amigas y chocaron sus manos.
Dentro de mí estaba una revolución, no estaba mal, pero tampoco estaba bien por lo que solo me limité a darles una sonrisa.
Cuando registramos nuestra llegada, cada una se fue con cada asesora. La cita con ellas no duro mucho ya que solo se nos entregaría el arancel, pensum académico completo de cada semestre y cuando sería el inicio de clases, no nos tomarían el examen de admisión porque habíamos habilitado una nota de un examen a universidades que lo habíamos dado antes de nuestra graduación del colegio.
Al salir las chicas iban primero y yo me limité a ir detrás de ellas porque tenía que ir guardando los papeles, iba tan distraída que de pronto sentí que me agarraron de la muñeca y me guiaron hasta un pasillo lejos de la entrada.
Era David
─Hola Adara ─saludo dándome un beso en la mejilla.
─Hola ─me limité a decirle
─ ¿Qué haces aquí? ─preguntó
─ ¿ahora tengo que darte explicaciones? ─pregunté y negó ─, en fin nada que te importé
─Adara ─escuche de pronto la voz de Roberta
─ ¿Dónde estás? ─gritó ahora Julieta
─Me tengo que ir mis amigas me están buscando, adiós ─dije mientras intentaba pasar a un lado de él, pero fue en vano porque puso una mano contra la pared y me sostuvo de la mano
─ Lo que viste hace unos momentos... ─él desvió la mirada y lo interrumpí
─ ¿Y que tengo que ver yo? Es tu vida y bueno lo único que puedo aportar es que se nota lo enamorado que estas de Paulina ─murmure con una sonrisa y quite su mano
─pero Adara, escúchame ─susurro aun tomado de mi mano y yo negué
─ como tú me lo dijiste sólo soy tu amiga a la que ves como una hermana, también está que sólo y tristemente soy la hermana de tu mejor amigo, no tienes por qué decirme nada, ni darme explicaciones, tú sabrás lo que haces─ antes de salir de aquel pasillo lo mire por última vez─. Adiós, recuerda solo soy la hermana de tu mejor amigo.
Cuando llegue a la puerta mis amigas estaban esperándome y con sus teléfonos en la mano
─ les recuerdo que estoy sin teléfono ─me burle
─ya nos acordamos ─agradeció sarcásticamente Roberta ─. Gracias
─ ¿Dónde estabas? ─pregunto Julieta
─en el baño ─respondí, no es porque no les quiera decir la verdad, es solo que no tiene importancia y creo que ellas ya han de estar aburridas con el tema de mi enamoramiento hacia David; las dos pusieron sus manos en su cintura y me miraron con los ojos entrecerrados
─está bien haremos como que te creemos, ya que no revisamos el baño ─dijeron ellas y juntas nos dirigimos al auto
Cuando estábamos por irnos salió David del edificio y me quedaron mirando
─ te encontraste con él, ¿verdad? ─ Julieta pregunto
─no ─negué y no se habló nada más de él
─ ¿A dónde vamos, ya que aún es temprano? ─pregunto Roberta
─vamos a mi casa a almorzar, pero antes pasemos por la empresa de mi papá ya que tiene quedarme unas órdenes de pago ─dijo Julieta y todos asentimos
Luego de media hora estábamos en el estacionamiento de la empresa, por lo que subimos en ascensor hasta el último piso. Julieta entró a la oficina de su padre y Roberta se fue al baño. Me senté en la sala de espera y cogí una revista.
─puedo ─escuche una voz frente a mí y lo mire asintiendo, restándole importancia─. ¿Qué haces aquí?, digo nunca te había visto por aquí, he venido varía a veces y no te me haces una persona conocida —lo mire sin expresión alguna y sonrió—. Antes de que lo olvide soy Alan