Terminamos de bailar entre medio de sonrisas y uno que otro shot de cualquier licor y nos fuimos a sentar donde estaban las chicas
─ chicas me acompañan al tocador en este momento ─ordene y asintieron atemorizadas.
Se levantaron y me siguieron en silencio, cuando llegamos al tocador las mire
─ ¿le dijeron que me voy a París? ─pregunté y se miraron─. Les estoy preguntando y quiero una respuesta
─No Adara, solo lo invitamos, pero nunca se habló de tu salida del país ─dijo Julieta y entrecerré mis ojos ─. Te lo juro por mi madre Adara
La mire tipo: enserio vas a meter a tu madre, sin embargo al verla tan sería sabía que entonces no me estaba mintiendo.
─ Se que no nos creerás, pero te estamos diciendo la verdad, él no sabe nada por parte de nosotras tranquilas ─ dijo Roberta y asentí
─está bien chicas vamos, después de todo necesito tenerlo cerca de mí por última vez, mis horas ya están contadas aquí en el país, gracias aunque al principio me molesto ─ les agradecí mientras salíamos del tocador
Cuando llegamos David estaba sentado con su teléfono en la mano, así que toque su hombro y se asustó
─ ¿Qué estás haciendo? ─pregunté y sonrió
─Nada, estaba revisando mis redes ─dijo y le reste importancia.
Yo sé que ya me metí en la boca del lobo, un día es un día y puede pasar de todo, pero aun así les agradecí a las chicas por traerlo para que este conmigo y que en mi mente quede cada detalle de él y quede como un bonito recuerdo
─ya que estamos aquí sentados, David ex cuñado quiero pedirte algo ─dijo Roberta y David arqueo una ceja
─es algo muy bueno ─anuncio Julieta y David asintió confundido
─ Quiero pedirte que seas el padrino de Amaya ¿Aceptas? ─pregunto Roberta y David se sorprendió pero aun así en su rostro se formó una gran sonrisa
─ ¿de la princesa?, ¿tú me estás hablando enserio? ─cuestiono David y Roberta asintió─. No le preguntes a nadie más, Amaya ya tiene al mejor padrino y por cierto muy guapo
Todos en la mesa nos reímos, empezamos de nuevo a bailar música de todo tipo, las chicas no daban en las de la costa ellas eran de la sierra al igual que David, pero él había aprendido debido a que él no se perdía ninguna de las fiestas realizadas por mi familia, fiestas en donde en vez de superarlo más me gustaba
Habíamos bebido, pero no mucho así que nos pusimos de acuerdo y salimos de aquellas cabañas para ir al hotel a dormir y así disfrutar el día de mañana en la playa.
─yo llevo a Adara ─ anunció David y negué
─no te preocupes David, confiamos en ti puedes llevarla, ya sabes en que hotel nos estamos quedando ─dijo Julieta y me hice la ofendida
─traicioneras, así de fácil me mandan con David, me puede secuestrar ─me hice la dramática y las chicas pusieron una mano en la cintura
─si te secuestrara sabremos quién es y bueno dime si no te gustaría que te secuestre justamente él ─dijo Julieta
─malditas perr*s ─grité señalándolas y me subí resignada al auto de David─. Pero que les quede en claro que si me llega a pasar algo va a ser su maldita culpa, hay un Dios que todo lo ve
─Adara deja de actuar como maniática, solo te llevare al hotel ─dijo David y asentí apretando mis labios para no reír mientras que empezó a conducir
─ ¿entonces? ─dijo David y lo mire
─ ¿entonces qué? ─respondí
─nada olvídalo ─dijo y el auto se quedó solo con la música de la emisora
Cuando llegamos al hotel David me fue a dejar en la puerta de mi habitación y me miro
─te veo mañana ─dijo David dándome un beso en la mejilla, pero debido al alcohol que se encontraba en mi sangre cuando estaba por irse lo jale y lo bese como si mi vida dependiera de aquel beso, toda la maldita noche me había contenido no lanzarme hacia él, lo había echado tanto de menos, por lo que nos quedamos abrazados por un largo momento
─Quédate ─rogué mientras me aferraba a David─. Por favor
─ ¿Mañana no me vas a matar? ─dijo y negué
—sólo quedarte conmigo, prometo no matarte —murmure y asintió
Entramos a mi habitación y se quedó parado sin saber que hacer
─quédate aquí, yo solo me ducho y salgo muy rápido ─dije y asintió
Busque la toalla y me fui hacia la ducha, luego de unos minutos salí y me acorde de que no había traído la dormidora, envolví la toalla alrededor de mis cuerpo y salí con vergüenza, mis esperanzas eran de que David estuviera dormido pero no fue así, cuando me vio rápidamente se sentó en la cama y relamió sus labios
─se me olvido la dormidora ─murmure nerviosa y se rio. Se levanto de la cama para acercarse a mí
─te he dicho que eres la mujer más hermosa que he visto y no me refiero solo a lo físico sino a lo que reflejas eso que es interno pero que cuando lo demuestras deja a más de uno embobado ─tomo un mechón de mi cabello y lo dejo tras mi oreja y asentí, acaricio suavemente mi mejilla y empecé a sentir mis piernas como gelatina