Enamorada del mejor amigo de mi hermano

D I É S I S E I S

─Te dije que ella no iba a estar bien ─escuché que dijo Roberta mientras tocaba la puerta con la que supongo es Julieta─. Adara por favor abre la puerta, no has comido nada

─ mañana hablamos chicas ─grite rogando que accedan y no llamen la atención de mi mamá

─estamos aquí porque somos tus amigas y te queremos dar apoyo ─dijo Julieta─. Por favor abre la puerta Ady

─se los agradezco muchísimo, ya me dieron apoyo, así que por favor váyanse a su casa, mañana quizás nos vemos ─grite

Sin embargo, en cuestión de segundos escuche a mi madre conversar con las chicas y sabía que no duraría mucho con esa puerta cerrada ya que mi madre me obligaría a abrir

─Adara Emilia Romero, sal ahora mismo y no me hagas tumbar la puerta ─gritó ahora mi madre mientras tocaba la puerta como loca ─. Carajo, te estoy hablando Adara Emilia Romero, soy tu madre y tienes que hacerme caso.

Me levanté con la pesadez de mi alma y abrí la puerta, así como abrí fui de nuevo a mi cama, como dije ya no estaba llorando porque claramente él no merecía ni una lágrima, sólo estaba deprimida y sin ánimos de nada

─ya me vieron, estoy bien, solo estoy enferma ─pronuncié y me volví a acostar en mi cama para taparme de pies a cabeza

─ ¿mi amor qué te pasó? ─pregunto mi mamá y se sentó en la cama a mi lado─ ¿estás enferma?

─creo que me dará gripe ─ musite para no preocuparla y mucho menos decirle que era lo que había pasado, entonces me destape

─hijita linda, pero otro día no le hagas eso tus a tus amigas, ellas estaban muy preocupadas más si es solo una simple gripe ─me regaño mi madre

─Mami y chicas enserio gracias por preocuparse, pero estoy bien ahora vayan a descansar ─dije sentándome sin verles la cara y mi mamá asintió entonces volví a taparme

─Te dejo hablar con tus amigas mi vida, iré por algunas pastillas porque tienes fiebre ─dijo mi mamá y sentí un beso en mi frente, ¿existirá una pastilla que alivie lo que estoy sintiendo ahora? Una pastilla que te cure un corazón roto, y haga olvidar los bonitos recuerdos, para no tener que recordarlo cada vez que veas a esa persona

Escuche que cerró la puerta y de nuevo quedó a oscuras mi cuarto

─ ¡Carajo Adara! No sabes lo preocupadas que nos tenías, ¿por qué no eres capaz de contestarnos pensamos lo peor? ─reclamó Julieta

─no soy tan estúpida como para atentar mi vida por alguien, ni que fuera el único que existiera, además de que existen miles allá fuera, sólo déjenme vivir esta etapa además que feo que piensen eso, estoy indignada ─dije mientras buscaba huecos para poder respirar─. No estoy indignada, estoy indignadísima.

─ ¿y cómo no íbamos a pensar eso si no respondías? ─exigió Roberta

─estaba haciendo deberes─ contesté y me quitaron la cobija

─ ¿Adara la sin sentimientos, la dura, la más fría del mundo mundial estuvo llorando? ─bromeo Julieta y Roberta fue a prender la luz

─y esta vez sin ninguna gota de alcohol en su cuerpo ─siguió  Roberta  

─ ¡cállense! No digan nada ─dije volviendo a arroparme

Una semana después

Se preguntarán como estoy y la verdad es que iba muy bien, tanto física como mentalmente, desde esa noche prácticamente ocupe mi mente y como siempre no había recibido respuestas de David más que una llamada que a este punto ya no tiene importancia así que por mi bien había archivado su chat, no esperaba ya nada ni un mensaje, aun me dolía un poco estar viviendo la realidad, una realidad que jamás estuvo en mis planes, y que sin embargo, había dolido mucho y mil veces hubiese preferido no haber hablado con él aquella noche o no haberlo conocido

─quedaste burra ─se burló Alan

─eso no se vale hiciste trampa ─dije no muy contenta con mi derrota y me cruce de brazos

Nos encontrábamos con Alan en la sala jugando barajas, porque no había tenido ganas de salir de mi casa y también porque tenía muchas tareas que hacer y no sabía ni por dónde empezar, asi que esa fue mi solución llamar a Alan 

─vamos Adara, sólo tienes que tragarte el huevo ─dijo él y lo mire de manera coqueta

─solo tragármelo ─murmure mordiendo mi labio interno para luego reírme de las tonterías que estaba haciendo y que Alan me acompañara

─Adara no seas así, no te hagas la loca ─rogó él y me dio el huevo

─ No pienso comerme de nuevo ese huevo, tú has estado haciendo trampa, sólo te has comido uno y yo ya voy con este tres ─me excuse y lo culpe de mi desgracia, por lo que se rió

─mi bonita, comete el huevo o yo tendré que dártelo en la boca ─respondió él y negué

─Yo ya no quiero, me da asco ─ dije aunque ya me había comido tres, entonces Alan empezó a hacerme cosquillas, entre risas caí en la alfombra y para no caerme sola agarre a Alan y el cayó encima de mí quedando por segundos sus ojos en los míos

Nos quedamos mirando por unos segundos y sonrió




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