Eithan
Adara sin mirar a nadie paso directamente a la habitación en donde aún se encontraba mi abuelo y en la sala todos nos encontrábamos en silencio asimilando el hecho de que Adara apareciera de la nada ¿Cómo se había enterado? Se había escondido demasiado bien.
─ ¿No que no sabias nada de Adara? Ahora hasta resultaste mentiroso ─reclame enojado llegando donde estaba el mejor amigo de Adara que en algún momento fue mi amigo
─ella te lo explicara ─respondió y se fue alejo para acercarse a la puerta donde hace un minuto Adara había entrado
Adara
Antes de entrar a la habitación ya estaba llorando, me habían informado de la muerte de mi abuelito y no había dejado de llorar durante todo el camino, me acerque rápido a la camilla y tome la mano de mi abuelito mientras apretaba mis labios y dejaba que las lágrimas salieran y recordé el día que llegue a casa de él
Flashback
Le di la dirección de la casa del abuelo de parte de mi mamá al taxista y este me llevo a mi destino, me baje del auto y lo mire que estaba recostado en su silla de descanso y al verme sonrió
─Ady que alegría verte ─llego hacia mí y me dio un abrazo muy fuerte─. ¿Qué te ha traído a saludar este viejo?
─Papi decidí venir unos días aquí ¿y mi mami? ─pregunte sonriendo forzadamente, los trataba como mis segundos padres porque ese lugar se lo ganaron desde que tengo uso de memoria
─ya hablaremos de lo que pasa contigo, y tu mamita ya sabes cómo es, ella tostando café ya que en estos días tus tíos nos visitaran ─respondió y asentí─. ¿Y has venido sin equipaje?
─fue algo inesperado la vedad ─me excuse y sonrío, él es mi segundo papá y ver esa sonrisa me alegra el corazón porque es la sonrisa más sincera que he visto últimamente
─entremos cariño y hablemos, ¿te parece? ─pregunto mi abuelito y me guio hacia dentro de la casa
Al entrar a la casa, como lo imagine estaba el olor del café impregnado en cada rincón y fui a saludar a la abuela
─mamita ─la abrace por la espalda y ella beso mi mejilla
─mi amor ─saludo dándose la vuelta y sorprendiéndome con otro abrazo
─abuela ha venido Adisita por unos días ─informo mi abuelo y mi abuela sonrío
─eso se celebra haciendo tu comida preferida ─dijo mientras dejaba que el café se enfrié un poco para empezar a molerlo
─me apunto para moler el café ─alce la mano y ella asintió sonriente
─ ¿café? ─pregunto y asentí
─entonces mi niña empiece a moler el café ─pronuncio mi abuelita y me reí─. Recuerdo cuando con Eithan nos visitaban en vacaciones y siempre se peleaban por moler el café
─hoy no peleare ─me defendí y me miro de una manera inexplicable pero no dijo nada
Cuando ya estaba por terminar de moler, mi abuelito tomo dos cucharadas del café y lo filtro, todos nos sentamos en la mesa de madera y mi abuela nos dio empanadas hechas por ella
─ahora si suéltalo ─dijo mi abuelito y arquee una ceja
─ ¿Qué? ─Dije y me miro
─Adara los años nos proporcionan vejez, pero a la vez mucha sabiduría y sabemos que algo te pasa ─dijo mi abuelito y asentí
Los miré y mis ojos se humedecieron aun así sonreí al verlos, ya que aunque mis padres son mi tesoro más preciado, no puedo dejarlos a ellos a un lado y es que con solo mirarlos vienen millones de recuerdos de la infancia, del abuelo cómplice y que poco a poco con la edad fui dejando de visitarlos para fechas de descanso, solo por preferir fiestas o simplemente quedarme en casa sin hacer nada solo por tener Internet y eso me lleno de nostalgia
─ ¿se acuerdan de David? ─pregunte mirándolos detenidamente para ver sus gestos faciales
─ ¿el lloroncito? ─pregunto mi abuelita y solté una carcajada.
Así lo habían apodado mis abuelitos porque en un tiempo Eithan vino con David a una fiesta en lo cual los dos terminaron demasiados pasados de copas y David se puso a llorar desde que salió de aquella hacienda llamada " La esperanza"
─si mujer, recuerdo que él a cada rato le decía cuñado a Eithan ─ me miro─. ¿Tenías en ese entonces una relación con él?
─ ¡no! ─exclame negando─. ¿Pero de que estaban hablando?
─cierto, el lloroncito le decía que estaba enamorado de la niña y Eithan ya no escucho más porque se quedó dormido, bueno hablaron de otras cosas, pero sé que esta te importara ─ pronuncio mi abuelita y esa conversación me cayó como balde de agua fría y fruncí el ceño ─. Pero ahora, cuéntanos ¿Qué pasó con él?
─estábamos próximos a cumplir un año y medio, pero hoy me enteré de que la relación fue una apuesta ─murmure mientras trataba de sonreír con melancolía y recordaba mi conversación con Armando