─ Son los siguientes ─informó un señor indicándonos donde nos íbamos a sentar y suspire
─ David me voy a morir ─gruñí entre dientes nerviosa y él se rio
─ entonces nos moriremos juntos, como los grandes amigos que somos ─trato de aliviar mis nervios sin éxito alguno, ya que estos se notaban demasiado, a pesar de que no empezaba aún el juego, no me veía haciendo esto
─toca mis manos ─cogí su mano para demostrarle que estaban sudando, mientras que mis pies no dejaban de moverse
─Adara me estas poniendo nervioso a mí también, puedes dejar de mover los pies ─ordenó él
─asegúrense de que el equipo de seguridad se encuentre bien puesto y comenzaremos pronto ─advirtió el mismo señor que nos dijo que éramos los siguientes
─yo no quería salir de mi casa ─dije y empezaron a salir lágrimas de mi ojo derecho, así era que usualmente mi cuerpo demostraba mis nervios nivel extremo ─. Puedo llamar para despedirme de mi madre, voy a dejar un hermano sin conocer y dinero mal gastando en un semestre en una universidad que no voy ni a poner un pie
─Adara puedes calmarte no va a suceder nada de lo que tu cabeza te está haciendo imaginar, hay una probabilidad del 1% de que lo que dices se haga realidad, pero solo ese 1 ya que estoy 99% seguro de que lo vas a disfrutar ─se burló y el juego diabólico empezó a moverse, solo lo mire sin articular ninguna palabra─. Dame tu mano
Le di mi mano y luego de haber gritado como loca por un momento luego empecé a disfrutar del juego diabólico. Después de unos minutos empezamos a bajarnos del juego y así seguimos yendo a los juegos mecánicos "más extremos" que había y en el último juego que habíamos decidido ir al momento de bajarnos no podía parar de reír
─ ¿ahora quién es el miedoso? ─me burle al ver a David extremadamente pálido
─cállate, Adara—me miro indignado—. Tú me pásate tu pánico ¿te han dicho que eres miedosa? ─dijo volviendo a su estado normal y me reí negando ─. ¿Quieres ir por un helado?
─vamos ─sonreí y fuimos por el helado
Nos habíamos tomado fotos de los dos y también en donde estábamos solos, compramos dulces, palomitas de maíz y también algodón de azúcar, sin duda alguna es la mejor noche de mi vida. Cuando pagamos el helado o bueno más dicho pague los helados, mire a David con cara victoriosa
─se supone que yo iba a pagar mi helado ─se quejó y lo ignore
─ay David sólo fue esta vez, pero olvídalo ya están cerrando, vamos para que me dejes en mi casa ─propuse y el negó
─ aún no termina la noche súper amiga, apenas son las doce y media ─ miro su reloj y fuimos al estacionamiento
─y ahora ¿a dónde vamos? ─pregunté debido a que aún no me quería ir a dejar a mi casa
─ ¿te apetece un trago? ─preguntó y yo negué rotundamente dándole una mirada de enojó
─te recuerdo que estas manejando ─lo regañe señalando su moto
─ vamos un rato a bailar te parece ─propuso y lo miré indignada primero un trago ahora dice fiesta ─. No es a una discoteca, ni a una fiesta de esas que pasan invitaciones─ dijo él, entonces me quede con la duda porque al subir a su moto arranco sin decir nada más
Entramos a un estacionamiento y allí nos quitamos los cascos
─adentro te va a encantar ─pronunció sonriendo y entramos; el guardia se sorprendió un poco y solo le dijo: Buenas noches señor Abad. Por lo visto venía muy seguido
Al entrar el ambiente de aquel lugar era lo mejor que había visto, por una parte había mesas y sillas ya que era un restaurante, pero en el centro de aquello había una pista de baile iluminada, las luces fueron las que me encantaron eran bicolor, por otro lado se encontraba un letrero diciendo que siguiendo las flechas había un Karaoke sin dudarlo me encantó la decoración
─ ¿Deseas comer algo? ─pregunto y asentí ya que con tanta cosa me había vuelto el apetito
Luego de recorrer un poco en busca de una mesa ya que estaba demasiado lleno encontramos una mesa para dos
─muero de hambre ─me queje y David me miro
─deja y voy a hacer el pedido ─menciono y asentí
Lo vi alejarse y se acercó a donde supongo es recepción ya que desde lejos se leía el letrerito, saludó animadamente a la chica mientras esta le tocaba el hombro y se reían. Me dio coraje y saque mi teléfono para no estarlo mirando
Roberta: ¿estás en tu casa?
Roberta: tú no te duermes temprano, mucho menos si tu familia está en casa
Roberta: se puede saber dónde estás y porque no se te entregan los mensajes
Roberta: he llamado a tu ñaño y dice que ya estas durmiendo porque estas enferma
Roberta: Te encuentras bien Ady
Roberta: Me estas preocupando
Roberta: Responde apenas mires mis mensajes
Alan: ¿Mañana podemos salir?