En la mesa se produjo un breve silencio, ya que todos estaban sorprendidos hasta que mi mamá movió sus manos nerviosamente hacia él y le sonrió.
─Margaret Heraldo Harrison, madre de Adara ─saludo mi madre extendiendo su mano y luego me miro sonriendo
─Alexander Romero, padre de Adara ─se presentó mi papá muy serio y Javier tomo su mano
Y así toda la familia fue saludando a Javier e incluso las chicas, aunque la sonrisa que cargaban se esfumo en cuestión de segundos, todos sonreían hipócritamente y aprete mis labios para no reírme, la recepción en donde estábamos era la misma cuando cumplí los 18 por lo que moría de ganas por subir a la terraza y divisar la ciudad, sentir ese aire fresco.
Luego de la incómoda escena, Javier me llevo a la pista de baile, algo que me sorprendió ya que a él no le gustaba bailar mucho menos las canciones que eran representativas y de las costumbres de mi familia que venían de generación en generación.
─Adara y tú anillo ─susurro Javier tomando mi muñeca y miro mi mano
─se me ha pasado por alto ponerme el anillo ─dije soltándome de su agarre y negó, entonces sabía que no valía la pena seguir ahí terminaríamos terriblemente discutiendo y prefería evitar eso
Ambos no éramos de discutir, pero sabía que me había metido en la boca del lobo cuando acepte la propuesta de casarme con él
─si me disculpas, quiero ir con mi familia tengo mucho que hablar con ellos ─pronuncie sonriéndole y pase haciéndolo a un lado para luego sentarme en la mesa destinada, sin embargo, no tardo mucho en llegar a mi lado
Busque a David con la mirada y nos quedamos viendo por varios segundos, estábamos en un duelo de miradas.
Javier se sentó a mi lado bufando y sabía que se había enojado
─ ¿Y qué tal hijita estas lista para lanzar el vino doncella? ─pronunció efusivamente mi mamá y me obligué a volver la mirada hacia mi familia y asentí
─Estoy preparadísima y emocionada má, después de estar luchando, estar al pendiente del análisis, etiquetado y registro sanitario por fin saldrá a la venta y para mí es todo un honor lanzar el vino que mi abuelito dejo ─respondí y Javier tomo mi mano─. Sé que todo ha valido la pena, ha valido la pena cada minuto dedicado a este vino que es especial
─lo sé hijita todo tu esfuerzo ahora tiene una recompensa grande y te confieso que hoy mientras terminamos de arreglar la recepción me entró la nostalgia por qué no llegarías, pero aquí estas y sigues igual o más linda ─mi mamá tomó mi mano y sonreí ella estaba a punto de llorar
─Es lo que yo le digo a mi pequeña, que todo esta dando frutos ─me apoyo Javier y todos en la mesa asintieron
─ ¿cómo se conocieron? ─ pregunto mi hermano muy interesado y mire a Javier
─en el avión cuando viajé a París ─respondí y mi hermano entrecerró los ojos, pensando quizás que nunca fui sincera con su mejor amigo ─. Ahí lo conocí y desde allí empezamos a ser buenos amigos
─pero nuestra relación comenzó hace un año ─dijo Javier interactuando con mi familia ─. He estado con Adara ayudándole en todo desde que llego a Paris, después de estar siempre con ella como no iba enamorarme, si es tan hermosa e inteligente y con un humor agrio pero me complementa
─Javi ya para, me haces sonrojar ─lo regañe entre dientes incómoda
─ya tendremos tiempo de hablar y que me cuenten con más tranquilidad su historia de amor ─intervino mi mamá ─. Desde luego que en mi casa están las puertas abiertas para recibirlos y se queden durante su estadía porque me imagino que te quedaras allá señorita, más si te vas a casar con Javier
─ Gracias má por tu invitación y en uno de estos días hemos de ir a cenar y con respecto a lo de mi estadía ya he decidido quedarme en el país para administrar mejor los bienes del abuelo por lo que hace unos meses compre un departamento y allí me estoy quedado y me he quedado las veces que he venido al país, ─dije y mire a Javier─ y en cuanto a mi residencia cuando me case, aun no está tomada la decisión
─lo entiendo hija, pero igual puedes ir a la casa para así conocer más a Javier y ayudarlos en todo lo que necesiten ─sugirió mi papá y asentí
─con mucho gusto señor Alexander, me hace sentir parte de su familia ─dijo efusivamente Javier y mi papá sonrió
─Ya eres parte de la familia, eres el futuro esposo de mi hija y futuro yerno ─menciono mi mamá y Javier sonrió
Alrededor toda la gente se veía que disfrutaba de la gran velada, entre una que otra copa de licor y música, entre palabras por parte de los padres de los futuros esposos.
Mire mi reloj y ya daban las 11:40 pm y en mi cara se podía notar el cansancio o que me arrepentía de haber venido con Javier pues a él no le gustaba bailar y me sentía aburrida, pero todo era por mi hermano ya que la fiesta de compromiso no se la hace dos veces
─Javi voy al tocador ─anuncié y le di mi cartera de mano
─está bien pequeña, te espero aquí ─dijo y asentí
Mientras iba sentí que me jalaron y era David